Se cumplen ya las condiciones para que pueda darse nuestro
despertar, y hay una razón que justifica que se dé ahora: en un plazo de tiempo
no muy extenso va a producirse un acontecimiento que afectará a toda la
humanidad y exigirá una reacción de cada uno de nosotros. En ese momento ya
habrá despertado parte de nuestro potencial y seremos conscientes de él. Desde
ese nuevo y más elevado nivel de conciencia daremos una respuesta a esa
emergencia. Detallo un poco más cómo será este imprevisto:
I.- Será un hecho de alcance planetario, es decir, que
afectará en mayor o menor medida a todo el colectivo humano.
II.- No se tratará de un incidente violento, aunque sí
impactante, y requerirá de una respuesta de cada uno de nosotros, sin que sea
posible evadirse y dejar de afrontarlo.
III.- Antes de que se
produzca despertarán nuestras cualidades latentes, y así podremos responder a
ese suceso estando mucho mejor preparados. El despertar no será uniforme en
todos los seres humanos, pues tampoco lo es el potencial que albergamos en
nuestro interior. En algunas personas, por el tipo de tarea que tienen que
realizar o por su grado de iniciación, despertará todo su potencial, mientras
que en otras se hará consciente solo una parte de él, la necesaria para
afrontar el test. El resto de cualidades se irá activando posteriormente.
IV.- Como
consecuencia de la respuesta que cada uno de nosotros demos a esa situación, la
humanidad se irá distribuyendo en grupos. De modo natural (según su sentir
interno y no mediante un razonamiento mental), cada persona se ubicará en uno
de estos grupos:
1º Un primer grupo estará formado por aquellos que sientan
el compromiso de colaborar en la formación de una Nueva Sociedad.
2º En otro grupo se situarán las personas que defiendan un
tipo de sociedad con una escala de valores igual o similar a la que tiene la
sociedad actual.
3º El tercer grupo acogerá o los indecisos, es decir, a las
personas que por diversos motivos no tengan claro donde situarse. Al comienzo
del proceso será el grupo más numeroso, aunque pronto irá disminuyendo en
número de integrantes hasta desaparecer.
Durante un cierto tiempo habrá un trasvase de personas entre
los distintos grupos, muy especialmente de miembros del grupo tercero a los
otros dos. Llegará un momento en que la humanidad quede fragmentada en dos
únicos grupos: el de aquellos que se implican en el cambio y el de los que se
oponen.
El grupo primero es la clave para que el proceso de creación
de la Nueva Sociedad se dé con la mayor armonía posible, de modo que en el
plazo de tiempo más corto viable esté ya organizada y funcionando a un nivel
aceptable. En el supuesto de que este primer grupo esté integrado por un número
“cualificado” de personas, se podrá lograr que la vida siga con una cierta
normalidad en tanto se va creando el nuevo modo de convivencia.
Estoy hablando de una prueba singular en nuestro proceso
evolutivo. Esta información que yo comparto aquí está igualmente siendo
difundida en otros lugares de la Tierra, aunque aún no de modo masivo. En su
momento lo será.
Esta prueba, test, examen o como queramos llamarlo, es una
oportunidad maravillosa que nos va a permitir a una parte de la humanidad crear
un nuevo modo de vida, una sociedad diferente y mejor. A ella se irán
incorporando el resto de personas conforme finalicen su experimentación con la
materia.
Nadie que lea este artículo ha de quedarse con la duda de
que él, tal como ahora se reconoce, va a quedar fuera del grupo primero porque
piensa que no está preparado para colaborar en la creación de la Nueva
Sociedad. Lo que una persona cree ser en este momento en nada se parece a lo
que, tras el despertar de sus cualidades, va a sentir que realmente es.
Todo este proceso obedece a un fin. El ser humano no se
encuentra en la Tierra para servir a su cuerpo físico proporcionándole placer,
ni tampoco está aquí para acumular riquezas, poder o reconocimiento, y, menos
aún, para dañar a sus hermanos. Hemos venido a desarrollar el amor que en
esencia somos: en primer lugar amor a nosotros mismos, respetándonos,
conociéndonos, esforzándonos en darnos lo mejor y, al tiempo, el amor al resto
de las personas y a toda la vida que comparte el planeta con nosotros.
Al hacerlo así sembramos la semilla sagrada de la que brota
un fruto igualmente sagrado: el amor al Creador, Dios, nuestro Padre.
Juanjo
Fuente: Portal de Conciencia
GRACIAS
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