La sal de mar contiene 84 elementos nutricionales para la
salud humana, los cuales se pierden en el proceso de la sal fina (o de mesa)
El mar es uno de los ecosistemas que, gracias a sus
capacidades de homeostasis, ha logrado sobrevivir a la invasión humana. Sus
defensas, más allá de la diversidad animal o vegetal, se basan en su salinidad.
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¿Recuerdas aquella ocasión en que, estando en el mar
disfrutando de sus olas y la calidez del Sol, simplemente entró un poco de este
líquido en tu boca? Las consecuencias probablemente fueron monstruosas:
problemas estomacales, deshidratación, fiebre o dolores de cabeza.
Probablemente estos eventos produjeron, en consecuencia, la
creencia que el ser humano no es apto para la salinidad del mar. Y hasta cierto
punto, esto es real.
El cuerpo humano cuenta con una capacidad de 9gr al día,
mientras que la salinidad del mar es de 36gr por litro, por lo que tan sólo un
litro de mar podría provocarnos una fuerte afección estomacal, así como
deshidratación. Sin embargo, eso no implica forzosamente que el agua de mar sea
completamente nociva para el organismo.
De hecho, la sal de mar contiene 84 elementos nutricionales
para la salud humana, los cuales se pierden en el proceso de la sal fina (o de
mesa); entre estos se encuentran el azufre, magnesio y calcio, entre otros. Por
ello funge como alcalinizador, el cual regula y nutre las células del
organismo; además, es reconstituyente y dentífrico, por lo que funciona como
enjuagatorio medicinal, laxante, desinfectante y cicatrizante para infecciones
de boca y estómago. Finalmente, calma el apetito.
Para aprovechar los beneficios de este tipo de agua, los
expertos sugieren primero verificar que no seamos intolerantes al agua de mar,
ya que hay personas más propensas a sufrir estragos al beberla. A continuación,
mezclar pequeñas cantidades del agua de mar con zumos o con agua dulce y unas
gotas de limón.
Fuente: Ecoosfera
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