“A lo largo del tiempo,
ha habido especulaciones sobre la existencia de un grupo interno de
conocedores, seres iluminados de compasión y sabiduría que trabajarían detrás
de escena. Ellos han sido conocidos como la Hermandad Blanca, los Maestros de
Sabiduría, la Jerarquía Espiritual y la Sociedad de Mentes Iluminadas.”
Adaptado de Alice A.
Bailey
A lo largo del tiempo,
ha habido especulaciones sobre la existencia de un grupo interno de
conocedores, seres iluminados de compasión y sabiduría que trabajarían detrás
de escena para guiar y proteger a la humanidad. La memoria subconsciente de
esos grandes Maestros existe en lo profundo de nosotros dándonos recuerdos
breves de un tiempo muy distante. Ellos han sido conocidos por muchos nombres
en las diferentes tradiciones del mundo, tales como la Hermandad Blanca, los
Maestros de Sabiduría, la Jerarquía Espiritual y la Sociedad de Mentes
Iluminadas. En el mito y la leyenda, como también en los escritos de Platón y
otros clásicos, fueron conocidos como sabios reyes filósofos que, según nos
dicen, gobernaron en un tiempo distante y olvidado.
Sin embargo, de acuerdo
con las enseñanzas de la Sabiduría Ancestral, estos Maestros no sólo son
materia del mito y la leyenda, sino seres vivos, “personas de bien”, que por
miles de años han asegurado y protegido a la humanidad desde la santidad de sus
retiros espirituales. Ellos han sido quienes han inspirado tantas ideas
creativas y avanzadas de artistas y pensadores en el mundo.
De tiempo en tiempo,
los miembros de esta Jerarquía han aparecido en el mundo, particularmente en
los comienzos de una nueva era o durante tiempos de crisis. Estamos ahora en el
medio de uno de esos procesos, con la diferencia de que esta externalización no
será un evento aislado, sino uno en el que los Maestros avanzarán en varias
líneas de trabajo para reorientar juntos el sentido de la vida en el planeta.
Muchas personas activas del mundo forman parte de este esfuerzo grupal, incluso
aunque no tengan conciencia de su afiliación. La responsabilidad de la
humanidad es la de ayudar a preparar las condiciones planetarias, de manera que
los miembros más avanzados de este grupo interno –los Maestros de Sabiduría-
puedan finalmente aparecer en escena.
Un esfuerzo grupal
Este grupo interno de
trabajadores incluye personas de cualquier fe (o no fe), nacionalidad y raza.
Se encuentran activos en muchas áreas de la vida humana –la política, los
derechos humanos, la religión, la espiritualidad, la educación, las finanzas,
el trabajo humanitario, la educación, el arte, la música, la ciencia, el
trabajo y las relaciones raciales- para crear una atmósfera en la cual puedan
florecer la buena voluntad y las buenas relaciones humanas.
Se nos ha dicho que hay
tres requerimientos principales que deben ser ampliamente controlados por la
humanidad antes de que los Maestros puedan comenzar su trabajo abiertamente en
el plano físico: i) El principio de compartir debe estar en camino de controlar
los asuntos humanos; ii) Los grupos políticos y religiosos en todo el mundo
deben comenzar a librarse de la intolerancia y el fanatismo y iii) Debe estar
en marcha el establecimiento de algún grado de paz mundial.
Ninguno de estos
requisitos está fuera de la habilidad de la humanidad para lograrlo en las
próximas décadas y ya se han realizado muchos avances en esas tres líneas de
trabajo. El éxito depende, en gran parte de generar conciencia en la opinión
pública. Ésta nunca ha sido movilizada hacia la buena voluntad, pero estamos
llegando al tiempo en que esto sea posible.
