RELACION CON LA TIERRA Y LA NATURALEZA

 


La conciencia te da una tremenda urgencia de crear – de crear más belleza en el mundo, de crear más confort en el mundo. La conciencia puede descubrir la realidad subjetiva. Todo lo demás es secundario, puede ser útil para propósitos mundanos, pero no es útil para el crecimiento espiritual, no es útil para traerte las fuentes de gozo, no es útil para el cuidado del planeta, para el amor, para la paz y el silencio. Y un hombre que no ha experimentado el éxtasis interno ha vivido en vano, innecesariamente. Ha vegetado, se arrastró a sí mismo del útero a la tumba pero no pudo bailar y no pudo cantar y no pudo contribuir con nada al mundo. Solo dejo la destrucción de los propósitos mundanos.

 

Una persona espiritual es aquella que protege y contribuye al mundo con la belleza, con la alegría, con la felicidad, con la celebración que no estaba ahí – algo nuevo, algo fresco, algunas flores más. Pero la espiritualidad nunca ha sido definida de la manera correcta.

 

Veamos que nos dice Jiddu Krishnamurti...

 

RELACIÓN CON LA NATURALEZA

El hombre avanza en los bosques, destruyéndolos para la ganadería

 

Los parajes naturales están desapareciendo. Hay un valle, cuyas colinas circundantes son quizá las más antiguas de la tierra, en el cual se llegaron a ver osos, guepardos y ciervos, que han desaparecido completamente, ya que el hombre está por todas partes. Poco a poco, se está destruyendo y contaminando la belleza de la tierra. Aparecen vehículos y rascacielos en los sitios más inesperados. Cuando uno pierde su relación con la naturaleza y los cielos abiertos, pierde la relación con los demás seres humanos.

 

LOS ARBOLES

 

Sentarse debajo un árbol

 

Miren, no han sido educados para estar solos. ¿Alguna vez han ido a pasear solos? Es muy importante pasear solo, sentarse debajo de un árbol, no con un libro, no en compañía sino solo, y observar cómo cae una hoja, escuchar el chapoteo del agua, la canción de un pescador, observar el vuelo de un pájaro y los pensamientos propios mientras se suceden unos a otros cruzando el espacio de la mente. Si uno es capaz de estar solo y de observar estas cosas, entonces descubrirá una riqueza extraordinaria que ningún gobierno puede grabar con un impuesto, que ningún agente humano puede corromper, y que nunca puede ser destruido.

 

LA VIDA

 

Sentir todas las cosas vivas

 

Es curioso que tengamos tan poca relación con la naturaleza, con los insectos y la rana que brinca, con el búho que entre las montañas llama a su hembra. Parece que nunca sentimos nada por todas las cosas que viven en esta tierra. Si pudiéramos establecer una profunda y duradera relación con la naturaleza, nunca mataríamos animales para comer, nunca haríamos daño, ni vivisección haríamos a un mono, a un perro, a un conejillo de Indias para nuestro beneficio, encontraríamos otras formas de curar nuestras heridas, nuestros cuerpos. Pero curar la mente es algo totalmente diferente. Esa curación sucede gradualmente si uno está con la naturaleza, con la naranja en este árbol, con la brizna de hierba que brota entre el cemento o con las montañas cubiertas y ocultas por las nubes.

 

EL CONTACTO

 

Están perdiendo la relación con la naturaleza

 

Cuestiono si se hacen estas preguntas a sí mismos cuando miran estos castaños con sus flores que como blancas velas contrastan en el cielo azul. ¿Qué relación hay entre usted y esto, cuál es de hecho su relación, no emocional o sentimental, cuál es su relación con esas cosas? Si han perdido la relación con las cosas de la naturaleza, ¿cómo pueden estar relacionados con los seres humanos? Cuanto más vivimos en las ciudades, menos relación tenemos con la naturaleza. Los domingos salen a dar un paseo y cuando miran los árboles dicen: “¡Qué hermosura!”, pero regresan a su vida rutinaria donde viven en una serie de cajas que llaman casas, apartamentos. Han perdido la relación con la naturaleza, pueden verlo a través del hecho de que van a los museos y se pasan toda una mañana mirando cuadros.

