La
oración más grande es la paciencia. Buda
Comprenderse
uno mismo requiere paciencia, tolerancia en el darse cuenta; el yo es un libro
de muchos capítulos que no puede leerse en un sólo día, pero cuando empiece a
leerlo debe leer cada palabra, cada frase, cada párrafo, porque en ellos hay
indicios de la totalidad. El principio es en sí mismo el final. Si sabe leer,
tendrá confianza, tendrá esperanza, podrá encontrar la suprema sabiduría.
Comprenderse
uno mismo es un arte que requiere no sólo logros intelectuales, sino una
paciencia y amor infinitos. Ser correctamente educados es comprender y tener
confianza en relación con todas las cosas -con el dinero, con la propiedad, con
la gente, con la naturaleza- en el vasto campo de nuestra existencia.
La
mente consciente está ocupada con lo inmediato, el limitado presente, mientras
que la inconsciente está bajo el peso de los siglos y no puede ser reprimida o
desviada de su curso por una necesidad inmediata. Lo inconsciente tiene la
cualidad del tiempo profundo, y la mente consciente, con su cultura recién
adquirida, no puede habérselas con ello conforme a sus urgencias pasajeras.
Para erradicar la contradicción interna, la mente superficial tiene que
comprender este hecho y permanecer tranquila -lo cual no implica dar
oportunidad a los innumerables impulsos de lo oculto-. Cuando no hay
resistencias entre lo manifiesto y lo oculto, entonces lo oculto, a causa de
que tiene la paciencia del tiempo, no invadirá lo inmediato.
Si
estás impaciente y ansioso de obtener resultados, ya estás perturbado; nada que
esté hecho con una mente perturbada será de calidad. Así que, no es sólo por
cuanto tiempo practiques, sino además, con cuanta paciencia, dedicación y con
qué calidad.
«La
confianza y la esperanza exige cierta cualidad de paciencia; no la paciencia
del tiempo, sino la perseverancia y el diligente cuidado de la responsabilidad
total».
Jiddu
Krishnamurti
Fuente:
La Iluminacion
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