NUEVE EJERCICIOS PARA RESPIRAR MEJOR
Y sentir el impacto positivo en una
función vital
El modo en que respiramos afecta todo
nuestro organismo. Diversos estudios señalan que modificar la manera en que lo
hacemos puede afectar el rendimiento deportivo, las alergias, el asma, los
ronquidos, el peso, el estado de ánimo, el estrés y la concentración, entre
otras cosas.
¿Quieres aprender a respirar mejor?
Estos ejercicios pueden hacerlo posible.
Para despejar la congestión: sentado,
con la espalda recta, inhala y exhala despacio por la nariz. A continuación
cierra las fosas nasales con los dedos. Mueve la cabeza hacia arriba y abajo,
de un lado a otro, hasta que necesites respirar. Pausadamente inhala por la
nariz o los labios fruncidos si la nariz continúa congestionada. Respira entre
30 segundos y un minuto con tranquilidad. Hazlo otras cinco veces.
Respiración abdominal.
Respiración abdominal: acostado boca
arriba, rodillas dobladas. Pon una mano en el pecho y la otra en el abdomen.
Despacio, inhala por la nariz, sintiendo cómo el abdomen se expande bajo tu
mano. La mano en el pecho no tiene que moverse. Exhala lentamente por la nariz
o por los labios fruncidos. Siente cómo el abdomen se deshincha y vuelve a su
posición original. Hazlo entre cinco y diez minutos. Esto lo puedes practicar
sentado o de pie cuando quieras.
Desplazamiento pectoral: de pie,
frente a una pared, y coloca una pelota de tenis o de masaje bajo la clavícula
(elige el lado, derecho o izquierdo) a la altura del esternón. Recárgate sobre
la pared y rueda poco a poco la pelota varias veces, ida y vuelta, de un lado a
otro, a lo largo de la superficie debajo de la clavícula. Repite con el otro
lado del pecho.
Desplazamiento intercostal: parado,
con el perfil hacia la pared. Levanta el brazo por encima de la cabeza, lo más
cerca de la pared que te sea posible, con la palma de la mano sobre la pared.
Coloca la pelota bajo la axila, arriba de las costillas y recárgate sobre la
pared. Muévete de un lado a otro. Baja la pelota unos 3 centímetros y repite.
Prosigue moviéndote de un lado a otro, de costado, así masajearás los músculos
que se encuentran entre las costillas, hasta llegar a las costillas inferiores.
Haz lo mismo con el otro lado.
Desplazamiento con la espalda alta:
de espaldas contra la pared, ubica la pelota en el límite superior del trapecio
(el músculo superior de la espalda) y apoya, presionando, sobre la pared.
Despacio rueda la pelota por todo el borde exterior del omóplato (la
paletilla), doblando y enderezando las rodillas y después alzando y bajando los
talones. Hazlo del otro lado.
Relajación del cuello: acostado boca arriba, ubica un bloque de yoga o un libro grueso bajo tu cabeza. Gira la cabeza hacia un lado y coloca la pelota en la parte superior del cuello, detrás de la oreja. Respira cinco veces profundamente y después asiente suavemente tres veces, sacude la cabeza otras tres. Ahora, del otro lado.
Posturas Gato/vaca.
Posturas Gato/vaca: en la postura de
la mesa, con las manos bajo los hombros y las rodillas bajo las caderas. Al
inhalar, deja caer el abdomen, lleva el pecho hacia adelante y mira hacia arriba.
Exhala, llevando la barbilla hacia el pecho y encorvando la columna. Alterna
estas posiciones de yoga (se las conoce como “gato y vaca”) de tres a cinco
respiraciones, permitiendo que tu forma de respirar lleve el ritmo.
Inclinación hacia adelante con las
piernas extendidas: parado, extiende los pies más allá de las caderas, poco más
de un metro de distancia. Coloca los dedos de los pies hacia el centro y enlaza
las manos detrás de la espalda. Inhala, abriendo el pecho y acercando más las
palmas de las manos. Al exhalar, te inclinas hacia adelante, haciendo que los
brazos suban por encima de tu cabeza sin doblarlos. Si no puedes mantener las
palmas juntas, utiliza una toalla o una correa de yoga, tomándola de cada
extremo. Mantén la postura entre cinco y diez respiraciones.
Rotación espinal boca arriba:
acostado, de espaldas, abraza las rodillas hacia el pecho y da unas cuantas
respiraciones. A continuación extiende los brazos hacia ambos lados en forma de
“T”. Al exhalar, mueve las rodillas hacia la derecha, sin despegar los
omóplatos del suelo. Puedes profundizar el giro mirando sobre el hombro
contrario. Respira varias veces, inhala y vuelve a ubicar las rodillas en el
centro, exhalando, y ponlas a la izquierda, girando hacia el lado opuesto. Y no
olvides: una salud integral requiere de una correcta respiración.
Fuente: Tu Mismo
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