En Occidente, y ya tambien en Oriente, seguimos con la
antigua manía de aguar, distorsionar, falsear o incluso prostituir las genuinas
tradiciones. Ha sucedido con el yoga, con el tantra, con el vendanta y ahora
con el vipassana dada la moda del mindfulness, que da a entender,
simplistamente, que basta solo con estar atento y que a veces reduce de tal
modo la verdadera enseñanza que la convierte en una simple caricatura de la
misma. Primero hay que saber para qué y por qué hay que estar atento y, segundo
segundo a qué estar atento. ¿No está sumamente atento un torturador, un
terrorista, un verdugo o un ladrón?.
En una ocasion un eremita que descendió de las montañas, al
pasar por la ciudad, se percató de que un ladrón había entrado por la ventana
de una casa y había robado unos objetos. Su concentración era extraordinaria,
tanto es así que cuando el ladrón salió, el eremita se le acercó y le dijo:
“Amigo, vamos a hacer un intercambio. Tú me enseñas concentración y yo te
enseño virtud”. Si el mindfulness o atención plena es para aplicarnos a lo
nocivo, explotar, crear apego y aversión, darle la espalda a la ética
verdadera, mejor es no tener minfulness. Si la atención es para fortalecer el
ego y afirmar el narcisimo, competir sin escrúpulos, sobresalir y jactarse de
ser superior, tanto mejor es darle la espalda al mindfulnes. Pero la mente
occidental -igual que ahora la oriental- todo lo quiere rentabilizar. Así,
técnicas de autorrelaización se se utilizaron en sus origenes para debilitar el
ego, desapegarse y superar la aversión, ahora a veces se utilizan para todo lo
contrario.
Vipassana quiere decir visión penetrativa y clara; visión
pura o desnuda, libre de juicios y prejuicios, de lo que es. Una visión así,
apoyada en la virtud y tendente a desarrollar sabiduría o entendimiento
correto, transforma y libra la mente de oscurecimientos tales como la avidez,
el odio y la ofuscación. Se trata, pues, de seguir la triple disciplina o
entrenamiento: el ético, el de concenetración y el de cultivo de la sabiduría.
Vipassana o visión profunda conlleva tambien la comprensión
clara o lucidez. Mediante vipassana uno ve la realidad tras las apariencias,
entre otras cosas que todo es insatisfactorio, impermanente y ausente de una
entidad fija tal como un ego. Esa visión cabal y profunda, desarma los puntales
del ego y le permite a la persona hallar la libertad interior y la
independencia mental. Asi uno se libera de la ofuscaciónm y, al hacerlo,
tambien de de avidez y el odio, y otros oscurecimientos y corrupciones de
mente. Se desvanecen los autoengaños. La atención plena adquiere así su
carácter tranformativo y liberador, que le ayuda a la persona a ser de una
manera mucho más sana y equilibrada, mejorando sus relaciones consigo misma y
con los demás. Pero si la atención es indebida y se pone al servicio del
aferramiento, el egocentrismo, el rencor u otras emociones tóxicas, en lugar de
liberar, esclaviza; en lugar de expandir, contrae; en lugar de que la persona
se covierta en sí misma, sigue anclada de sus mezquindades, bobos apegos y toda
su masa de neurosis y sufrimiento.
La meditación vipassana (igual que la del radja-yoga y
otras) trata de desarrollar esa visión pura (Patanjali) y transformadora para
que la persona evolucione conscientemente y desarrolle las cuatro sublimidades
de la mente: amor, compasión, alegría compartida (antídoto de la envidia) y
ecuanimidad. ¿De qué sirve mindfulness si es para realimentar el lado avariento
y aversivo de la mente y acumular más ofuscación, afirmar más el egotismo y
conferirle a la mente estados de confusión en lugar de eperspicacia?.
Hay que complementar la meditación con el establecimiento de
la atención en las actividades que uno lleva a cabo y tambien en vigilar la
mente y las palabras. Como declaraba Buda: “Si te estimas en mucho, vigílate
bien”. Pero si una persona no medita, por mucho que lo intente, no logrará
estar atenta. La meditacion es el entrenamiento métodico de la atención para
luego poder desplegarla en la vida diaria. La meditación o entrenamiento para
el desarrollo mental es, pues, en este sentido, por completo insoslayable. Peor
otra falacia es decirle a la gente que bassta con estar atento, puesto que
nadie lo consigue si realmente no te entrenas para ello, pues de otro modo es
como invitar a alguien a que corra la maratón sin haberse adeistrado a tal fin.
La meditación vipasana toma como objeto de atención los
propios procesos psicofísicos: el cuerpo, las sensaciones, las percepciones,
los contenidos de la mente y la consciencia. Mediante la observación de los
procesdos psicofisicos se percibe conscientemente la transitoriedad y surge el
dsprendimiento y la compasión. Lucidez y compasión. Al final, lo imprortante es
tener una mente clara y un corazón tierno.
En mi libro “La Senda de la Atención Plena” insisto mucho en
la triple discriplina, avisando de que si falta en la misma uno de sus tres
eslabones, ésta es por completo insuficiente, y no digamos si faltan dos y solo
se utiliza el de la concentración.
Dado que es sumamente importante consultar obras serias al
respecto, sobre todo, claro, para las personas que se toman en serio el tema,
tengo muy especilmente que recomendar, como altamente fiables, las obras del
Venerable Nyanaponika Thera (al que entrevisté en numeross ocasiones),
magistral e impecablemente por Almudena Hauríe. Como decía Nyanaponika, un buen
libro puede ser un maestro, y los suyos son mentores sumamente solventes.
Ramiro Calle
Fuente: Mindalia
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