ONDA ENCANTADA DEL MONO






Hoy comienza la onda encantada del Mono azul, nos invita a pasar 13 días en su compañía percibiendo la magia de la vida y las diferentes posibilidades que nos presenta cada momento de elegir opciones diferentes del abanico que siempre tenemos delante. Si algo no nos salió bien, lo volvemos a intentar desde otra mirada, desde otro ángulo y quizás cambiando algún punto sutil para disponer de más posibilidades.
Tengamos como ejemplo a los niños que son tan inocentes que disfrutan con casi todo lo que tienen delante. Son juguetones, simpáticos, espontáneos, aunque a veces resultan caprichosos y algo ariscos; recordemos que ellos llegan a este mundo sin programaciones y toman ejemplo del entorno en el que viven y de las personas con las que se relacionan. De ello, es importante deducir que nuestros niños cercanos tendrán, además de lo que los genes le hayan otorgado, comportamientos “por simpatía”, o lo que es lo mismo, por roce y acercamiento a las personas que les rodean y a las que aman e imitan quizás sin darse cuenta.
Nosotros, aunque ya no somos niños, crecimos de la misma forma y por ello es seguro que hemos compartido escenas en la infancia con familiares, y algo de aquello se nos ha quedado en nuestro interior. Son las ventajas e inconvenientes de vivir en sociedad, en familia, en contacto con los compañeros de colegio…
¿Cuántas veces recordamos los juegos compartidos con los padres y hermanos? ¿Y las risas provocadas por los seres queridos para distraernos? ¿Creemos haber disfrutado de una feliz infancia? ¿Desde la distancia qué cambiaríamos si fuera posible? ¿El rencor o la tristeza por sucesos desafortunados todavía los recordamos? ¿Nos han enseñado a pasar página, a perdonar, a amarnos sobre todas las cosas y a sentir que somos uno con los demás? ¿Arrastramos comportamientos que no son nuestros y aún no nos hemos percatado de ello?
Para resolver las preguntas anteriores el Mono nos recuerda que cualquier ilusión perdida en el pasado se puede recuperar aquí y ahora y hacerse efectiva como por arte de tu propia magia. Nos invita a saber que si sonreímos a la vida, ella nos devuelve ciento por uno. Cuando no sepamos por dónde seguir el camino, nos preguntaremos, ¿qué haría yo si en este momento fuera totalmente libre, sin ataduras, sin esquemas de comportamientos que me atrapan, si no fuera el yo que todos conocen y que he de mantener por encima de cualquier circunstancia? ¿Me siento feliz siendo de esa forma tan previsible, o preferiría cambiar totalmente de vida e ir a un lugar donde nadie me conociera y partir de cero, siendo por fin mi yo real que ha estado escondido sin atreverse a aparecer?
Somos mágicos y podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos, o por lo menos disfrutar en el intento. Los enfados con familiares y amigos solo nos restan energía, ya que parte de la nuestra está enredada en los acontecimientos que nos unieron y no es fácil recuperarla sin romper el cordón y seguir viviendo sin los recuerdos tristes que nos han dolido en el pasado. Ahora, después de que el tiempo nos haya convertido en otras personas más amorosas, ¿de verdad queremos seguir unidos a esos sucesos y poseer menos energía personal? Es el momento, con la magia de estos días, de cortar esos lazos, de tratar de hacer las paces con el otro u otros, y si no es posible por parte de ellos, nosotros cortaremos los lazos, con un trabajo especial, liberándonos de esas ataduras y sintiéndonos muy felices.
Con estos comportamientos, deshaciendo los nudos emocionales de otros tiempos, nos sentiremos más livianos, con una energía poderosa y fuerte, y en las relaciones difíciles dispondremos de mayor seguridad y fortaleza interior. Somos niños creados por la vida y deberíamos de seguir siempre disfrutando de esa característica inocencia que nos permite sonreír y amar a los demás sin pedir nada a cambio. Nos dedicamos por fin a ser nosotros mismos, a rellenar esos espacios que en el pasado hemos ido negando sin ni siquiera enterarnos. Somos adultos y niños al mismo tiempo; nos sonreímos y sabemos lo que hacemos; decimos sí o no con conocimiento de causa; seguimos adelante con consciencia de saber quiénes somos en realidad y hacia qué lugar nos dirigimos…
Es la forma de jugar al juego de la vida que tiene casillas verdaderas y al mismo tiempo otras que son mera ilusión, y si pasamos por ellas, es fácil entretenerse y estar allí un tiempo sin saber en realidad qué hacer. Con fuerza y poder saldremos de esa casilla reanudando nuestro juego consciente, interactuando con los jugadores que, a nuestro alrededor, también tiran sus dados al aire en espera de seguir jugando. ¡Cuidado con las trampas, mucha atención para verlas de lejos y no caer en ellas!
SOMOS PERSONAJES DE UN CUENTO EN EL QUE VAMOS VIVIENDO HAZAÑAS Y AVENTURAS EN EL JUEGO DE ESTA VIDA EN LA QUE NOS HEMOS INVOLUCRADO. SI CREEMOS EN LA MAGIA, APARECERÁ UN ÁNGEL, UN HADA O CUALQUIER PERSONAJE MÍTICO O MÍSTICO, O SENCILLAMENTE UN AMIGO O FAMILIAR, Y NOS AYUDARÁ EN LOS ENSAYOS PARA AL FINAL SER UN PERSONAJE IMPORTANTE EN LA OBRA Y VIVIRLA CON PACIENCIA, AMOR, SABIENDO QUE CUANDO SE CIERRE EL TELÓN, NOS VALORAREMOS EN EL OTRO PLANO, Y POR ELLO DEBEMOS REALIZARLO TODO LO MEJOR POSIBLE. ¡SOMOS ACTORES APRENDIENDO EL PERSONAJE QUE NOS TOCA PARA HACER LA REPRESENTACIÓN FINAL Y RECIBIR LOS APLAUSOS Y REGALOS MÁGICOS QUE MERECEMOS!

Fuente: Onda Encantada
















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