Pasos hacia la
externalización de la Jerarquía
El primer paso en el
proceso de externalización ha comenzado bajo el ímpetu de los conocidos por las
enseñanzas de la sabiduría eterna como los “destructores”. A este grupo, se le
ha dado la difícil tarea de destruir las estructuras antiguas y cristalizadas
del pasado, con el fin de permitir el flujo de nuevas formas para la
manifestación. La destrucción es siempre un aspecto esencial de cualquier
actividad espiritual, ya que despeja la vía para que los “constructores”
comiencen su trabajo. Los destructores trabajan bajo la influencia de la
energía del primer rayo divino de la voluntad y el poder. Su tarea es difícil,
porque ellos están del lado de lo nuevo y, en consecuencia, su trabajo
frecuentemente causa controversia.
Sin embargo, hemos
alcanzado el punto en nuestra evolución planetaria en que su trabajo está casi
completo y ahora es tiempo de que los constructores hagan el suyo. Ellos son
los trabajadores que traen nuevas formas y energías. Su trabajo es apoyado por
la energía del segundo rayo, pero también de la poderosa influencia del nuevo
rayo que entra en manifestación en este
período: la energía del séptimo rayo de la magia y el orden ceremonial. Es a
través de este rayo que se creará la nueva civilización mundial basada en
valores espirituales en el más amplio sentido del término. Los constructores
son los responsables de poner las bases de la nueva era. Mientras que los destructores
trabajan principalmente solos, los constructores han evolucionado hacia nuevas
formas de trabajo: un modelo más centrado en lo grupal y orgánico en su
estructura. Ellos rompen con el autoritarismo confinante del pasado y
pavimentan el camino para un nuevo nivel de creatividad, que cambiará
completamente todos los aspectos de la vida en el planeta.
Dentro de las próximas
décadas, veremos surgir un tercer estado de la externalización, cuando los
Maestros, quienes han trabajado fundamentalmente entre bambalinas, comiencen a
moverse hacia el mundo externo. El período presente, sin embargo, es de
preparación intensa por parte de la humanidad con el fin de “preparar el
terreno” para los próximos grandes eventos. Y en esta cadena jerárquica que
nunca termina, los mismos Maestros trabajan para preparar el camino de aquel
que ellos siguen: el Instructor Mundial.
¿Quiénes son estos
Maestros?
Desafortunadamente, hay
una gran cantidad de desconocimiento y desinformación con relación a los
Maestros. Es importante, en consecuencia, presentar una visión más realista de
ellos y del trabajo que realizan. Los Maestros difieren de la presentación que
han realizado numerosos grupos espirituales y religiosos en el mundo. Ellos no
encabezan estos grupos ni dirigen ningún ashram en el plano físico de
comunidades espirituales o grupos esotéricos tan ampliamente diseminados en el
mundo hoy en día. Los instructores espirituales de esos grupos son
frecuentemente individuos bien intencionados, pero que, sin duda, son pálidos reflejos
de los Maestros de Sabiduría. Algunas veces, dichos instructores distorsionan
el mensaje de los Maestros y el trabajo que vendrán a realizar con afirmaciones
y supuestos contactos con ellos. Esos contactos son las así llamadas
“canalizaciones”, que sitúan a todo el tema en el descrédito total.
Los Maestros de
Sabiduría no parecerán como sacados de otra época. No se presentarán a sí
mismos como gurúes o sabios ofreciendo bendiciones, vestidos con ropajes
ceremoniales y ofreciendo frases clichés para las masas ingenuas; más bien,
vendrán como individuos contemporáneos, extremadamente poderosos en el trabajo
que realicen. Ellos poseen capacidades extraordinarias de liderazgo y se
encuentran en niveles de conciencia inimaginable para la humanidad. Pueden ser
comparados, en cierto sentido, con generales de un poderoso “ejército”, sólo
que ese ejército no está dedicado a las maquinaciones de la guerra, sino a la
implementación del Plan Divino de amor y luz para el planeta.
