“La Conciencia es la esencia de
todo lo que existe”
“El
primer paso hacia la Conciencia es prestarle mucha atención a tu cuerpo. Poco a
poco, uno se va poniendo en estado de alerta ante cada gesto y cada movimiento.
Y a medida que te vas haciendo consciente, empieza a ocurrir un milagro: dejas
de hacer muchas cosas que antes hacías. Tu cuerpo se encuentra más relajado, tu
cuerpo está más entonado, una profunda paz empieza a prevalecer incluso en tu
cuerpo, una música sutil vibra en tu cuerpo.
Después,
empiezas a hacerte consciente de tus pensamientos; hay que hacer lo mismo con
los pensamientos. Son más sutiles que el cuerpo y, por supuesto, también más
peligrosos. Y cuando te hagas consciente de tus pensamientos, te sorprenderá lo
que ocurre en tu interior”….
El
próximo paso es hacerte consciente de las emociones y de los estados de ánimo.
De la mente al corazón, sin juzgar, solo observando. y la sorpresa será que la
mayoría de los estados de emociones y estados de ánimo te poseen…
Cuando
eres consciente de las emociones y estados de ánimo sin juzgarlos, solo
observándolos, des identificándote de ellos, veras que a partir de ahora nada
te posee, nada te molesta, ya no eres un esclavo de tus emociones y
pensamientos.
Cuando
te has convertido en un observador en un perfecto observador de tu cuerpo,
mente y corazón, ya no puedes hacer nada más, entonces debes esperar.
El
próximo paso sucede por sí solo como una recompensa. Es un salto cuántico; del
corazón al Ser (Conciencia), al centro mismo de tu existencia. Tú no puedes
hacerlo; sucede, tienes que acordarte de esto.
Experimentamos
la Conciencia como un espacio dentro de nosotros, y luego, a medida que esta
conciencia se va expandiendo, comenzamos a experimentarnos a nosotros mismos
siendo eso.
Finalmente
nos damos cuenta de que todo y todos somos Conciencia, que no hay dualidad que
todo es Uno. La mente crea la dualidad, pero en el Ser todo es Unidad.
Osho
La Conciencia es la esencia de
todo lo que existe.
La Conciencia es la Totalidad,
todo sucede dentro de ella.
Todo lo que hay es Conciencia, es
lo único que hay.
Balsekar
Reconocer
la Conciencia
La
conciencia es siempre consciente, siempre simplemente presente.
Cuando
le menciono a la gente por primera vez que trate de obtener un “sabor” de esta
presencia natural que podemos llamar conciencia, a menudo les digo: Sólo deja
de pensar por un segundo y ve lo que permanece…
De
hecho, ¿por qué no lo haces en este mismo momento? Durante 5 segundos deja de
pensar en cualquier cosa obsesivamente, y simplemente relájate. Sólo ve lo que
permanece… observa que hay una presencia natural, que está ahí ya sea que
surjan pensamientos o no. Un conocimiento natural, se podría decir.
Es
entonces cuando te das cuenta de que hay algo que permanece cuando no estás
pensando. Como un trasfondo que sólo está presente.
El
objetivo de hacer esto no tiene la intención de motivarte para que detengas
todo pensamiento o trates de mantener un estado de no-pensamiento de la mente.
En cambio, ese momento inicial es sólo para ayudarte a reconocer la conciencia.
Es sólo una introducción para hacerte consciente del hecho de que hay una
presencia constante, natural, que no se ve afectada por los pensamientos, ideas
y experiencias que son experimentadas dentro de esta presencia natural.
No
creas tampoco que la conciencia, o tu reconocimiento de la conciencia, depende
de estar sin pensamientos. Simplemente no es verdad.
Si
en realidad crees que necesitas deshacerte de los pensamientos y las emociones
para ser libre, entonces permite que este preciso momento sea el momento
perfecto para terminar completamente con esa creencia .
De
hecho, es muy importante en este mundo de prisas y de caos, ser capaz de
reconocer la conciencia incluso mientras se está pensando y sintiendo muchas
cosas a la vez. Es crucial que todos lleguemos a conocernos a nosotros mismos
como esa apertura que puede mantener su apertura enfrente de un gran caos.
