Expongo
un breve resumen de las ideas esenciales contenidas en las 4 entradas
anteriores. Los argumentos en los que se basan estas opiniones están en el
artículo correspondiente.
El primer
artículo es una especie de introducción al tema general “Momento de cambio”.
Recordamos un par de ideas: en los dos últimos años el resultado de las
elecciones presidenciales y parlamentarias en muchos países ha finalizado con
empate entre las fuerzas de distinto signo. Ese resultado de equilibrio que se
repite continuamente, y que nunca antes se dio, contiene un mensaje que
desciframos así: ya no es momento de sentir que hay vencedores y vencidos, sino
que ha llegado el tiempo de alcanzar acuerdos teniendo en cuenta las distintas
opiniones.
Con
nuestro actual nivel de conciencia no parece viable llegar a pactos y alianzas
que contemplen el sentir de todas las partes implicadas. Recordamos una frase
de Albert Einstein: “No es posible solucionar un problema con el mismo nivel de
conciencia con el que ha sido creado”. ¿Estamos entonces en un callejón sin
salida?
La idea
central del segundo artículo, “El despertar de la humanidad”, reside en el
anuncio de la próxima activación de las cualidades internas que toda persona
posee como resultado de la multitud de experiencias vividas a lo largo de su
proceso evolutivo.
¿Por qué
despiertan ahora esas cualidades? Aunque en el artículo se exponen varios
argumentos para señalar que el momento del despertar es ahora, hay uno que
considero de especial relevancia: solo con razonamientos de nuestro nivel de
conciencia actual no podremos vislumbrar que ha llegado la hora de que se
activen nuestras cualidades dormidas, ya que el despertar es justamente la
puerta de acceso a un nivel de conciencia superior.
El tercer
artículo lleva por título “El test o prueba”, y en él se mencionan los aspectos
básicos de la prueba que vamos a vivir los seres humanos para poder averiguar
cual es nuestro nivel de compromiso con la creación de un nuevo modo de
convivencia, una Nueva Sociedad.
En
el cuarto artículo, “¿Con qué ayuda
contaremos para vivir el proceso de cambio y crear la Nueva Sociedad?”, se
revela que hay dos fuentes de ayuda. La primera y más importante será el
despertar de nuestras cualidades.
Además de
ese potencial que se activará en cada uno de nosotros, vamos a contar con un
segundo tipo de ayuda, un refuerzo extra. Lo que está sucediendo ahora en la
tierra es algo que ya se sabía desde hace mucho tiempo, en realidad desde
siempre. Por ello, un conjunto de seres de elevado nivel evolutivo
(comprometiéndose de modo voluntario en esta tarea de servicio), comenzaron a
encarnar repetidamente como humanos con la finalidad de alcanzar un determinado
grado de realización.
Actualmente
viven en la tierra un cierto número de iniciados de los grados primero al
cuarto y, en menor cantidad, maestros de los grados quinto, sexto y séptimo. El
número total de estos iniciados es el adecuado para apoyar el cambio, aunque la
tarea de crear un nuevo modo de convivencia con mayores niveles de unidad,
respeto y amor, recae sobre todos los seres humanos comprometidos con el nuevo
modelo de sociedad.
También
hay en la tierra en estos momentos un grupo de seres que han vivido procesos de
encarnar repetidamente preparándose para obstaculizar la creación de la Nueva
Sociedad.
Tras este
breve resumen de los 4 artículos anteriores, compartimos algunas ideas de la 5ª
charla-coloquio: “¿Cómo va a ser la Nueva Sociedad? ¿Cuánto tiempo nos llevará
crearla?”.
Una
sociedad se rige por unos parámetros o principios acordes al nivel de la
vibración interna de las personas que la constituyen. Hace unas semanas vi en
la televisión unas escenas de una película en las que se narraba el preludio de
una batalla entre dos ejércitos, uno comandado por Hércules y el otro por un
general al que llamaré Tarsás . Ambos ejércitos, con sus generales al frente,
se hallaban en el campo de batalla separados por apenas 40 o 50 metros. Se
apuntaban mutuamente con sus arcos y flechas, con sus lanzas… y se podía
adivinar una matanza.
