21
Lao Tse dijo:
Todos
los seres acuden a la luz del sol del invierno y a la sombra del sol de verano,
sin que nadie les coaccione a hacerlo. De una manera extremadamente natural,
por la sensibilidad de la vitalidad esencial, acuden sin ser llamados y van sin
ser enviados. Es un profundo misterio, y nadie sabe qué es lo que hace que esto
se produzca, pero los efectos se desarrollan de manera espontánea.
Cuando
se depende de los ojos para ver y se depende de las palabras para establecer la
dirección, es difícil tratar con el gobierno. Una vez hubo un primer ministro
que no podía hablar, pero bajo su administración no había duros castigos; así,
¿por qué estimar las palabras? También hubo un primer ministro que era ciego,
pero bajo su administración no había corrupción en el gobierno; así pues, ¿por
qué estimar la vista? La orden que no es pronunciada y la visión que no mira,
son los medios mediante los cuales los sabios se convierten en líderes.
Cuando
el pueblo es influenciado por los gobernantes, no sigue sus palabras sino sus
acciones. Por ello, si los gobernantes admiran la valentía, aunque no originen
voluntariamente la competición del conflicto, sus países tendrán muchas
dificultades y más adelante se apoderará de ellos el desorden mediante el
pillaje y el asesinato. Si los gobernantes admiran la belleza física, aunque
no permitan el comportamiento licencioso, sus países se irán a pique tornándose
ingobernables, y paulatinamente se manifestarán los problemas causados por el
comportamiento licencioso.
Por
ello, la sinceridad pura de los sabios es inequívoca interiormente, mientras
que las preferencias y las aversiones están claras exteriormente. Hablan de tal
manera que reflejan sentimientos, dan órdenes de tal manera que clarifican la
dirección a seguir.
Así
pues, los castigos no son suficientes para cambiar las costumbres, las
ejecuciones no son suficientes para detener la traición. Sólo la influencia
espiritual es válida.
Cuando
la pureza es perfecta, ésta es espiritual. El movimiento causado por un corazón
puro es como la influencia vivificante del aire de primavera y la influencia
relacionada con la muerte del aire de otoño.
Así
pues, ser un líder es como disparar una flecha; una minúscula desviación en el
disparo tiene como consecuencia un fallo por un amplio margen. Ésta es la razón
por la que quienes gobiernan a los demás son cuidadosos respecto a cómo les
influyen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario