Nuestra mente es especialista en generar uno y otro
pensamiento, la mayoría de ellos sin mucho sentido y muchos perjudiciales para
nosotros mismos, por eso si estás pensando algo negativo, no te enganches con
eso, no dejes que un pensamiento negativo se encadene a otro y lo atraiga, y
este a otro, hasta estar inmerso en una nube negra que te asfixia.
Nuestra mente poco descifrada trabaja de una forma particular,
a veces nos hace sentir miedo intenso, tristeza profunda, frustración, pena por
algún acontecimiento del pasado, en fin… ella solo ve lo quiere ver en un
momento determinado y esto no necesariamente tiene que ver con la realidad.
Hagamos pausas en nuestros ciclos de pensamientos, para que
todo lo que nos perjudica se aleje de nosotros y podamos cambiar el esquema.
Nuestro cerebro aprende y desaprende, podemos darle un tipo de programación que
nos beneficie, que nos permita pensar en positivo y de esta manera
proyectarnos.
No debemos paralizarnos
o estancarnos producto a lo que nuestra mente genera, ella es un tanto
dramática y se acostumbra con facilidad a los estados de alerta, a la zozobra,
al estrés y con ello tiende a perder la perspectiva, si no identificamos con
prontitud lo que ella trata de hacer, y no es otra cosa que nuestro ego sobreviva,
puede llegar a inquietarnos nos facilidad.
La vida no es tan complicada, todo depende de cómo vemos las
cosas, lo que nos ocurre dentro y lo que pasa en nuestro exterior. Por eso
cuando detectemos sensaciones negativas en nuestro cuerpo, prestémosle atención
a nuestros pensamientos, ya que nuestras emociones son el resultado de nuestro
cuerpo a nuestros pensamientos.
Nuestra memoria tampoco es muy fidedigna, ella recuerda cómo y
lo que quiere, que no necesariamente se ajusta a lo que en realidad ocurrió,
pero así lo cree y así se forma una realidad para nosotros. Recordemos que
nuestra mente es una parte de nosotros, pero no lo es la base, sobre ella está
una consciencia divina, esperando ser reconocida, esperando ser escuchada.
Nuestra intuición es ese acercamiento que presentamos con
nuestra esencia, lo que nos informa lo que dice nuestro corazón, a esto sí
debemos prestarle especial atención, porque es lo que nos llevará a donde
queremos estar.
Cuando nos sentimos en paz,
que nada puede perturbarnos, es un reflejo de desde dónde estamos actuando,
desde donde nos estamos reconociendo y con qué parte de nosotros nos
identificamos, cualquier cosa que nos quite la paz está vista y transformada
desde nuestra mente. Demos espacio a lo que realmente somos y tomemos
consciencia de eso va mucho mas alla de lo que pensamos.
Fuente: Rincon del Tibet
EXCELENTE INFORMACIÓN!!!! GRACIAS!!!!
ResponderEliminarYubiri!!! que alegria saludarte hermana!!! compañera de camino, Luz y Amor a tu existencia!! Abrazos!!
ResponderEliminar