Momentos
antes de comenzar la batalla se adelantan Hércules y el comandante del otro
ejército, deteniéndose ambos cuando se encuentran cerca el uno del otro. En ese
punto Hércules se dirige a Tarsás y le dice: “Si luchamos, el ejército del
vencedor quedará diezmado, y pronto será sometido por otro general con un
ejército más fuerte, pero si luchamos solamente tú y yo, el vencedor se queda
con los dos ejércitos indemnes, con sus ciudades sin arrasar, con sus campos,
sus graneros… El general Tarsás acepta la propuesta de Hércules… y en el
desafío pierde la vida. Los soldados, tanto los de un ejército como los del
otro, corean jubilosos el nombre del vencedor, Hércules. Todos se sienten
felices y orgullosos de servir a un líder que es un guerrero fuerte y valiente.
Aunque
este relato se inspira en escenas de una película que recrea una época antigua,
nos muestra una realidad actual. En la escala de valores del hombre primitivo,
los atributos más valiosos eran la fuerza física, el valor, la capacidad de
lucha, la resistencia para el combate y la defensa de los suyos… En culturas y
civilizaciones posteriores esta apreciación del guerrero fuerte y valeroso ha
permanecido en lo alto de esa escala hasta hoy. Está grabado en nuestros genes.
¿Alguien cree que eso ha cambiado? Es innegable que la forma es diferente, pero
no el fondo.
Es cierto
que la fuerza física ha perdido protagonismo al existir armas que puede manejar
una persona débil físicamente, pero aún sigue imperando la ley del más fuerte.
Y por fuerte se entiende, en muchas ocasiones, el que es más hábil, más pillo o
más tramposo. En la Nueva Sociedad el poderío corporal dará paso a la
honestidad, la sabiduría, la generosidad…
En la
sociedad actual valoramos más el tener que el ser. Aquel que posee amistades,
dinero, propiedades, un cargo o estatus importante…, goza de ventajas sobre las
personas que no los tienen, pero esto ya no tendrá cabida en la futura
convivencia.
Dejaremos
de estar al servicio del cuerpo físico al no identificarnos con él. A
diferentes ritmos y niveles, según cada persona, irá desapareciendo el temor,
la inseguridad, el egoísmo, el sentimiento de rechazo al que es diferente…, al
tiempo que brotará de nuestro interior confianza, alegría, gratitud… y una
cualidad que ahora no valoramos lo suficiente y que nos llenará de gozo y paz:
un profundo y genuino sentimiento de amor de cada uno hacia sí mismo. Esa será
la fuente de la que nacerá un caudal inagotable y siempre creciente de unidad y
amor hacia toda la Vida.
Y, aunque
la creación y perfeccionamiento de la
Nueva Sociedad nos llevará un periodo de tiempo que ahora puede parecernos muy
largo (hablamos de varias generaciones), estamos ya próximos a alcanzar la meta
que motivó a nuestra alma a encarnar en este hermoso lugar, la Tierra. Aún nos
quedan esfuerzos por realizar, pero ya son los últimos, y entonces podremos
hacer realidad la semilla que el Padre Celestial sembró en el corazón de cada
uno de nosotros al comenzar esta andadura humana: “Cuando te esfuerces por
verme en tu hermano, Yo, desde tu corazón, me manifestaré en él y en todo lo
que mires”.
Solo
sabremos como va a ser la Nueva Sociedad cuando despierten nuestras cualidades.
Ahora es tiempo de intuir, y por qué no decirlo, de soñar un poco. Aquí he
compartido algunas de mis reflexiones personales y te invito, amigo lector, a
que compartas tú las tuyas escribiendo algún comentario a este artículo. En la
medida en que me sienta capaz, le daré una respuesta. Gracias.
Juanjo
Fuente:
Portal de Conciencia
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