LA LIBERTAD



 “La libertad es el oxígeno del alma” Moshe Day

En muchas ocasiones el tema de los dones y talentos parecería ser uno más dentro de tantos, porque aparentemente no hay que hacer mayores esfuerzos para que salgan a flote y sean reconocidos. Pero tal vez el más importante de ellos, y no siempre lo suficientemente apreciado, sea la libertad. Quizás uno de los estados en apariencia más inalcanzables, puede ser el de sentir que no hay cadenas que puedan atar nuestros pensamientos, sentimientos o emociones, o experimentar la sensación de volar sin restricciones o, incluso, poder actuar sin que nuestros actos sean sometidos a juicio o fiscalizados.

A esto, agreguemos que en ocasiones los miedos subyugan y paralizan de tal forma que la libre determinación individual se ve opacada y el Ser verdadero queda oculto en lo más profundo de la incertidumbre porque es reprimido con intensidad por la no expresión de lo sentido.

Gestionar las emociones y reconocernos deliciosamente vulnerables, observarnos desde el silencio que nos permite estar en primera persona frente a la duda y la crítica, descubrir que somos filtros y que lo que trasciende es lo verdaderamente esencial, resulta cuanto menos reconfortante. Esto nos permite reciclar los sueños, recuperar la esperanza y comprender que la vida es un continuo aprendizaje para que, cuando retiremos una hoja más del calendario, hayamos encontrado también un motivo más para celebrar nuestra cercanía a la libertad.

La valentía y el arrojo son condiciones que se requieren para poder allanar el camino hacia la interiorización, donde se asoman bajas vibraciones como la ira, la intolerancia, el resentimiento o la envidia, que hacen que estemos mucho más expuestos al cautiverio de la duda, la vacilación, la sospecha y el recelo.

Es tiempo ya de descubrir que la sabiduría más profunda nos está invitando a cada momento a redimir las cargas, a soltar y a sonreír para mirar con optimismo hacia el cielo azul como depositario de nuestro vuelo. Es la oportunidad para extender las alas y danzar al viento contemplando el territorio de la inmensidad dispuesto para nosotros. Es momento también para comprender que la voluntad debe ser esgrimida sin titubeos en el intento de ser libres. Esto es, acercarnos a ser dueños de nuestra conciencia en el nivel más elevado para percatarnos de que, a pesar de ser vulnerables, bien vale la pena intentarlo para encontrar “la verdad que os hará libres”.


Alejandro Posada Beuth


Fuente_ Via Vida





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