CAMBIO DE CREENCIAS EJERCICIO PRACTICO Parte I





Con tus creencias, te sentencias

El dinero no trae la felicidad. De algo hay que morirse. Todos los hombres son iguales. La vida es dura. Quien bien te quiera te hará sufrir. Todo en la vida requiere un sacrificio. Mejor pobre pero honrado. Nunca serás nada en la vida. Eres tonto. El dinero no cae del cielo…

Cientos de creencias, generadas en base a pensamientos auto destructivos, anidan en nuestra mente inconsciente sin que nosotros sepamos de su existencia, forzándonos a vivir determinadas experiencias e impidiéndonos otras que, en cualquier caso, nos alejan de nuestra verdadera Esencia.

Mientras no seamos conscientes de que cada experiencia tan solo es la proyección de nuestro universo mental y emocional, seremos esclavos de nuestras creencias. cambiar creencias

¿Quieres que tu vida siga igual… o te dices SÍ AL CAMBIO?

No es cuestión de ignorancia, sino de creencias
¿Has tenido oportunidad de comprobar cómo actúa un virus en el ordenador? Y si no es así, muy posiblemente hayas oído hablar de ellos. Cuando un ordenador tiene algún programa virulento, independientemente de que se trate de una súper máquina, pasará a convertirse en inservible.

Esta introducción me sirve como ejemplo para hablarte de nuestra mente, puesto que funciona exactamente en los mismos términos. Nuestra mente es portentosa y poderosa, por muchas veces superior a esa súper máquina de la que te hablaba… y sin embargo, mientras no identifiquemos los virus existentes entre sus programas, poco o nada podemos hacer para optimizar nuestra excelente herramienta, a pesar de que seamos capaces, inteligentes, creativos…  cambiar creencias

Consciente e Inconsciente

Nuestra mente de divide en dos parcelas, consciente e inconsciente, diferenciadas entre sí por sus características y al mismo tiempo indisociables. Este último, según la neurociencia, supone aproximadamente el 97% de la totalidad. Algo que solemos utilizar como ejemplo para su comprensión, es la imagen de un iceberg.

Lo que nosotros vemos del iceberg, por quedar alzado sobre el nivel del mar, correspondería a nuestra mente consciente, que recoge; el resto, la gran mole invisible que queda por debajo de esta línea, sería la representación del inconsciente. La mente consciente analiza, recuerda, imagina… vive en un tiempo lineal, podríamos decir que reúne los procesos mentales de lo conocido, de aquello de lo que somos conscientes de su existencia.

En cambio, la mente inconsciente no juzga, no diferencia entre real, simbólico e imaginario… interpretando todo como real, es atemporal y, lo más importante, siempre se está proyectando hacia afuera, de tal manera que son nuestros pensamientos y emociones lo que vemos a través del reflejo del otro y de cuanto nos sucede.  cambiar creencias

. El inconsciente: el gran desconocido

Sucede que queremos que en nuestra vida se den determinadas circunstancias, como puede ser una relación de pareja, un trabajo bien retribuido, salud, una casa así o asá, incluso el embarazo tan deseado…, y finalmente lo que vivimos poco o nada tiene que ver con nuestros anhelos. La razón es porque una cosa es lo que conscientemente queremos que pase, y otra muy distinta lo que nuestro inconsciente quiere que pase.

Sólo tienes que observar tu vida para darte cuenta de cuáles son tus creencias inconscientes, puesto que el 97% de cuanto vives es el efecto de las decisiones tomadas por tu mente inconsciente. El inconsciente funciona como una grabadora, de tal manera que reproduce fielmente la información que hayamos grabado en ella:

La que recibimos por cascada biológica de nuestro árbol, tanto paterno como materno, desde el instante mismo en que se produce la fecundación (Transgeneracional).
La de cuanto piensa y siente mamá mientras permanecemos en su vientre, y durante nuestros primeros tres años (Proyecto Sentido Gestacional).
Y, por último, la que absorbemos durante nuestra primera infancia, puesto que hasta la edad de 7 años nos comportamos literalmente como esponjas, lo que hace que los comportamientos y actitudes de aquellas personas a las que consideremos referentes (en primera instancia mamá y papá, abuelos, hermanos mayores, profesores…), se graben profundamente en nuestro cerebro.  cambiar creencias
La causa está en ti, el efecto es lo que ves fuera
Si bien toda esta información está alojada en nuestro inconsciente, tan solo aquella que es verificada por nosotros por tres veces pasa a convertirse en nuestra creencia, en nuestro “Yo creo…”.

Te explico cómo funciona. Cada acción conlleva a un resultado. Cuando tres acciones similares obtienen los mismos resultados, se aplica la lógica inconsciente entre el efecto (consecuencia de la acción) y la causa (acción en sí misma), otorgándole veracidad a la creación construida por nuestro cerebro.

