No
pierdas el tiempo con la fotografía que guarda lo muerto, ni con el espejo que
es solo una repetición, que tu mente no funcione como una cámara fotográfica,
sino como un radar, atento a las infinitas propuestas de la vida, entonces
desbordará fuego, es decir, amor que solo puede suceder cuando te conoces,
porque de lo contrario, ¿con quién estará el otro?
Pero el
amor no es solo relacionarte con el otro, con los otros. Es un estado luminoso
del ser, tan pleno que se basta a sí mismo, es más que enamorarse es tener
conciencia que uno es el mismísimo amo, eso es realmente estar enamorado, es
decir en brazos del amor, es decir en brazos de uno mismo.
La
antítesis del amor es el miedo que te condena a una reiteración constante, y el
odio es el amor malentendido, una manera insalubre y vergonzosa de amar, el
amor te crece y el miedo te empequeñece, el amor abre todas las puertas y el
miedo las cierra, el amor confía, el miedo duda. El miedo es el infierno ahora
mismo, y el amor el paraíso siempre.
Es más
digno que saltes al vacío, es decir que te entregues a la aventura, a que te
maten lentamente creencias heredadas, es decir muertas.
Y esa
entrega a la vida es el punto más alto del amor que es mi religión.
El arte
es el fruto más apreciado del amor.
Medita,
busca tu centro que es el que te comunica con el universo, profundízate y
llegarás más lejos, a cuanto más adentro más afuera, y deja que tu cuerpo se
manifieste, es decir, baila, canta, has el amor que es una manera de cantar y
bailar a la vez, de comunicarte directamente con la vida, es decir con Dios.
Escucha
todos los pájaros y reverencia todas las montañas, excítate en la selva y deja
que los ríos te lleven a los mares que entre muchas maravillas, tienen islas
maravillosas. . .
Fragmento
del monólogo "Levantate y Anda" de Facundo Cabral.
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