DESPEDIDA





DESPEDIDA

"--Lo bueno siempre es corto"- me dijiste.

Había en el aire un leve murmullo

de cristales rotos y latir de palomas.

Un fino perfume de jazmines, envolviendo

la porcelana suave y antigua de las almas.

Tus labios sonreían y tus ojos oscuros me miraban.

Había en tu mirada chispas centelleantes

que me hablaban. Palabras indecibles

que volaban y se perdían en la nada.

Y yo te sonreía y te miraba.

-"Seremos buenos amigos" - me dijiste

-"Seremos- también dije.

Y me quedé pensando si sería posible...

Tus ojos gritaban mil poemas que tu boca callaba.

Y en los míos, un racimo de lágrimas

pujaba por nublar mis pupilas, tristes y cansadas.

Tiempo atrás no pensé nunca

que estaríamos diciendo estas palabras...

El adios es tan difícil como la vida misma.

-"Nunca digas nunca"- me dijiste-

Y no quise truncarte tu esperanza.

Pero la despedida era inevitable.

Y sentí que no te resignabas.

Percibí tus deseos de hacer algo.

¿Qué querías? Dejarme la marca

de tus labios en mi boca? Ya lo hiciste.

Apretar mi cuerpo contra el tuyo

reteniendo las horas? No se puede.

El tiempo es lo único que pasa

a nuestro lado sin quedarse.

Se quedan los recuerdos, los sabores,

las palabras, las vivencias.

-"Fue maravilloso" - me dijiste-

Y yo pensé lo mismo. Pero todo

Tiene un fin, como tiene un principio.

Y ese pájarpo que inventamos con tu impulso

y mis miedos, ya vivió su delirio.

Y tanto tú, como yo, sabemos,

que ese pájaro herido, no cruzará

nunca la ruta del olvido.

MARÍA BISBAL




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