Tu dolor es
mi dolor
Cuando oigo
tus gritos, si agudizo mi escucha,
siento el susurro de tu sufrimiento. Te miro profundamente y comprendo
que me resulta más fácil ver tu rabia,
que no la mía.
Aceptando tu malestar, me acerco a ti, y me ayuda a comprender
que los dos estamos ahí.
Cuando en mi
comunidad, familia, grupo de trabajo o de amigos hay enfrentamientos o conflicto, puedo notar el malestar que
corre por mi interior. A pesar de que la bronca no vaya conmigo, aunque no sea
yo el aludido, aunque nadie mencione mi nombre, yo estoy ahí, consumiendo
dolor.
Cuando el
conflicto estalla produce un estruendo terrible y aunque sea sólo por el ruido
que emite, nos ayuda a reconocer que algo no anda bien. Puede dar pereza o
miedo, pero habrá que ocuparse de ello. Cuando el conflicto subyace oculto
entre banalidades, posturas y discursos, un castigo se cierne sobre nosotros.
Es el castigo de la incomprensión. Dolor sin nombre. Discusiones sin destino.
Sufrimiento gratuito.
Thay siempre
nos recuerda que no va a ser fácil, que la hermandad es lo más bonito que
podemos generar entre nosotros porque es un
fruto exclusivo del árbol del amor.
Y de la
dificultad surge su esplendor.
Nuestra
práctica lleva adscrita la ilusión por la vida. Siempre tenemos la esperanza de
que la compasión brote e invada los espacios oscuros de nuestras relaciones.
Creemos en nuestra capacidad de amar, abrazar y entender que tú sufrimiento es
mi sufrimiento.
Si no me
hablas, me estarás castigando con el duro reto de la indiferencia.
Si me hablas
de lo que no sientes, estarás
traicionando nuestros corazones.
Si hablas
descontroladamente, podrás distraer la razón, pero nunca a nuestro sentimiento.
Afrontar un
conflicto no es tarea fácil, mil dudas y temores nos sobrecogen. Abrir nuestro
corazón y buscar la comunicación sincera es el camino de la práctica de la
Plena conciencia. Poder practicar con la Comunidad monástica de Plum Village es
una oportunidad, digna de ser aprovechada. Madrid, Barcelona y Sevilla,
acogerán retiros el próximo mes de mayo con una notable presencia monástica.
Los que
queremos estar ahí, para practicar con ellos, para escuchar sus maravillosas
enseñanzas del Dharma, para caminar meditando sobre la tierra pura, los que
reconocemos su paz y serenidad, vamos a reservar un cachito de nuestra mejor
energía para estar ahí. Con ellos.
No dudéis,
no temáis, no os impacientéis…
Las
formalidades para asistir a los retiros serán comunicadas en breve.
Os invitamos
desde nuestro árbol florecido de amor a
que vuestra práctica comience o continúe con todo su esplendor para preparar
bien el encuentro.
Con cariño,
el equipo de organización.
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