 

NO DAÑAR

 

Dañar la naturaleza es dañarse a sí mismo

 

La naturaleza es parte de nuestra vida. Crecemos de un germen, de la tierra, somos parte de todo esto. Sin embargo, rápidamente perdemos el sentido de que somos animales como los demás. ¿Podemos sentir un árbol, mirarlo, ver su belleza, escuchar el ruido que hace; ser sensibles a una pequeña planta, a una hierba pequeña, a esa enredadera que crece en la pared, a la luz sobre las hojas y a las muchas sombras? Uno debe observar todo esto y sentir esa comunión con la naturaleza que le rodea. Puede que viva en una ciudad pero también tiene árboles por aquí o por allí. Esa flor mal cuidada en el jardín del vecino que crece entre hierbas, sólo mirarla, sentir que somos parte de todo eso, parte de las cosas vivientes. Si dañan a la naturaleza se dañan a sí mismos.

 

LA TIERRA

 

Es nuestra tierra

 

No sé si han observado, temprano en la mañana, la luz sobre el agua, esa extraordinaria suavidad de la luz, esa danza de las aguas opacas, el lucero del alba sobre los árboles, la única estrella en el cielo. ¿Alguna vez lo han observado? ¿O están tan atareados, tan ocupados con la rutina diaria que se olvidan y no nunca conocen la riqueza y la belleza de esta tierra, esta tierra en la cual todos tenemos que vivir? Tanto si somos comunistas como capitalistas, hindúes o budistas, musulmanes o cristianos, tanto si somos ciegos, cojos, o estamos bien y somos felices, esa es nuestra tierra. Es nuestra tierra, no la de otro, no sólo es la tierra del hombre rico, no pertenece exclusivamente al poder administrativo, a los nobles de la tierra, sino que es nuestra tierra, suya y mía. No somos nadie, pero aún así también vivimos en esta tierra y todos debemos vivir juntos. Es el mundo de los pobres así como de los ricos, del inculto como del letrado; es ‘nuestro’ mundo, y creo que es muy importante sentir y amar la tierra, no sólo ocasionalmente en una pacífica mañana, sino todo el tiempo.

 

LA NATURALEZA

 

Nuestra relación con la naturaleza

 

Debemos descubrir por nosotros mismos cuál es nuestra relación con la naturaleza. Es parte de la espiritualidad. Puede que no estén de acuerdo, pero considérenlo, investíguenlo. ¿Tienen alguna relación con la naturaleza, con los pájaros, con las aguas del río? Todos los ríos son sagrados, pero cada vez están más contaminados; pueden llamarle Ganges, Támesis, Nilo, Rin, Misisipi o Volga. ¿Cuál es su relación con todo eso, con los árboles, los pájaros, con las cosas vivientes que llamamos naturaleza.

 

SENTIR LA NATURALEZA

 

La belleza y la observación de la naturaleza

 

Muchos de ustedes viven en ciudades con toda la multitud, el ruido y la suciedad medioambiental y seguramente no están muy a menudo en contacto con la naturaleza. Sin embargo, está la belleza del mar, pero no tenemos relación con el mar. Lo miramos, quizá, nos bañamos, pero no sentimos el mar, su enorme vitalidad y energía, esa belleza de las olas rompiendo en la orilla, no hay relación entre ese maravilloso movimiento y ustedes. Y si no tenemos relación con ello, ¿cómo podemos tener relación con otra persona? Si no percibimos el mar, la cualidad de sus aguas, las olas, la gran vitalidad de la marea que va y viene, ¿cómo podemos darnos cuenta o ser sensibles a la relación humana? Por favor, es muy importante comprender esto, porque la belleza no está sólo en la forma física, sino que la belleza, en esencia, es esa cualidad de sensibilidad, esa cualidad de observación de la naturaleza.

 

ACCIONES DE BONDAD

 

Bondad, amor e inteligencia hacia nuestro planeta

 

Lo único que realmente importa es que haya una acción de bondad, amor e inteligencia en el vivir en nuestro planeta. ¿Es la bondad individual o colectiva, es el amor personal o impersonal, es la inteligencia suya, mía o de otro? Si es suya o mía, entonces no es inteligencia, amor o bondad. Si la bondad es un asunto individual o colectivo que depende de las preferencias o de las decisiones particulares de uno, entonces no es bondad. La bondad no está en el patio de lo individual ni en el campo abierto de lo colectivo; la bondad solo florece cuando está libre de ambos.

