La caléndula
o maravilla (calendula officinalis, calendula arvensis) es una valiosa planta
medicinal con la que podemos preparar un magnífico aceite, que es todo un
básico de cualquier botiquín natural que se precie.
PROPIEDADES
DE LA CALÉNDULA
La caléndula
tanto en uso interno como externo es conocida tradicionalmente por una gran
variedad de cualidades terapéuticas y se puede usar de diversas formas como:
infusión, decocción, aceite, pomada, cataplasma, tintura, en polvo, y hasta
como ingrediente de nuestras ensaladas.
Algunas de
las propiedades que se le atribuyen son:
Antimicrobiana
Antivírica
Antifúngica
Antiinflamatoria
Antiprotozoaria
Analgésica
Estimulante
del sistema inmune
Calmante del
sistema nervioso, estómago e intestinos
Calma los
dolores menstruales
Ayuda en las
afecciones hepáticas
Regula la
menstruación
Cicatrizante
Depurativa
Activa la
circulación
Antitumoral
Fortalece la
vista
Antiinflamatoria
del sistema venoso
APLICACIONES
TRADICIONALES DEL ACEITE
Este aceite
se emplea de forma externa y son muchas las aplicaciones que se le han dado
tradicionalmente:
Escoceduras
del pañal de los bebés
Acné,
forúnculos
Cortes,
heridas, sabañones, raspaduras cutáneas
Quemaduras
Picores,
irritación, eccemas, nariz irritada
Picaduras de
insectos o de plantas
Desinflama
varices, piernas cansadas
Úlceras
externas
Calambres
Hematomas
Piel
quebradiza,
Hemorroides,
fístulas
Hongos
Llagas de
decúbito en personas encamadas
PREPARACIÓN
DEL ACEITE DE CALÉNDULA
Con Flores
Frescas
Ingredientes
Flores
frescas recién recogidas (enteras, o machacadas)
Aceite
vegetal de calidad como el de oliva virgen, coco, almendras, girasol...
Proceso
Llenar un
envase de cristal hasta arriba con las flores sin apretar, cubrirlas con el
aceite, asegurándonos de que no queda ninguna flor expuesta al aire, ya que
esto podría estropear el macerado. Cerrar el envase y dejar en un lugar donde
reciba varias horas de sol diarias, entre 10 y 40 días, removiendo
periódicamente y limpiando la posible humedad que se hubiese creado en el
interior de la tapa.
Una vez
pasado el período de maceración, filtrar y guardar en un envase de cristal
oscuro bien limpio en un lugar alejado de fuentes de calor. Si vamos a estar
tiempo sin usarlo, podemos mantenerlo bien cerrado en la nevera.
Un par de
consejos: si utilizamos flores frescas, podemos dejarlas reposando sobre una
bandeja unas 12 horas antes de ponerlas a macerar. De esta forma perderán algo
de agua, evitando riesgos de aparición de moho en el preparado.
Será mejor
evitar la exposición del macerado al sol fuerte de mediodía en épocas de calor
para evitar que el aceite se enrancie.
Con Flores
Secas
Con flores
secas el proceso es el mismo, sólo cambia la proporción. En este caso
llenaríamos entre una cuarta parte y la mitad del envase con las flores sin
apretar (dependiendo de lo concentrado que lo queramos), y el resto hasta
arriba con el aceite.
Método
Rápido al Fuego
Fuego
directo: Si no quieres esperar varias semanas, o vives en un lugar con poco sol
quizás prefieras el método rápido que puede hacerse macerando la planta en
aceite siguiendo el método que explica Maria Treben en sus libros:
Echar la
planta triturada en el aceite y calentar hasta que hierva el aceite, retirar
del fuego y tapar.
Mantener en
un lugar cálido y un día después volver a calentar, filtrar y guardar.
Baño María:
O bien puedes poner la planta triturada con el aceite al baño María y dejarla
así durante un par de horas a fuego suave, apagar el fuego, dejar enfriar. El
aceite resultante, puede usarse inmediatamente una vez filtrado, o mantenerse
si filtrar en un frasco de cristal en un lugar cálido durante varios días o
hasta dos semanas, así se obtiene un aceite más completo.
CÓMO USARLO
Se puede
aplicar en forma de masajes, con un algodón, o untar directamente en el área
afectada.
