En éste
breve artículo, sólo tomaremos una parte de los conceptos de Hamer para tener
un acercamiento a ésta propuesta que muchos definen como la medicina del
futuro.
Hamer
describe una triple relación entre: 1) ciertas zonas cerebrales (sólo visibles
en una tomografía de cráneo); 2) determinados conflictos que tienen que ver con
las crisis de supervivencia (llamados conflictos biológicos) y 3) los órganos
comandados por las zonas cerebrales descriptas.
Es a partir
de ésta triple relación, que puede hacerse con una tomografía de cráneo sin
contraste (y muchas veces sin recurrir a biopsias o estudios cruentos) un
diagnóstico del órgano enfermo, el tipo celular involucrado, su evolución (en
algunos casos, puede prevenirse hasta con 15 días de anticipación un infarto),
su antigüedad, el colorido del conflicto que ha producido la enfermedad (lo que
orienta al tipo de terapéutica a realizar a ése nivel) y otro tipo de informaciones que ayudan a la
evaluación y a la elección del tratamiento.
A pesar de
lo atractiva de ésta posibilidad, no es éste el punto crucial de la Nueva
Medicina, sino entre otros, lo que Hamer llama la quinta Ley sobre el sentido
biológico de cada enfermedad. Entender la historia de los llamados conflictos
biológicos, apoyados en una comprobación técnica cual es la tomografía
cerebral, es de una ayuda inestimable en un momento evolutivo en el cual el
paradigma científico sigue siendo necesario.
Veamos un poco
más.
La
conciencia ha sido definida como la capacidad que tiene un ser vivo de percibir
información, analizarla y emitir una respuesta adecuada. En los llamados
animales inferiores( la escala evolutiva de los vertebrados comienza en los
peces, sigue con los anfibios, reptiles, aves y mamíferos, entre los cuales
estamos), la conciencia les permite dar respuesta a necesidades básicas como la
alimentación y la reproducción. A medida que la evolución avanza, las
respuestas se hacen cada vez más complejas. Con la adquisición del lenguaje, la
cultura y el aprendizaje se adquieren conductas muy elaboradas. Cuando un
animal se ha atragantado con un trozo de carne que no puede digerir ni
expulsar, se enfrenta a una crisis de supervivencia (se ahoga). Su cerebro ordena
producir mayor cantidad de células en el tubo digestivo que a su vez elaboran
mayor cantidad de jugos que permitan digerir el trozo de carne. Es una conducta
programada en el cerebro ante una crisis de supervivencia. Si el proceso se
mantiene, el órgano se enferma (esofagitis, gastritis, cáncer de estómago).
El cerebro
no distingue entre lo concreto y lo simbólico. En el ser humano, el trozo de
carne atragantado que es capaz de activar un programa de supervivencia(que no
es otra cosa que la enfermedad) es sustituido por la traición de un amigo, los
conflictos familiares o laborales o cualquier otro que sea indigerible. La
civilización actual es una fuente inagotable de conflictos biológicos y las
respuestas para adaptarse a éstas nuevas situaciones son francamente escasas.
Para que la
traición de un amigo se convierta en un conflicto biológico y no en el usual
conflicto psicológico que vivimos cotidianamente, debe tener ciertas
características que Hamer ha desarrollado en sus trabajos.
En el caso
de una madre que va paseando con su hijo y éste se suelta imprevistamente de su
mano, la vivencia que predomina en el hecho, podrá afectar distintos órganos.
Si lo vive como una pérdida que tiene que ver con la preservación de la
especie, afectará el ovario (quistes, tumores). Si lo que predomina es la
vivencia del ataque al territorio arcaico (el nido), se enfermará la glándula
mamaria izquierda (si la mujer es diestra). Si afecta su valoración como madre,
producirá descalcificación en la cabeza del húmero izquierdo.
El miedo
frontal producirá agrandamiento de los ganglios del mediastino. El miedo
amenazante que viene por detrás producirá glaucoma.
Los
conflictos de ataque a la propia integridad, tendrán que ver con las lesiones
de la dermis (melanomas). La resistencia a una situación con la diabetes. La
suma de un conflicto de frustración con otro de separación o de invasión de
territorio, generarán una sintomatología depresiva.
La
profundidad de los estudios de Hamer hacen que el acto médico sea un hecho
científico y no una moda fundada en estadísticas. Una enfermedad (cualquier
enfermedad) puede ser curada si realmente se sabe qué es. Si no se sabe qué es,
sólo se la intenta eliminar. La raíz latina de curar es todo lo contrario.
Curar es hacerse entero.
El hombre moderno se ve enfrentado a nuevas
enfermedades. Las respuestas que vienen desde la medicina no alcanzan para
entenderlas ni superarlas. Los conceptos que trae la Nueva Medicina, permiten
sospechar que el orden médico reinante tiene serias deficiencias en su
concepción de la enfermedad, que haría imposible afirmarse como terapeuta en
los nuevos tiempos. El cáncer y el sida son llamados de atención que hablan de
la dificultad de entender lo que la propia naturaleza del hombre produce.
Y
necesitamos hablar del cuerpo, del alma y del espíritu. Hamer hace un llamado a
los médicos "de manos calientes" para ejercer una verdadera medicina
sagrada. De ésto, seguiremos hablando.
Dr Fernando
Callejon
Fuente:
Medicina Psicobiologica
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