 

CONDUCTA BONDADOSA

 

La bondad se muestra a sí misma en la conducta por nuestro planeta

 

La bondad se manifiesta en la conducta, en la acción por nuestro planeta. Por lo general, nuestra conducta diaria se basa en seguir ciertos patrones -mecánicos y por la tanto superficiales- o siguiendo algún motivo meticulosamente calculado basado en la recompensa o en el castigo. Así, nuestra conducta, consciente o inconscientemente, es calculada. Esto no es una buena conducta. Cuando uno se da cuenta de ello, no solo intelectual o verbalmente, entonces, de esa negación total surge la conducta verdadera y la verdadera conciencia por nuestra tierra, por nuestro hogar.

 

COMPASIÓN POR LA TIERRA

 

Compasión… para todas las cosas de la tierra

 

Es completamente e irrevocablemente posible eliminar todas las heridas, y por tanto, amar y tener compasión. Ser compasivo significa tener pasión por todas las cosas, no sólo entre dos personas, sino por todos los seres humanos, por todas las cosas, los animales, los árboles, todo lo que contiene la tierra. Cuando seamos compasivos, no saquearemos la tierra como lo hacemos ahora y no habrá destrucción.

 

Jiddu Krishnamurti

 

Fuente: La ILuminacion Espiritual

La conciencia te da una tremenda urgencia de crear – de crear más belleza en el mundo, de crear más confort en el mundo. La conciencia puede descubrir la realidad subjetiva. Todo lo demás es secundario, puede ser útil para propósitos mundanos, pero no es útil para el crecimiento espiritual, no es útil para traerte las fuentes de gozo, no es útil para el cuidado del planeta, para el amor, para la paz y el silencio. Y un hombre que no ha experimentado el éxtasis interno ha vivido en vano, innecesariamente. Ha vegetado, se arrastró a sí mismo del útero a la tumba pero no pudo bailar y no pudo cantar y no pudo contribuir con nada al mundo. Solo dejo la destrucción de los propósitos mundanos.

 

Una persona espiritual es aquella que protege y contribuye al mundo con la belleza, con la alegría, con la felicidad, con la celebración que no estaba ahí – algo nuevo, algo fresco, algunas flores más. Pero la espiritualidad nunca ha sido definida de la manera correcta.

 

Veamos que nos dice Jiddu Krishnamurti...

 

RELACIÓN CON LA NATURALEZA

El hombre avanza en los bosques, destruyéndolos para la ganadería

 

Los parajes naturales están desapareciendo. Hay un valle, cuyas colinas circundantes son quizá las más antiguas de la tierra, en el cual se llegaron a ver osos, guepardos y ciervos, que han desaparecido completamente, ya que el hombre está por todas partes. Poco a poco, se está destruyendo y contaminando la belleza de la tierra. Aparecen vehículos y rascacielos en los sitios más inesperados. Cuando uno pierde su relación con la naturaleza y los cielos abiertos, pierde la relación con los demás seres humanos.

 

LOS ARBOLES

 

Sentarse debajo un árbol

 

Miren, no han sido educados para estar solos. ¿Alguna vez han ido a pasear solos? Es muy importante pasear solo, sentarse debajo de un árbol, no con un libro, no en compañía sino solo, y observar cómo cae una hoja, escuchar el chapoteo del agua, la canción de un pescador, observar el vuelo de un pájaro y los pensamientos propios mientras se suceden unos a otros cruzando el espacio de la mente. Si uno es capaz de estar solo y de observar estas cosas, entonces descubrirá una riqueza extraordinaria que ningún gobierno puede grabar con un impuesto, que ningún agente humano puede corromper, y que nunca puede ser destruido.