La
conciencia es siempre consciente, siempre simplemente presente.
Una
analogía simple
¿Por
qué les digo entonces que primero dejen de pensar? Es porque nos hemos
acostumbrado tanto a estar interesados sólo en nuestras formas de pensamiento,
que pasamos por alto la verdadera base de toda nuestra experiencia.
Así
que cuando dejamos de pensar por un momento, no tenemos nada delante de nuestra
vista para distraernos, y así nos damos cuenta de forma natural de esa
presencia sutil que subyace a todos los pensamientos. ¡Naturalmente, nos damos
cuenta de que somos en realidad esa conciencia que permanece! Sorpresa: ¡no
somos nuestros pensamientos!
Es
como esto:
¿Alguna
vez estabas viendo la televisión, y de repente la imagen se torna en negro? ¿O
aparece el parpadeo de la pantalla, o la llamada nieve? No hay ningún contenido
en la pantalla y de repente recuerdas que estabas realmente mirando un aparato
de televisión…
Cuando
la pantalla estaba llena de historias que te interesaban, te mantenían
distraído, ni siquiera te dabas cuenta de que estabas mirando una pantalla de
televisión. Todo lo que reconocías eran las cambiantes formas que se
desplegaban y las historias que te estaban contando. Pasaba desapercibido el
hecho evidente de que el aparato de televisión es la base de todas las imágenes
que se mostraban.
Y
lo mismo ocurre cuando algo que atrae tu interés se refleja en un espejo que
estás viendo, por ejemplo tu cara, todo lo que ves es la cara y la historia que
parece evocar, observas tal vez todas sus imperfecciones faciales, o sus
características hermosas. Porque eso es lo que te interesa.
Pero
cuando un espejo no refleja nada que atraiga tu interés, como por ejemplo un
espacio vacío de tu habitación, te das cuenta naturalmente que hay un espejo en
la habitación en lugar de distraerte con su reflejo. Por primera vez ves el
espejo mismo, por lo que realmente es, en lugar de distraerte con la historia
de lo que refleja.
Del
mismo modo, la conciencia es la base de todas tus percepciones cambiantes y es
más fácil darte cuenta estando presente, cuando dejamos de pensar en todo por
un momento. Puede haber o venir pensamientos, pero simplemente deja de pensar
tan excesivamente por un momento y date cuenta de que hay un conocimiento
natural, que está ahí “además de” los pensamientos que puedan surgir.
Pero
como ya he dicho, es importante no detenerse en esta instrucción inicial.
Ahora
que te has dado cuenta de que todas las imágenes eran en realidad sólo la pura
pantalla de televisión, cuando las imágenes y las historias que te cuentan
empiecen a llenar tu pantalla de nuevo, puedes empezar a recordar el hecho de
que cada imagen no es más que la pura pantalla. ¡Ahora puedes ver realmente la
pantalla del televisor como una pantalla!
No
importa lo elaborada, individual o autoritaria que la historia de estas
imágenes pueda parecer, no tiene ninguna base o poder individual y nunca ha
sido otra cosa que la pura pantalla. Todas las imágenes son ahora realizadas
por igual, ¡incluso si sus rótulos e historias te dicen lo contrario!
Entonces,
donde podrías haber necesitado ese momento inicial de espacio en blanco o vacío
para reconocer lo que era realmente verdad en las historias, ahora que conoces
este sustrato básico de las percepciones en tu experiencia directa, puedes
comenzar a reconocer la conciencia en cada percepción, en cada pensamiento.
Porque
ese estado de alerta que está viendo de forma natural el momento de
no-pensamiento, sigue siendo exactamente el mismo estado de alerta que
presencia la vorágine de pensamientos y emociones.
Así
que en lugar de reconocer sólo las imágenes de la vida, comprométete de ahora
en adelante, a reconocer el hecho de que eres consciente de todas estas
imágenes, no como una entidad separada, o un observador separado, sino sólo
como una visión natural en la que se perciben todas las experiencias.
“Eres
siempre esa misma espaciosa y pacífica conciencia abierta y no puedes nunca no estar presente. Los
pensamientos van y vienen como el viento, pero
eres el espacio para que ellos estén o no estén. ¡Completamente
inafectado, completamente ya libre!
Bentinho
Massaro
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