Cada 5 de septiembre se
conmemora el DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER INDÍGENA recordando a Bartolina
Sisa, mujer Aymara que lideró parte importante de la rebelión Aymara – Quechua,
en 1780, contra las injusticias cometidas por los conquistadores españoles en
el Alto Perú. Lo hizo guiada por un profundo compromiso con el destino de su
Pueblo, fue desde muy joven testigo del estado de servidumbre al que era
sometido, entendiendo lo fundamental de asumir la autodeterminación en la
construcción de su futuro como Pueblos Originarios.
En la actualidad las
mujeres indígenas continúan su lucha por el efectivo cumplimiento de los
derechos que les han sido reconocidos, por decidir sus prioridades y modos de
vida. Impulsan y acompañan acciones en defensa de los territorios y bienes
naturales que les permiten mantener vivas sus culturas en la memoria de sus
hijas e hijos.
Generan espacios de
debate donde se plantean temas educativos, culturales y económicos, exigen una
sociedad libre de racismo, para vivir sin ninguna forma de discriminación ni
violencia. Tienen un papel fundamental como líderes espirituales y guardianas
de sus culturas. La violencia perpetrada contra sus Comunidades en diferentes
contextos las perjudica física, cultural y espiritualmente.
Para garantizar que se
cumplan sus derechos humanos, los Estados deben adoptar medidas para mejorar su
situación socioeconómica, frenar los obstáculos que enfrentan en el sistema
judicial para lograr un efectivo acceso a la justicia, generar mecanismos que
mejoren los sistemas de salud y proporcionar la oportunidad de participación en
todos los procesos que influyen en sus derechos.
Las mujeres indígenas
son fundamentales en los procesos que llevan adelante sus Pueblos, su bienestar
es el de todo el entorno y su labor diaria, dentro y fuera del territorio,
representa un aporte sustancial al logro de Comunidades más fuertes frente a
los embates de la actualidad.
Fuente: Endepa
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