 

LA VIDA

 

Sentir todas las cosas vivas

 

Es curioso que tengamos tan poca relación con la naturaleza, con los insectos y la rana que brinca, con el búho que entre las montañas llama a su hembra. Parece que nunca sentimos nada por todas las cosas que viven en esta tierra. Si pudiéramos establecer una profunda y duradera relación con la naturaleza, nunca mataríamos animales para comer, nunca haríamos daño, ni vivisección haríamos a un mono, a un perro, a un conejillo de Indias para nuestro beneficio, encontraríamos otras formas de curar nuestras heridas, nuestros cuerpos. Pero curar la mente es algo totalmente diferente. Esa curación sucede gradualmente si uno está con la naturaleza, con la naranja en este árbol, con la brizna de hierba que brota entre el cemento o con las montañas cubiertas y ocultas por las nubes.

 

EL CONTACTO

 

Están perdiendo la relación con la naturaleza

 

Cuestiono si se hacen estas preguntas a sí mismos cuando miran estos castaños con sus flores que como blancas velas contrastan en el cielo azul. ¿Qué relación hay entre usted y esto, cuál es de hecho su relación, no emocional o sentimental, cuál es su relación con esas cosas? Si han perdido la relación con las cosas de la naturaleza, ¿cómo pueden estar relacionados con los seres humanos? Cuanto más vivimos en las ciudades, menos relación tenemos con la naturaleza. Los domingos salen a dar un paseo y cuando miran los árboles dicen: “¡Qué hermosura!”, pero regresan a su vida rutinaria donde viven en una serie de cajas que llaman casas, apartamentos. Han perdido la relación con la naturaleza, pueden verlo a través del hecho de que van a los museos y se pasan toda una mañana mirando cuadros.

 

NO DAÑAR

 

Dañar la naturaleza es dañarse a sí mismo

 

La naturaleza es parte de nuestra vida. Crecemos de un germen, de la tierra, somos parte de todo esto. Sin embargo, rápidamente perdemos el sentido de que somos animales como los demás. ¿Podemos sentir un árbol, mirarlo, ver su belleza, escuchar el ruido que hace; ser sensibles a una pequeña planta, a una hierba pequeña, a esa enredadera que crece en la pared, a la luz sobre las hojas y a las muchas sombras? Uno debe observar todo esto y sentir esa comunión con la naturaleza que le rodea. Puede que viva en una ciudad pero también tiene árboles por aquí o por allí. Esa flor mal cuidada en el jardín del vecino que crece entre hierbas, sólo mirarla, sentir que somos parte de todo eso, parte de las cosas vivientes. Si dañan a la naturaleza se dañan a sí mismos.

 

LA TIERRA

 

Es nuestra tierra

 

No sé si han observado, temprano en la mañana, la luz sobre el agua, esa extraordinaria suavidad de la luz, esa danza de las aguas opacas, el lucero del alba sobre los árboles, la única estrella en el cielo. ¿Alguna vez lo han observado? ¿O están tan atareados, tan ocupados con la rutina diaria que se olvidan y no nunca conocen la riqueza y la belleza de esta tierra, esta tierra en la cual todos tenemos que vivir? Tanto si somos comunistas como capitalistas, hindúes o budistas, musulmanes o cristianos, tanto si somos ciegos, cojos, o estamos bien y somos felices, esa es nuestra tierra. Es nuestra tierra, no la de otro, no sólo es la tierra del hombre rico, no pertenece exclusivamente al poder administrativo, a los nobles de la tierra, sino que es nuestra tierra, suya y mía. No somos nadie, pero aún así también vivimos en esta tierra y todos debemos vivir juntos. Es el mundo de los pobres así como de los ricos, del inculto como del letrado; es ‘nuestro’ mundo, y creo que es muy importante sentir y amar la tierra, no sólo ocasionalmente en una pacífica mañana, sino todo el tiempo.

 

LA NATURALEZA

 

Nuestra relación con la naturaleza

 

Debemos descubrir por nosotros mismos cuál es nuestra relación con la naturaleza. Es parte de la espiritualidad. Puede que no estén de acuerdo, pero considérenlo, investíguenlo. ¿Tienen alguna relación con la naturaleza, con los pájaros, con las aguas del río? Todos los ríos son sagrados, pero cada vez están más contaminados; pueden llamarle Ganges, Támesis, Nilo, Rin, Misisipi o Volga. ¿Cuál es su relación con todo eso, con los árboles, los pájaros, con las cosas vivientes que llamamos naturaleza.