Mejor la
planta fresca
Aunque se
puede utilizar la planta seca, si tenemos acceso a planta fresca, esta aportará
todos sus principios "vivos" y como resultado obtendremos un macerado
más activo. Por suerte, la caléndula es fácil de cultivar en casa, crece muy
bien en macetas al sol o a la sombra parcial.
El único
inconveniente de macerar planta fresca es que por su contenido en agua hay más
riesgo de que se eche a perder el preparado si se descuida, y habrá que tener
más cuidado también con su conservación. Podemos prevenir riesgos, dejando las
flores extendidas en una bandeja durante unas 12 horas, para que pierdan algo
de agua (como si las pusiéramos a
secar).
Los
preparados comerciales difícilmente superan el macerado hecho en casa
El aceite de
caléndula que solemos encontrar en muchos comercios pocas veces es el resultado
de macerar las flores frescas o secas directamente, por lo que difícilmente
superará a los que hacemos en casa cuidando cada paso del proceso con paciencia
y cariño.
ALGUNAS
IDEAS
¿Y si no
tengo demasiadas flores en mis macetas?
Si
cultivamos la caléndula en casa en un par de macetas probablemente no tengamos
todas las flores que necesitaríamos de una vez. Aún así es posible hacer el
aceite. Sólo hay que utilizar un envase pequeño, llenarlo un poco más de la
mitad con el aceite, dejarlo macerar al sol normalmente según lo expuesto
arriba, e ir añadiendo flores a medida que salen. Agregaremos más aceite si
fuese necesario durante el proceso. Una vez hemos echado la última flor,
esperaremos entre una semana y 15 días para filtrarlo.
También se
pueden usar las hojas
Aunque para
el aceite de caléndula tradicionalmente se suelen emplear las flores, las hojas
y los tallos también son ricos en propiedades medicinales y se pueden añadir a
los preparados. Algunos autores como Maria Treben destacan el uso de la planta
entera macerada en aceite contra varices, tumores y problemas circulatorios,
entre otros.
¿Los
desechos del macerado se pueden aprovechar?
Una vez
filtramos el aceite, los restos de planta que nos quedan son valiosos y todavía
les podemos dar algún uso. Por ejemplo, se pueden utilizar a modo de cataplasma
sobre varices, eccemas, quistes... etc.
Si se
estropea
A veces
durante el proceso de macerado puede ocurrir que el mismo se estropee
saliéndole moho. Esto se puede prevenir asegurándonos de que el envase recibe
el suficiente calor, además de mantener el interior de la tapa libre de
humedad, limpiándola cada día, incluso podemos poner un trozo de tela fina
entre la tapa y el envase para que absorba el agua que pudiera condensarse.
También es importante remover el macerado a diario, asegurarnos de que todas
las flores quedan por debajo del aceite, y girarlo de modo que el sol incida
sobre todas las partes de forma uniforme.
Otra forma
de prevenir que se pueda estropear es dejar las flores a secar unas horas o
días antes de macerarlas, así perderán parte de su humedad.
PRECAUCIONES
- Las
personas con alergia a las plantas de la familia de las compuestas deben evitar
el uso de caléndula.
- En cuanto
a las mujeres embarazadas o que estén dando el pecho, no hay unanimidad al
respecto de la seguridad de utilizar preparados de caléndula, algunos autores
la desaconsejan, aunque tampoco hay evidencias de que sea nociva, por lo que
deberán consultar con el médico de su confianza.
El aceite de
caléndula es uno de los macerados ideales para comenzar a familiarizarse con
las plantas, ya que es muy útil, seguro y versátil, además de sencillo de
hacer. Y toda la familia puede disfrutar de sus bondades, desde los bebés hasta
los más mayores. Además es la base ideal para excelentes pomadas de las que
hablaremos en futuras entradas del blog.
Os animo a
prepararlo y a que la sencilla caléndula nunca falte en nuestros balcones,
huertos y jardines ecológicos.
ESTA
INFORMACIÓN NO ES, NI SUSTITUYE, LA CONSULTA, TRATAMIENTO, O DIAGNÓSTICO DEL
PROFESIONAL DE LA SALUD COMPETENTE,
Fátima Solé
Naturópata
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