ESTÁ
OCURRIENDO UNA SINGULARIDAD
En los
últimos dos años se han celebrado elecciones generales en varios países, y en
muchas de ellas el resultado final ha sido de empate entre las fuerzas de
distinto signo. Así ha ocurrido en las elecciones presidenciales o
parlamentarias de Brasil, Venezuela, Argentina, Perú, España (dos veces),
Austria, Estados Unidos… También se ha dado un empate en las elecciones al
Parlamento de Cataluña del año 2015, en el referéndum del Brexit inglés en el
2016, etc.
Con esta
realidad, quien crea que han ganado los suyos (los que han votado lo mismo que
él), ha de saber que la mitad de las personas con las que se cruza por la calle
piensan y sienten de otro modo.
MENSAJE DE
LA VIDA
Estos
resultados pueden verse como meras coincidencias, pero si entramos en nuestro
interior percibimos claramente que nos traen un mensaje: “Es hora de dialogar y
llegar a acuerdos. No hay vencedores ni vencidos. Tenemos que poner nuestra
mejor voluntad en alcanzar pactos que incluyan a todas las partes, y no solo en
el ámbito nacional o regional, sino también en los grandes temas que afectan a
toda la humanidad, como son el cambio climático, el hambre que se padece en
muchos lugares, el terrorismo, la migración masiva…”.
¿ES POSIBLE
LLEGAR A ACUERDOS?
Todos
sabemos que negociar y pactar no es una labor fácil. ¿Cómo vamos a sentar a una
mesa de diálogo y consenso a los dirigentes de las grandes multinacionales cuyo
objetivo principal es el beneficio económico? ¿Qué podemos decirles a los jefes
de grupos terroristas para que desistan de su actitud? ¿Con qué argumentos
lograremos convencer a los gobiernos, y a los propios ciudadanos, para que compartan
sus recursos con un gran número de personas que emigran de sus países de origen
buscando una vida mejor?
¿ESTAMOS EN
UN CALLEJÓN SIN SALIDA?
Los seres
humanos llevamos miles de años de proceso evolutivo, y aunque ha habido algunos
intentos de crear un modo de convivencia mejor (en la Grecia antigua, la
revolución francesa, el comunismo, el nacimiento de diversos avatares…), no
hemos llegado a sentirnos unidos ni a relacionamos como hermanos que comparten
un hogar común, la Tierra.
Recordemos
una frase de Albert Einstein: “Los problemas no se pueden solucionar en el
mismo nivel de conciencia en el que fueron creados”. Con nuestro actual nivel
de conciencia parece muy difícil, tal vez imposible, alcanzar convenios y
compromisos que nos permitan avanzar por el camino de la unidad. ¿Estoy diciendo que estamos en un callejón
sin salida?
MOMENTO CUMBRE
En estos
momentos la humanidad está en la antesala de vivir un momento único, un momento
cumbre. Cada ser humano alberga en su interior un enorme potencial compuesto
por todas las cualidades que ha desarrollado a lo largo de su proceso
evolutivo. Ese potencial, ahora dormido, es el fruto de las experiencias
vividas en el pasado, y en un momento cercano en el tiempo va a despertar en
cada uno de nosotros. Entonces, siendo conscientes de ese poder, teniendo un
nuevo nivel de conciencia, las respuestas que daremos a las situaciones que la
vida nos presente tendrán un mayor nivel de perfección, de unidad y de amor que
las que damos ahora.
Un ejemplo
nos puede ayudar a ver esta idea con mayor claridad. Supongamos que una persona
que dispone de pocos recursos económicos posee una elevada cantidad de dinero
en una cuenta a su nombre en el banco, pero ella desconoce ese hecho y cree que
su cuenta está a cero. Esta persona del ejemplo vivirá con escasez y se sentirá
pobre, aunque en realidad es rica. Continuará sintiéndose pobre hasta el día en
el que sepa que tiene un gran capital del que puede disponer a voluntad. A
partir de ese momento ya podrá vivir como una persona rica.
Igual nos
sucede a nosotros. En nuestro interior somos ricos en cualidades: alegría,
capacidad de respeto y acogida al que es diferente, valor, sabiduría,
sentimientos de unidad con los demás, amor…, pero al no ser conscientes de esos
dones vivimos como si no los tuviésemos. Cuando esas facultades despierten
podremos utilizarlas para responder a las experiencias que la vida nos plantee.
Ese
potencial, ese tesoro interno, nos pertenece por derecho propio. Para aquellos
que creen en la reencarnación, es decir, que sienten que nacemos varias veces
en la tierra para experimentar y aprender, ese potencial dormido procede de las
experiencias vividas en las vidas anteriores. Para los que no creen en la
reencarnación este potencial interior igualmente lo llevan registrado en sus
genes y en su alma fruto de las experiencias de sus antepasados.
Juanjo
Fuente: Portal de Conciencia
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