Se llama Nueva Medicina a una serie de conceptos descriptos por un médico alemán, el Dr. Rike Hamer, a comienzos de la década del 80, que nos permiten una evaluación distinta del origen y del proceso de la enfermedad y que nos propone un profundo cuestionamiento a la relación entre el enfermo y el médico.
En éste breve artículo, sólo tomaremos una parte de los
conceptos de Hamer para tener un acercamiento a ésta propuesta que muchos
definen como la medicina del futuro.
Hamer describe una triple relación entre: 1) ciertas zonas
cerebrales (sólo visibles en una tomografía de cráneo); 2) determinados
conflictos que tienen que ver con las crisis de supervivencia (llamados
conflictos biológicos) y 3) los órganos comandados por las zonas cerebrales
descriptas.
Es a partir de ésta triple relación, que puede hacerse con
una tomografía de cráneo sin contraste (y muchas veces sin recurrir a biopsias
o estudios cruentos) un diagnóstico del órgano enfermo, el tipo celular
involucrado, su evolución (en algunos casos, puede prevenirse hasta con 15 días
de anticipación un infarto), su antigüedad, el colorido del conflicto que ha
producido la enfermedad (lo que orienta al tipo de terapéutica a realizar a ése
nivel) y otro tipo de informaciones que
ayudan a la evaluación y a la elección del tratamiento.
A pesar de lo atractiva de ésta posibilidad, no es éste el
punto crucial de la Nueva Medicina, sino entre otros, lo que Hamer llama la
quinta Ley sobre el sentido biológico de cada enfermedad. Entender la historia
de los llamados conflictos biológicos, apoyados en una comprobación técnica
cual es la tomografía cerebral, es de una ayuda inestimable en un momento
evolutivo en el cual el paradigma científico sigue siendo necesario.
Veamos un poco más.
La conciencia ha sido definida como la capacidad que tiene
un ser vivo de percibir información, analizarla y emitir una respuesta
adecuada. En los llamados animales inferiores( la escala evolutiva de los
vertebrados comienza en los peces, sigue con los anfibios, reptiles, aves y
mamíferos, entre los cuales estamos), la conciencia les permite dar respuesta a
necesidades básicas como la alimentación y la reproducción. A medida que la
evolución avanza, las respuestas se hacen cada vez más complejas. Con la
adquisición del lenguaje, la cultura y el aprendizaje se adquieren conductas
muy elaboradas. Cuando un animal se ha atragantado con un trozo de carne que no
puede digerir ni expulsar, se enfrenta a una crisis de supervivencia (se
ahoga). Su cerebro ordena producir mayor cantidad de células en el tubo
digestivo que a su vez elaboran mayor cantidad de jugos que permitan digerir el
trozo de carne. Es una conducta programada en el cerebro ante una crisis de
supervivencia. Si el proceso se mantiene, el órgano se enferma (esofagitis,
gastritis, cáncer de estómago).
El cerebro no distingue entre lo concreto y lo simbólico. En
el ser humano, el trozo de carne atragantado que es capaz de activar un
programa de supervivencia(que no es otra cosa que la enfermedad) es sustituido
por la traición de un amigo, los conflictos familiares o laborales o cualquier
otro que sea indigerible. La civilización actual es una fuente inagotable de
conflictos biológicos y las respuestas para adaptarse a éstas nuevas situaciones
son francamente escasas.
Para que la traición de un amigo se convierta en un
conflicto biológico y no en el usual conflicto psicológico que vivimos
cotidianamente, debe tener ciertas características que Hamer ha desarrollado en
sus trabajos.
En el caso de una madre que va paseando con su hijo y éste
se suelta imprevistamente de su mano, la vivencia que predomina en el hecho,
podrá afectar distintos órganos. Si lo vive como una pérdida que tiene que ver
con la preservación de la especie, afectará el ovario (quistes, tumores). Si lo
que predomina es la vivencia del ataque al territorio arcaico (el nido), se
enfermará la glándula mamaria izquierda (si la mujer es diestra). Si afecta su
valoración como madre, producirá descalcificación en la cabeza del húmero
izquierdo.
El miedo frontal producirá agrandamiento de los ganglios del
mediastino. El miedo amenazante que viene por detrás producirá glaucoma.
Los conflictos de ataque a la propia integridad, tendrán que
ver con las lesiones de la dermis (melanomas). La resistencia a una situación
con la diabetes. La suma de un conflicto de frustración con otro de separación
o de invasión de territorio, generarán una sintomatología depresiva.
La profundidad de los estudios de Hamer hacen que el acto
médico sea un hecho científico y no una moda fundada en estadísticas. Una
enfermedad (cualquier enfermedad) puede ser curada si realmente se sabe qué es.
Si no se sabe qué es, sólo se la intenta eliminar. La raíz latina de curar es
todo lo contrario. Curar es hacerse entero.
El hombre moderno se
ve enfrentado a nuevas enfermedades. Las respuestas que vienen desde la
medicina no alcanzan para entenderlas ni superarlas. Los conceptos que trae la
Nueva Medicina, permiten sospechar que el orden médico reinante tiene serias
deficiencias en su concepción de la enfermedad, que haría imposible afirmarse
como terapeuta en los nuevos tiempos. El cáncer y el sida son llamados de
atención que hablan de la dificultad de entender lo que la propia naturaleza
del hombre produce.
Y necesitamos hablar del cuerpo, del alma y del espíritu.
Hamer hace un llamado a los médicos "de manos calientes" para ejercer
una verdadera medicina sagrada. De ésto, seguiremos hablando.
Fuene: aamepsi.com.ar
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