Generoso en vitaminas y en minerales,
el brécol es una de las verduras más nutritivas y con más propiedades
preventivas frente al cáncer. Por sus beneficios para la salud conviene saber
cómo cocinarlo e incluirlo en la dieta.
El origen del brócoli parece que es
mediterráneo. Seguramente es el resultado de un cuidadoso cruce natural de
plantas de la familia de las Brassica, realizado en el norte de Italia en torno
al siglo VI adC.
Sabemos que desde la época del
Imperio Romano el brócoli ha sido considerado un alimento de valor único entre
los italianos por sus propiedades saludables. Se introdujo por primera vez en
los Estados Unidos por los inmigrantes del sur de Italia, pero no llegó a ser
muy popular hasta la década de 1920.
Las cualidades gastronómicas y los
estudios que prueban los beneficios para la salud del brócoli lo han convertido
en uno de los grandes emblemas de la alimentación sana moderna.
Propiedades del brócoli
Generoso en vitaminas y en minerales,
el brécol es una de las verduras más nutritivas. Una ración de 200 g de brécol
cubre con creces las necesidades diarias de vitamina C de un adulto, ya que
aporta casi el cuádruple de la que se necesita. También satisface enteramente
los requerimientos diarios de ácido fólico y dos terceras partes de los de
vitamina A.
Sin apenas calorías, es una fuente
notable de calcio, potasio, fósforo, hierro, vitaminas B1, B2 y B6 y también
aporta dosis sustanciosas de yodo, cinc, cobre y manganeso. Resulta excelente
para combatir la anemia ferropénica y como preventivo anticáncer.
Pero además de nutrientes esenciales
contiene compuestos azufrados como el sulforafano, que evita que las células
precancerosas se malignicen, induce la muerte de células enfermas e impide la
aparición de vasos por los que se alimenta y se desarrolla el tumor.
Beneficios del brócoli
El brécol no solo es un excelente
ingrediente gastronómico, sino que ha demostrado tener gran cantidad de
atributos como garante de la salud. Así, los estudios demuestran que tiene
propiedades anticancerígenas, antianémicas, preventivas de la gastritis y
reductoras de la función tiroidea y de la degeneración macular de la retina.
Protector frente al cáncer
Los estudios sobre la efectividad del
brécol en la prevención del cáncer son numerosos. Apuntan a que ofrece
quimioprotección, o sea, protección inespecífica frente a los agentes químicos
que pueden provocar el cáncer.
Según la doctora Odile Fernández, activa
las defensas gracias a los glucosinolatos que estimulan el sistema inmunitario
para que elimine las células tumorales.
Es capaz de aumentar un 50% la
actividad de las "células naturales asesinas". También regula los
niveles de estrógenos en sangre, algo especialmente útil para prevenir el
cáncer de mama.
Los estudios epidemiológicos
realizados por universidades europeas indican que las mujeres que consumen
crucíferas al menos una vez por semana tienen un 17% menos de riesgo de sufrir
cáncer de mama. Y uno de sus beneficios sorprendentes es que actúa sobre los
genes.
Los compuestos presentes en las
crucíferas son capaces de inhibir la
expresión de dos genes relacionados con los cánceres de mama y próstata de
origen genético: los BRCA1 y BRCA2.
Además de poseer todas estas
propiedades saludables, el brócoli puede actuar en el estómago como antibiótico
y es capaz de disminuir la población de la bacteria Helicobacter pylori, uno de
los causantes de la úlcera de estómago.
Fuente de hierro contra la anemia
Asimismo, su alto contenido en
hierro, en clorofila y ácido fólico, hacen del brécol un alimento muy
recomendable para personas con anemia ferropénica, por déficit de hierro.
En la menopausia
También durante la menopausia es
aconsejable su consumo pues contiene fitoestrógenos, con acción antiestrogénica
similar a la de la soja, que permite paliar los síntomas de la menopausia.
Depura el organismo
El hígado resulta asimismo
beneficiado de las propiedades de esta verdura. El brécol ejerce una acción
hepática compleja y se ha utilizado como estimulante de la llamada
"depuración" interna del organismo. Un papel importante de esta
depuración se realiza a través del hígado, verdadero receptor de todos los
productos del metabolismo corporal.
El brécol, capaz de estimular el
trabajo hepático, puede interferir en algunos medicamentos, reduciendo su
efectividad. Además está contraindicado en personas que padecen hipotiroidismo.
Calorías y valor nutricional
Por cada 100 g:
Calorias: 34 calorías (142 kJ)
Carbohidratos: 6,6 g
Grasas: 3,1(omega 3 y omega 6)
Fibra: 2,6 g
Azúcar: 1,7 g
Proteínas: 2,8 g
Vitamina A: 623 IU
Vitamina C: 89,2 mg
Vitamina K: 102 mcg
Folatos: 63 mcg
Potasio: 316 mg
Hierro: 0,7 mg
Calcio: 47,0 mg
El brócoli en la cocina
El brécol proporciona brillo y color
a recetas sencillas, comparte cazuela con patatas, cebollas y zanahorias, y
también puede ser el ingrediente estrella de recetas selectas como el mousse de
brécol.
En definitiva, es una verdura digna
de un plato sofisticado y al mismo tiempo idónea para dietas remineralizantes y
depurativas.
Tiempo de cocción del brócoli
Para que conserven todas sus
propiedades anticancerígenas conviene cocinarlo de manera muy respetuosa.
Los glucosinolatos son solubles en
agua y sensibles al calor, de modo que si cocemos más de diez minutos estos
vegetales, se reducen a la mitad.
En cambio, el poder anticáncer del
brócoli aumenta cuando se consume en forma de germinados y cuando se cocina
junto a rábano picante o semillas de mostaza.
Para que disfrutes del sabor del
brócoli a la vez que de sus propiedades anticáncer puedes prepararlo al vapor
unos 5-7 minutos. Alíñalo con una cucharada de aceite de oliva virgen extra,
zumo de limón y pimienta negra recién molida.
También puedes elaborar una ensalada
con una vinagreta de cúrcuma y pimienta, adornada con brotes de brócoli.
Combina con los cereales
El sabor suave y delicado del brécol
combina con todos los cereales: al dente en arroces primaverales y germinados o
en sopa junto a la quinoa o el mijo. Incluso cocido en su punto, durante unos
tres minutos, puede dar un toque original a una ensalada multicolor o a una
pizza.
Al ser una verdura de rápida cocción,
también se puede añadir cortada en ramilletes a salteados de estilo japonés,
junto a bolitas de calabaza, una zanahoria, nabos y unas flores de ajos
tiernos. Con brécol también se elaboran cremas y sopas calientes aderezadas con
comino, jengibre, eneldo, orégano, ajo o perejil.
El brécol es más sano cuanto menos se
cuece
La investigadora Emily Ho, de la
Universidad Estatal de Oregón y del Instituto Linus Pauling (Estados Unidos),
señala que el brécol debe cocerse durante dos o tres minutos o, mejor,
prepararse al vapor y servirse crujiente para evitar la desaparición de la
mirosinasa, enzima que favorece la absorción de sus glucosinolatos
anticancerígenos.
La asimilación de estas sustancias
anticancerígenas se reduce entre 5 y 8 veces tras una cocción excesiva.
Fuente: Cuerpo Mente
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