 

SENTIR LA NATURALEZA

 

La belleza y la observación de la naturaleza

 

Muchos de ustedes viven en ciudades con toda la multitud, el ruido y la suciedad medioambiental y seguramente no están muy a menudo en contacto con la naturaleza. Sin embargo, está la belleza del mar, pero no tenemos relación con el mar. Lo miramos, quizá, nos bañamos, pero no sentimos el mar, su enorme vitalidad y energía, esa belleza de las olas rompiendo en la orilla, no hay relación entre ese maravilloso movimiento y ustedes. Y si no tenemos relación con ello, ¿cómo podemos tener relación con otra persona? Si no percibimos el mar, la cualidad de sus aguas, las olas, la gran vitalidad de la marea que va y viene, ¿cómo podemos darnos cuenta o ser sensibles a la relación humana? Por favor, es muy importante comprender esto, porque la belleza no está sólo en la forma física, sino que la belleza, en esencia, es esa cualidad de sensibilidad, esa cualidad de observación de la naturaleza.

 

ACCIONES DE BONDAD

 

Bondad, amor e inteligencia hacia nuestro planeta

 

Lo único que realmente importa es que haya una acción de bondad, amor e inteligencia en el vivir en nuestro planeta. ¿Es la bondad individual o colectiva, es el amor personal o impersonal, es la inteligencia suya, mía o de otro? Si es suya o mía, entonces no es inteligencia, amor o bondad. Si la bondad es un asunto individual o colectivo que depende de las preferencias o de las decisiones particulares de uno, entonces no es bondad. La bondad no está en el patio de lo individual ni en el campo abierto de lo colectivo; la bondad solo florece cuando está libre de ambos.

 

CONDUCTA BONDADOSA

 

La bondad se muestra a sí misma en la conducta por nuestro planeta

 

La bondad se manifiesta en la conducta, en la acción por nuestro planeta. Por lo general, nuestra conducta diaria se basa en seguir ciertos patrones -mecánicos y por la tanto superficiales- o siguiendo algún motivo meticulosamente calculado basado en la recompensa o en el castigo. Así, nuestra conducta, consciente o inconscientemente, es calculada. Esto no es una buena conducta. Cuando uno se da cuenta de ello, no solo intelectual o verbalmente, entonces, de esa negación total surge la conducta verdadera y la verdadera conciencia por nuestra tierra, por nuestro hogar.

 

COMPASIÓN POR LA TIERRA

 

Compasión… para todas las cosas de la tierra

 

Es completamente e irrevocablemente posible eliminar todas las heridas, y por tanto, amar y tener compasión. Ser compasivo significa tener pasión por todas las cosas, no sólo entre dos personas, sino por todos los seres humanos, por todas las cosas, los animales, los árboles, todo lo que contiene la tierra. Cuando seamos compasivos, no saquearemos la tierra como lo hacemos ahora y no habrá destrucción.

 

Jiddu Krishnamurti

 

Fuente: La Iluminacion Espiritual

La conciencia te da una tremenda urgencia de crear – de crear más belleza en el mundo, de crear más confort en el mundo. La conciencia puede descubrir la realidad subjetiva. Todo lo demás es secundario, puede ser útil para propósitos mundanos, pero no es útil para el crecimiento espiritual, no es útil para traerte las fuentes de gozo, no es útil para el cuidado del planeta, para el amor, para la paz y el silencio. Y un hombre que no ha experimentado el éxtasis interno ha vivido en vano, innecesariamente. Ha vegetado, se arrastró a sí mismo del útero a la tumba pero no pudo bailar y no pudo cantar y no pudo contribuir con nada al mundo. Solo dejo la destrucción de los propósitos mundanos.

 

Una persona espiritual es aquella que protege y contribuye al mundo con la belleza, con la alegría, con la felicidad, con la celebración que no estaba ahí – algo nuevo, algo fresco, algunas flores más. Pero la espiritualidad nunca ha sido definida de la manera correcta.

 

Veamos que nos dice Jiddu Krishnamurti...

