Los
sentimientos dolorosos van a surgir. No puedes detenerlos. Pero eso no
significa que tengas que sufrir por ellos. ¿Cómo funciona esto? Digamos que
surge un sentimiento, un sentimiento incómodo, una ansiedad sobre algo que ‘tú’
piensas que deseas o que necesitas en ‘tu’ vida. Es muy intenso y doloroso cuando
surge, porque realmente crees que necesitas que esta cosa ocurra. Aun cuando
sabes que ‘todo en el universo es como debería ser’, no puedes sacudirte el
pensamiento de que tu vida necesita esta mejora adicional, o de que nunca serás
capaz de renunciar a ella, y tu vida será una miseria y carecerá de lo más
importante. Entonces, obviamente, el único modo de hacer que tu ansiedad
desaparezca es, aparentemente, actuar sobre ese anhelo doloroso, obsesionarte
lo suficiente como para hallar un plan que logre tu objetivo, el objetivo de
tener esa cosa que deseas.
De manera
que el deseo de ‘mejorar’ tu vida, de tener la cosa que estás anhelando tan
ansiosamente, se convierte en obsesión. Podría ser útil en este momento
recordar cómo han funcionado este tipo de cosas para ti en el pasado.
Cuando
lograste alguna vez la cosa deseada, ¿te alivió de la ansiedad? Probablemente.
¿Te sentiste bien? Sí. ¿Por cuánto tiempo? ¿Por cuánto tiempo, antes de que
otra ansiedad se volviera tan intensa como la primera? ¿O antes de que la cosa
que anhelabas se volviera decepcionante, o al menos, no todo lo buena que
pensabas que sería? (Sí, incluso ‘estar iluminado’ se volverá decepcionante,
porque es un falso objetivo). O, si el deseo nunca fue satisfecho, ¿cuánto
tiempo transcurrió antes de que olvidaras todo acerca de ese deseo? ¿Cuántas
cosas has deseado en tu vida que ni siquiera recuerdas ahora?
¡Cientos!
¡Miles! Así, en medio de la agónica ansiedad en torno a algo que deseas,
recuerda que NO NECESITAS ACTUAR en relación a ella. Que tenga o no lugar el
resultado deseado no es el punto. El punto es que AHORA hay ansiedad. Hay una
terrible incomodidad, un miedo mezclado con anhelo, un terror de que las cosas
no salgan ‘bien’. Eso es lo que realmente deseas cambiar: el sentimiento EN
CURSO. Y tus fantasías sobre ‘mejorar’ o ‘arreglar’ tu vida sólo empeoran las
cosas.
Dar
vueltas y vueltas obsesivamente en torno a lo que necesitas hacer parece la
única manera de sacudirte el terror que ha aparecido. Así que, ¿qué puedes
hacer? La clave es saber que no es necesario actuar en relación a ningún
sentimiento. Desaparecerá por sí mismo.
Saber que
nada hay que arreglar, nada que hacer; sólo observar.
Tan sólo
observar el surgimiento de este sentimiento de ansiedad: notar que es visto
claramente en la conciencia, y saber que pasará.
El dolor
está en pensar que ‘tú tienes que actuar a su respecto’. El dolor empeora
pensando que tienes que hacerlo desaparecer actuando a su respecto (dado que
‘tú’ eres responsable de hacer todo lo necesario para dar lugar a las perfectas
circunstancias para que esa ansiedad desaparezca).
Lo
gracioso del asunto es que esa ansiedad desaparecerá por sí misma.
Simplemente
observa cómo va apagándose y es reemplazada por otro pensamiento.
Puede
tomar un tiempo, y puede que sea dolorosa mientras esté aquí, pero igual se
desvanecerá.
Así que,
cuando un sentimiento incómodo está aquí, es importante ver que simplemente
pasará. Eso es todo.
Pero
mientras está aquí, tan sólo observa con asombro cuán claro es.
Hay una
clara luz de la conciencia que brilla ‘sobre’ ese sentimiento, y lo ves con
compasión, sin desear hacer nada a su respecto. No hay ninguna razón para hacer
algo con el objeto de aliviar la ansiedad o cualquier otro sentimiento
incómodo. No es necesario actuar a su respecto. Ninguna acción tendrá un efecto
satisfactorio.
Y si no
es necesario actuar a su respecto, entonces puede olvidarse. Pasa, y eso es
todo.
Recuerda
que tú eres la clara luz de la conciencia que brilla ‘sobre’ todos los
sentimientos y pensamientos que surgen.
¡No hay
nadie residiendo en esos pensamientos y sentimientos!
¡No hay
‘nadie en casa’ en esa historia!
Los
sentimientos vienen y van; a ellos nos apegamos, pero no tiene que ser así.
Ante
todo, nada de ese sin sentido de que es necesario actuar a su respecto.
¡No hay
nadie allí para efectuar ninguna acción!
El único
UNO en el universo ya está ocupándose de todo, por toda la eternidad, y ESE UNO
ERES TÚ: la luz de la conciencia misma.
Annette Nibley
Fuente:
Rio Abierto
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