EL SENDERO DEL AUTOCONOCIMIENTO

 


El autoconocimiento tiene como objetivo experimentar la evolución y el desarrollo del ser. Para alcanzarlo, desde el campo vital y desde el plano espiritual, el practicante debe enraizar sus sentimientos en un núcleo, desde el cual pueda expresar sus sentimientos, desarrollando un conocimiento intuitivo que lo ayudará a superar las múltiples adversidades que afectan la libre canalización de la energía relacionada con el nivel de la salud mental y emocional, que se refleja en sus actitudes diarias.

 

Se debe tener presente que los pensamientos afectan las respuestas que se dan diariamente, asumiendo riesgos y experimentando un nuevo control físico y mental, desarrollando la capacidad de concientizar las propias decisiones que impiden, en muchos casos, la evolución y la libre canalización de energías que inducen a una extraordinaria comprensión que va más allá de los límites de la existencia terrena.

 

A través del pensamiento se llega al núcleo de poderosas fuerzas que llevan a su vez al descubrimiento de las verdaderas fronteras del conocimiento de sí, del autoconocimiento.

 

Los pensamientos crean las canalizaciones de energías que armonizan, el plano mental y emocional, proporcionando al ser una extraordinaria comprensión que acelera el poder de su propia visión terreno-celeste.

 

En las prácticas de autoconocimiento los pensamientos son procesados en el tamiz del plano emocional.

 

Se aprende a discriminar y se lleva a la práctica diaria aquellas sabias palabras del Gran Maestro "Saber separar la paja del trigo".

 

Es una tarea de apertura que clarifica el pensamiento y lleva a la acción como expresión de reconocimiento de haber llegado a producir cambios positivos en el campo energético.

 

Tiene el poder de reorientar la propia vida hacia la dirección elegida.

 

A través de sus prácticas, aflora un nuevo estado logrando mantener una comunión con la naturaleza desde el nivel más profundo del corazón, de los sentimientos y de los contactos terreno-celestes.

 

Se descubre que el alma se identifica con una nueva fuerza que es canalizada desde un núcleo de Luz Universal.

 

Todo el proceso que lleva al autoconocimiento se puede describir como una actividad intensa que proporciona desde un nivel personal, agradecimiento y protección en este plano terreno, e implica la conexión energética Hombre-Tierra-Cosmos, que en esencia es el reconocimiento consciente de una experiencia trascendental que proporciona al hombre el aprendizaje y la comprensión de un Orden Divino, que se manifiesta en la Naturaleza y en la autorealización, en un estado de integración de fuerzas terreno-celestes en el sendero de Conocimiento Universal.




Wanda Massaferro

 

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