 

RELACIÓN CON LA NATURALEZA

El hombre avanza en los bosques, destruyéndolos para la ganadería

 

Los parajes naturales están desapareciendo. Hay un valle, cuyas colinas circundantes son quizá las más antiguas de la tierra, en el cual se llegaron a ver osos, guepardos y ciervos, que han desaparecido completamente, ya que el hombre está por todas partes. Poco a poco, se está destruyendo y contaminando la belleza de la tierra. Aparecen vehículos y rascacielos en los sitios más inesperados. Cuando uno pierde su relación con la naturaleza y los cielos abiertos, pierde la relación con los demás seres humanos.

 

LOS ARBOLES

 

Sentarse debajo un árbol

 

Miren, no han sido educados para estar solos. ¿Alguna vez han ido a pasear solos? Es muy importante pasear solo, sentarse debajo de un árbol, no con un libro, no en compañía sino solo, y observar cómo cae una hoja, escuchar el chapoteo del agua, la canción de un pescador, observar el vuelo de un pájaro y los pensamientos propios mientras se suceden unos a otros cruzando el espacio de la mente. Si uno es capaz de estar solo y de observar estas cosas, entonces descubrirá una riqueza extraordinaria que ningún gobierno puede grabar con un impuesto, que ningún agente humano puede corromper, y que nunca puede ser destruido.

 

LA VIDA

 

Sentir todas las cosas vivas

 

Es curioso que tengamos tan poca relación con la naturaleza, con los insectos y la rana que brinca, con el búho que entre las montañas llama a su hembra. Parece que nunca sentimos nada por todas las cosas que viven en esta tierra. Si pudiéramos establecer una profunda y duradera relación con la naturaleza, nunca mataríamos animales para comer, nunca haríamos daño, ni vivisección haríamos a un mono, a un perro, a un conejillo de Indias para nuestro beneficio, encontraríamos otras formas de curar nuestras heridas, nuestros cuerpos. Pero curar la mente es algo totalmente diferente. Esa curación sucede gradualmente si uno está con la naturaleza, con la naranja en este árbol, con la brizna de hierba que brota entre el cemento o con las montañas cubiertas y ocultas por las nubes.

 

EL CONTACTO

 

Están perdiendo la relación con la naturaleza

 

Cuestiono si se hacen estas preguntas a sí mismos cuando miran estos castaños con sus flores que como blancas velas contrastan en el cielo azul. ¿Qué relación hay entre usted y esto, cuál es de hecho su relación, no emocional o sentimental, cuál es su relación con esas cosas? Si han perdido la relación con las cosas de la naturaleza, ¿cómo pueden estar relacionados con los seres humanos? Cuanto más vivimos en las ciudades, menos relación tenemos con la naturaleza. Los domingos salen a dar un paseo y cuando miran los árboles dicen: “¡Qué hermosura!”, pero regresan a su vida rutinaria donde viven en una serie de cajas que llaman casas, apartamentos. Han perdido la relación con la naturaleza, pueden verlo a través del hecho de que van a los museos y se pasan toda una mañana mirando cuadros.

 

NO DAÑAR

 

Dañar la naturaleza es dañarse a sí mismo

 

La naturaleza es parte de nuestra vida. Crecemos de un germen, de la tierra, somos parte de todo esto. Sin embargo, rápidamente perdemos el sentido de que somos animales como los demás. ¿Podemos sentir un árbol, mirarlo, ver su belleza, escuchar el ruido que hace; ser sensibles a una pequeña planta, a una hierba pequeña, a esa enredadera que crece en la pared, a la luz sobre las hojas y a las muchas sombras? Uno debe observar todo esto y sentir esa comunión con la naturaleza que le rodea. Puede que viva en una ciudad pero también tiene árboles por aquí o por allí. Esa flor mal cuidada en el jardín del vecino que crece entre hierbas, sólo mirarla, sentir que somos parte de todo eso, parte de las cosas vivientes. Si dañan a la naturaleza se dañan a sí mismos.

