Detrás de todo lo que vivimos hay una elección que proviene de
nuestro inconsciente y que da como resultado una experiencia que llamamos
“consciente”.
Nuestra mente, esa gran desconocida, tiene una relación
directa con nuestra calidad de vida. A lo largo de toda nuestra vida desde que
somos bebes, estamos grabando contenido en ella. Este contenido son todas
nuestras ideas, nuestras percepciones sensoriales, nuestros deseos y expectativas, así como todas
nuestras experiencias de vida.
Todo este contenido genera unos patrones de conducta que
llamamos programación. La realidad que
creamos surge de todo este contenido que hemos programado.
"TEN CUIDADO CON EL TIPO DE PENSAMIENTOS QUE COLOCAS EN
TU MENTE".
Dentro del contenido de nuestra mente inconsciente hay una
gran parte que nos ayuda, nos facilita la vida, nos hace lograr lo que deseamos
y otra parte del contenido almacenado
nos limita, bloquea y no nos hace
la vida más fácil, ni ser más eficientes. Así que es interesante aprender a
detectar este contenido para poder “limpiarlo”.
Cada temporada, algunos tenemos la buena costumbre, de
hacer limpieza de armarios, revisar lo
que no nos sirve, lo que ha dejado de sernos de utilidad y donarlo o si está
viejo y roto mandarlo directamente a la basura. Este mismo proceso tendría que
ser imperativo cuando hablamos del contenido de nuestra mente y aquello que no
sirve “tirarlo”.
Cada final de año, reservo un espacio para reflexionar y
revisar el contenido de mi mente;
cuántas experiencias y aprendizajes nuevos he tenido este año,
observando cómo se va ampliado mi zona de confort más y más cada año. Selecciono lo que tengo que desechar, pensamientos o
comportamientos que no me hacen la vida más fácil, ni más bella, ni más plena,
ni más amorosa. Qué objetivos, qué logros quiero alcanzar para el año nuevo y
de qué pensamientos y comportamientos me tengo que acompañar para poder
lograrlos.
Todo lo que vivimos y experimentamos en nuestra vida son
elecciones que hacemos. Y estas elecciones se crean de ese contenido
inconsciente. Si nuestro sistema de pensamiento está basado en el miedo o en la
culpa viviremos en constante agonía, intentando controlarlo todo o protegiéndonos de las proyecciones
catastróficas con las que miramos nuestro futuro. Si esto es lo que vives en tu
vida, sé consciente de que te lo estás programando tú y que parece que no te lo
estás poniendo muy fácil.
Los hechos que ocurren en nuestro día a día son neutros, es
cómo los interpretamos y los vivenciamos lo que les da una valoración positiva
o negativa y una carga emocional concreta.
¿Dónde pones la atención?
Como Humanidad hemos puesto nuestra atención en nuestros
pensamientos y en la identidad creada por estos. Y nos hemos olvidado de
nuestra parte esencial, de esa chispa divina que todos llevamos dentro y que
nos proporcionaría la estabilidad que la mente no nos puede dar.
Cada instante que vivimos es un Universo entero y lo pasamos
por alto. Es algo tan simple y a la vez tan conectado a la vida que no lo
valoramos, nuestro programa, no nos lo permite.
En ocasiones, la vida nos coloca ante situaciones o en
relaciones que no nos gustan, sin ver la gran oportunidad que se nos está
ofreciendo al mostrarnos el reflejo de una parte nuestra que no nos gusta. Nos
estamos protegiendo de nosotros mismos, miramos hacia otro lado y, sin embargo,
la vida nos lo muestra para que seamos capaces de ver qué es lo que nos está
impidiendo ser más grandes, alcanzar la plenitud como seres humanos e ir
perfeccionándonos. La vida nos coloca en situaciones donde podemos superarnos e
ir más allá de nosotros.
De aquí la importancia de “limpiar” ese contenido que nos
limita, bloquea o paraliza y que, a modo de patrones que se repiten una y otra
vez en nuestra vida, haciéndonos sentir que la vida no es una experiencia fácil
y amorosa.
Cuando pregunto: ¿dónde pones tu atención? Es para hacerte
reflexionar hacia dónde señalas con tu dedo, ¿Señalas al otro o te señalas a
ti? Recuerda que tu realidad es una proyección de tu mente, de lo que has
programado en ella y que has elegido libremente creer que esa es la realidad.
Ahora sabiendo que es tu realidad subjetiva, puedes realizar
una nueva elección, esta vez consciente, revisando, profundizando,
identificando lo que ya no te sirve y transformándolo.
"EL QUE PUEDE CAMBIAR SUS PENSAMIENTOS, PUEDE CAMBIAR SU
DESTINO". Stefhen Crane
Toda causa tiene un efecto, Newton decía: “A toda acción le
corresponde una reacción”. Lo que siembras es lo que vas a cosechar. El efecto,
la reacción o la cosechas es lo estás experimentando en tu vida. Si no te gusta
no pierdas el tiempo en los efectos, acude a la causa, a la acción y rectifica
esa conducta o esos pensamientos para que las emociones que vivas sean aquellas que te hacen sentir la vida más
plena.
"TUS
PENSAMIENTOS CONSTRUYEN TU VIDA, ELÍGELOS BIEN".
No es magia, es un trabajo de ecología, responsabilidad y
mucha voluntad para vivir la vida que quieres realmente vivir y ser la persona
que deseas ser.
"El
Alma se tiñe del color de tus pensamientos.
Piensa
sólo en aquellas cosas que están en línea con tus principios y que
puedan ver la luz del día.
El
contenido de tu carácter lo eliges tú.
Día a
día, lo que eliges, lo que piensas, y lo que haces, es en lo que te conviertes.
Tu
integridad es tu destino, es la Luz que guía tu camino"
Heráclito de Éfeso (Éfeso, Turquía, 535 a. C. - 475-474 a. C.,
Ibd.)
LOURDES MORALES
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