Te pongo un ejemplo. Supongamos que me considero una persona tímida: me cuesta relacionarme, expresarme, e incluso en ocasiones tartamudeo cuando lo hago. ¿Por qué me comporto así? ¿Qué hay detrás de mi comportamiento? La respuesta siempre es la misma: me estoy protegiendo. ¿Protegiendo de qué, dónde está el peligro?  cambiar creencias

La emoción no expresada

Mientras que la mente consciente elimina de sus archivos las experiencias dolorosas, traumáticas, de gran carga emocional, el inconsciente mantiene todo registrado. En estos casos, la hipnosis es la más eficaz de las herramientas. ¿Qué ocurrió para que yo hoy tenga este condicionamiento? Algo tuvo que haber vivido la niña, mi niña interior, algo que la causó miedo en cualquiera de sus variantes: temor, angustia, asco, vergüenza, humillación, rabia, tristeza… El miedo tiene muchas caras.

Cuestionándonos nuestra actitud, llegamos a tomar consciencia de los episodios originarios de nuestro actual comportamiento. Siguiendo con el ejemplo anterior, nuestra particular investigación recordará aquel día en la escuela, cuando nuestra niña salió al encerado por indicación de su profesora y, estando allí, expuesta delante de sus compañeritos, ésta la ridiculizó y humilló burlándose de sus palabras. Ese fue el primer instante donde se grabó el miedo.

La creencia quedará instalada si, por dos veces más, la niña al expresarse se siente ridiculizada y humillada, ya sea en el mismo contexto o en cualquier otro. El cerebro, en base a su lógica, utiliza la causa (YO HABLO) y el efecto (BURLA), para crear la creencia, en forma de profunda sugestión, donde la causa (estado mental) se ha convertido en la unión de la causa y efecto inicial, siendo, por ejemplo: Cuando hablo se ríen de mí,  o Mis palabras son motivo de burla.  cambiar creencias

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Retroalimentamos la creencia
La niña, ajena a la información inconsciente, crecerá y vivirá coaccionada por esta creencia. Para ella, su normalidad será un “yo soy tímida“, sometida invariablemente al temor de obtener siempre el mismo resultado. El inconsciente no entiende de pasado, presente y futuro… ¿recuerdas?

La creencia nos impulsa a actuar de una determinada manera, esa acción nos conduce a un resultado y el resultado refuerza la creencia… Se trata de una espiral, puesto que el resultado mismo es lo que alimenta la creencia, hasta el punto que, de no hacernos conscientes, la creencia termina por apoderarse de nuestra voluntad, controlando nuestro cuerpo y mente biológicos el resto de nuestra vida.

Las creencias limitantes siempre están actuando, independientemente de que seamos o no conscientes de ellas. Puedes apreciar sus resultados en tu vida. Sólo tienes que darte cuenta de lo que cosechas para saber lo que sembraste… Y si esto es así, ¿qué tal si de una vez nos hacemos responsables de nuestra vida?  cambiar creencias

Mismos pensamientos, mismos resultados

¿Sabes que tenemos unos 70000 pensamientos al día, y que la mayor parte de ellos son los mismos que tuvimos ayer, y antes de ayer, y hace 10 años… y que, además, serán lo que mañana repetiremos? ¿Cómo es posible, entonces, que esperemos obtener diferentes resultados cuando estos, en última instancia, son el producto de nuestros pensamientos?

Si siempre estoy sembrando tomates, ¡¡no esperaré recoger lechugas!! Con esto quiero decir que da igual que cambies de pareja, de trabajo, de casa… porque mientras no cambies tus creencias, tu manera de interpretar el mundo, vivirás el mismo tipo de conflicto.

Tu percepción viene determinada por tus creencias, ves e interpretas el mundo a través de ellas. Como decía el psicoanalista Carl G. Jung, mientras no hagas consciente tú inconsciente, este se manifestará en tu vida y tú lo llamarás destino.  cambiar creencias

Entonces, ¿qué son las creencias?

Robert Dilts, uno de los principales propulsores de la Programación Neurolingüística (PNL), enunció: “Las creencias son los juicios y evaluaciones que hacemos sobre nosotros mismos, sobre los demás, y sobre el mundo que nos rodea“.

Básicamente, las creencias son pensamientos que, al asumirlos como verdades, se convierten en órdenes incuestionables... incluso si éstas nos alejan del estado de paz y bienestar que hemos venido a disfrutar.

Como hemos visto, desde niños creamos nuestro particular patrón de realidad, ya que nuestro cerebro funciona en base al ensayo – error, analizando las causas de lo que nos causó dolor e identificándolas para no volverlas a cometer.

El sistema de creencias viene a ser el vademécum personal de cada uno, en el cual se refleja los pensamientos, valores, aseveraciones y objeciones, acerca de cómo funciona el mundo.  cambiar creencias.


Fuente: Volviendo a Nacer

Continuara en
CAMBIO  DE  CREENCIAS: EJERCICIO  PRACTICO  PARTE  Parte  II




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