 

LA TIERRA

 

Es nuestra tierra

 

No sé si han observado, temprano en la mañana, la luz sobre el agua, esa extraordinaria suavidad de la luz, esa danza de las aguas opacas, el lucero del alba sobre los árboles, la única estrella en el cielo. ¿Alguna vez lo han observado? ¿O están tan atareados, tan ocupados con la rutina diaria que se olvidan y no nunca conocen la riqueza y la belleza de esta tierra, esta tierra en la cual todos tenemos que vivir? Tanto si somos comunistas como capitalistas, hindúes o budistas, musulmanes o cristianos, tanto si somos ciegos, cojos, o estamos bien y somos felices, esa es nuestra tierra. Es nuestra tierra, no la de otro, no sólo es la tierra del hombre rico, no pertenece exclusivamente al poder administrativo, a los nobles de la tierra, sino que es nuestra tierra, suya y mía. No somos nadie, pero aún así también vivimos en esta tierra y todos debemos vivir juntos. Es el mundo de los pobres así como de los ricos, del inculto como del letrado; es ‘nuestro’ mundo, y creo que es muy importante sentir y amar la tierra, no sólo ocasionalmente en una pacífica mañana, sino todo el tiempo.

 

LA NATURALEZA

 

Nuestra relación con la naturaleza

 

Debemos descubrir por nosotros mismos cuál es nuestra relación con la naturaleza. Es parte de la espiritualidad. Puede que no estén de acuerdo, pero considérenlo, investíguenlo. ¿Tienen alguna relación con la naturaleza, con los pájaros, con las aguas del río? Todos los ríos son sagrados, pero cada vez están más contaminados; pueden llamarle Ganges, Támesis, Nilo, Rin, Misisipi o Volga. ¿Cuál es su relación con todo eso, con los árboles, los pájaros, con las cosas vivientes que llamamos naturaleza.

 

SENTIR LA NATURALEZA

 

La belleza y la observación de la naturaleza

 

Muchos de ustedes viven en ciudades con toda la multitud, el ruido y la suciedad medioambiental y seguramente no están muy a menudo en contacto con la naturaleza. Sin embargo, está la belleza del mar, pero no tenemos relación con el mar. Lo miramos, quizá, nos bañamos, pero no sentimos el mar, su enorme vitalidad y energía, esa belleza de las olas rompiendo en la orilla, no hay relación entre ese maravilloso movimiento y ustedes. Y si no tenemos relación con ello, ¿cómo podemos tener relación con otra persona? Si no percibimos el mar, la cualidad de sus aguas, las olas, la gran vitalidad de la marea que va y viene, ¿cómo podemos darnos cuenta o ser sensibles a la relación humana? Por favor, es muy importante comprender esto, porque la belleza no está sólo en la forma física, sino que la belleza, en esencia, es esa cualidad de sensibilidad, esa cualidad de observación de la naturaleza.

 

ACCIONES DE BONDAD

 

Bondad, amor e inteligencia hacia nuestro planeta

 

Lo único que realmente importa es que haya una acción de bondad, amor e inteligencia en el vivir en nuestro planeta. ¿Es la bondad individual o colectiva, es el amor personal o impersonal, es la inteligencia suya, mía o de otro? Si es suya o mía, entonces no es inteligencia, amor o bondad. Si la bondad es un asunto individual o colectivo que depende de las preferencias o de las decisiones particulares de uno, entonces no es bondad. La bondad no está en el patio de lo individual ni en el campo abierto de lo colectivo; la bondad solo florece cuando está libre de ambos.

 

CONDUCTA BONDADOSA

 

La bondad se muestra a sí misma en la conducta por nuestro planeta

 

La bondad se manifiesta en la conducta, en la acción por nuestro planeta. Por lo general, nuestra conducta diaria se basa en seguir ciertos patrones -mecánicos y por la tanto superficiales- o siguiendo algún motivo meticulosamente calculado basado en la recompensa o en el castigo. Así, nuestra conducta, consciente o inconscientemente, es calculada. Esto no es una buena conducta. Cuando uno se da cuenta de ello, no solo intelectual o verbalmente, entonces, de esa negación total surge la conducta verdadera y la verdadera conciencia por nuestra tierra, por nuestro hogar.

 

COMPASIÓN POR LA TIERRA

 

Compasión… para todas las cosas de la tierra

 

Es completamente e irrevocablemente posible eliminar todas las heridas, y por tanto, amar y tener compasión. Ser compasivo significa tener pasión por todas las cosas, no sólo entre dos personas, sino por todos los seres humanos, por todas las cosas, los animales, los árboles, todo lo que contiene la tierra. Cuando seamos compasivos, no saquearemos la tierra como lo hacemos ahora y no habrá destrucción.

 

Jiddu Krishnamurti


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