Cantar también nos hace felices. Este
hábito saludable nos da una dosis intensa de entusiasmo y hace que las personas
con Alzheimer y Parkinson sean alegres y optimistas.
En la ducha, en casa mientras escucha
música y nadie nos escucha, con amigos … ¡ Cantar nos hace felices! Esta
práctica universal nos llena de serotonina y oxitocina y es una inyección
sensacional de entusiasmo al alcance de todos. Además, está comprobado que las
personas con Alzheimer también reaccionan y se despiertan alegres cada vez que
se les invita a cantar.
Edith Piaf dijo que cantar es una
forma de escapar a otro mundo. Los psicólogos y neurocientíficos, sin embargo,
no están totalmente de acuerdo con esta idea. En realidad, la musicoterapia es
un canal sensacional para conectarse con otros, para despertar las emociones
que nos ayudan a establecer vínculos más intensos. Y la investigación lo
demuestra: cantar nos hace felices.
Un estudio publicado en The Journals
of Gerontology afirma que cuando las
personas mayores comienzan a asistir a un coro, su sensación de soledad
disminuye y su salud mejora . A partir de los 65 años es muy común sufrir
depresión asociada al aislamiento social.
Un hábito simple como ser parte de un
grupo unido por una pasión por la música mejora las interacciones y produce
cambios positivos a nivel emocional, cognitivo y físico. Debe enfatizarse que
incluso las actividades diarias, como cantar en la ducha, actúan como un botón
de reinicio capaz de darnos energía, felicidad y una buena dosis de optimismo.
No canto para ser feliz, soy feliz
porque canto.
-William James-
Cantar nos hace felices porque el
cerebro ama la música
Canta y sé feliz
La felicidad , después de todo, es la
consecuencia de acciones simples. Buena compañía, una tarde de descanso, un
almuerzo con amigos … Bueno, incluso cantar nos hace felices por una razón
básica y fascinante: nuestro cerebro ama la música .
Podríamos decir que la historia de
amor con este arte ancestral siempre ha acompañado a la humanidad y que la
ciencia, por su parte, se esfuerza cada día por explicarlo mejor.
Por otro lado, Leonard Meyer, teórico
de la música, en su libro Emoción y significado de la música, nos explica que el cerebro siente una especie
de shock agradable con cada pieza musical , con cada nota que nos atrevemos a
entonar cuando cantamos en voz alta.
Es una experiencia que nos empuja a
superarnos y al mismo tiempo nos da una agradable sensación de seguridad.
Los científicos también indican que
existe una estructura indispensable para cantar en nuestros oídos: el sacro.
Esta pequeña estructura de la parte interna del oído responde a las frecuencias
que se crean mientras cantamos. Esta respuesta fisiológica genera placer, las
vibraciones sumergen al cerebro en un estado de calma catártico y positivo,
casi mágico.
Canta para mejorar nuestro estado de
ánimo
Pablo Picasso dijo que para pintar y
dibujar hay que cerrar los ojos y cantar. Si prestamos atención, cantar en voz
alta o suave, con los labios apretados o tararear es un hábito recurrente
mientras se realizan otras actividades. Es muy común cantar mientras se
conduce, hace deporte, se arregla o incluso cuando se trabaja.
Cantar nos hace felices porque mejora
nuestro estado de ánimo. Libera endorfinas, produce serotonina y reduce los
niveles de cortisol, la hormona del estrés. Algunos estudios, como el realizado
en la Universidad de Frankfurt, también revelan que el canto fortalece nuestro
sistema inmunológico y mejora la respiración, la flexibilidad del diafragma y
la salud pulmonar .
Entre los beneficios más importantes
del canto, y de los que ya hemos hablado al principio de este artículo,
recordamos los efectos positivos para las personas que padecen enfermedades
neurodegenerativas . La Asociación de Alzheimer de los Estados Unidos de
América lleva años llevando a cabo lo que se llama «cantar para el cerebro».
Se ha demostrado que el canto mejora
el estado de alerta de las personas mayores con esta enfermedad . Les ayuda a
conectarse con los demás de una manera positiva, se divierten, se ríen, son más
receptivos a la comunicación y la interacción, se concentran más cuando tienen
que realizar ciertas tareas y su estado de ánimo mejora.
Otro aspecto confirmado por expertos
en el campo de la discapacidad intelectual, como Tom Shakespeare y Alice
Whieldon de la Universidad East Anglia, es que las personas con trastornos
mentales se benefician enormemente de las clases de canto . La ansiedad y el
estrés disminuyen, la seguridad personal y las habilidades sociales mejoran.
Podríamos decir que de alguna manera
cantar es un ejercicio del cual nuestro cerebro siempre se sentirá recompensado.
La música es una forma alternativa de lenguaje que no actúa solo como una
producción meramente cultural. Es un espacio en el que todos nos encontramos ,
una forma de comunicación que no requiere palabras.
También es ese rincón del cerebro que
casi siempre permanece intacto en presencia de enfermedades como el Alzheimer y
el Parkinson y que nos permite ponernos en contacto con la dimensión más
preciosa de los seres humanos: las emociones .
Fuente: Formarse
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