Estos Maestros serán
líderes, profesionales y efectivos en muchos campos, capaces de implementar
grandes cambios de naturaleza positiva. No necesitarán ser proclamados y no se
llamarán a sí mismos Maestros o algo similar. Serán conocidos y admirados por
los cambios que implementen con la cooperación de la humanidad para transferir
el poder desde aquellos que trabajan en las líneas del materialismo, del
egoísmo y de la codicia en el planeta hacia las manos de las personas
orientadas al bien. De esta manera, serán la nueva base del poder y la voz
dominante en el mundo. Estarán fuertemente identificados con la humanidad y sus
problemas; sin embargo, no vienen a “salvarnos”, como muchas personas parecen
pensar. Tampoco estaremos “salvados” al reconocerlos; en lugar de ello,
trabajarán en conjunto con la humanidad para contrarrestar las condiciones
negativas del planeta, hasta ahora, exitosas en retrasar el avance de la
humanidad.
Los Maestros no vendrán
al escenario mundial de manera espectacular, mediante algún tipo de
proclamación mundial que forzará a hombres y mujeres a reconocerlos en todas
partes. Eso sólo provocaría ridiculez y suspicacia. Su aparición, por el
contrario, será natural, un proceso gradual como se viene desarrollando hasta
ahora y continuará en las próximas décadas a través del trabajo que están
realizando muchas personas en diversos campos.
Desafíos de la
Jerarquía
A pesar de los muchos
desafíos que su reaparición conlleva, los Maestros están comprometidos con el
trabajo. Seguramente la perspectiva de entrar en este mundo, con sus
distorsiones masivas en la forma de vivir y de pensar y lo tosco de sus
vibraciones, genera poca alegría en ellos. Sin embargo, son individuos fuertes
y pragmáticos, preparados para resistir las tremendas presiones que de seguro
enfrentarán. Además, está claro que ninguna preparación o planificación será
suficiente para llegar con su mensaje a ciertos tipos de personas. La
aceptación universal de quiénes son y cómo son los Maestros nunca ha sido una
meta por la cual se hayan esforzado mucho ni tampoco esperarían que todas las
personas concuerden al respecto. Muchos seres humanos no tienen los ojos para
ver y sufren del estado de conciencia en el cual la mente es “el destructor de
lo Real”. En esos casos, el intelecto bloquea la luz de la verdad y poco se
puede hacer para llegar a ese tipo de personas. Los Maestros de Sabiduría que
vienen comprenden bien el peso de la ignorancia y la arrogancia humana
inherente al actual estado de evolución y están preparados para las condiciones
tal como existen en el mundo de hoy. Más bien
los Maestros consideran que el egoísmo y la ignorancia humana son una
pesada carga que soportar. Aun así, a pesar de todo, se han comprometido a sí
mismos a retornar a este mundo de sufrimiento, de falta de comprensión y de
falsos valores. Ellos conocen la bondad inherente en todo corazón humano;
bondad que hará posible a mucha gente responder positivamente a su mensaje. En
cualquier caso, no buscan convertir a nadie a ninguna causa o ideología, su
intención espiritual es servir a la humanidad, no importa el costo para ello.
Hagamos todo lo posible
dentro de nuestra vida diaria y trabajo desinteresado para ayudar en este gran
proceso planetario de redención que ayudará a hacer llegar la luz.
Se dice que la
Jerarquía espera, habiendo hecho ya todo lo que está en sus manos realizar en
relación con esta oportunidad. No sabemos el momento exacto en que comenzarán a
ocurrir los eventos. Se nos ha dicho, sin embargo, que el tiempo ya se ha
establecido y que los planes están en curso. Depende ahora de la humanidad
tomar el liderazgo; y todo depende, se ha dicho, de las acciones de los hombres
y mujeres de buena voluntad en todo el mundo.
Alice A. Bailey
esoterista y escritora inglesa, perteneció en su juventud a la Sociedad
Teosófica de Los Angeles, en Estados Unidos. Su trabajo se desarrolló como una
dualidad: su servicio de discipulado, que incluyó la fundación de una escuela
esotérica; y su acuerdo, al cual fue reluctante en un principio, de trabajar
con el Maestro Tibetano, Djwhal Khul, en la escritura de una serie de 24 libros
que presentarían la etapa siguiente en la continuidad de la enseñanza de la
Sabiduría Perenne destinada al presente y futuro inmediato.
libros-azules.org
Fuente: Mundo Nuevo
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