RECONEXIÓN CON EL ESPÍRITU
CREADOR
Sanando
con la Luz del Alma o El Camino de Retorno
Que
pasaría si cada persona “enferma” toma un rol activo en su proceso de curación
y desde un punto de vista espiritual se ayuda a sí mismo y al médico o
terapeuta que lo asiste?
Entre las técnicas de curación indicadas por
el Maestro Tibetano en uno de sus libros azules está la de “Alineamiento y
contacto con el Alma”
“Un método superior y nuevo que consiste en
llamar a la propia alma del hombre para que inicie una actividad positiva”.
Lo hermoso de este método radica en realizar
el contacto consciente con el alma, y no establecer ese contacto de manera
instintiva o automática como se da en muchos casos.
Si partimos de la premisa indicada por el
Maestro Tibetano de que: “toda enfermedad es el resultado de la inhibición de
la vida del Alma” podemos deducir que toda enfermedad expresa la necesidad de
liberar las energías del Alma compuestas básicamente por Vida, Amor y
Sabiduría.
El contacto consciente con el Alma no sólo nos
permite sanar todos nuestros cuerpos (físico-etérico, emocional y mental) sino
que nos lleva a nuestro camino de retorno a nuestro centro, a lo que realmente
somos: conciencia infinita o el Alma.
Este
método es una manera espiritual de alcanzar la plenitud de expresión de
nuestros cuerpos que se logra mediante el equilibrio de las energías del alma
en y a través de ellos.
Sanar con
la luz del Alma permite una expansión de conciencia que cambiará drásticamente
(y para bien) nuestra percepción de la realidad y la manera de ver y afrontar
los sucesos de nuestra vida.
Ahora
bien, “El Alma habita en su propio plano” , por eso para lograr este contacto
consciente con el Alma debemos empezar por “elevarnos” hasta el plano del Alma
y esto se logra por medio de la meditación. En una meditación sanadora podemos
aumentar nuestra vibración, alinear nuestros chakras, sentir nuestra parte
divina y todo esto va facilitando poco a poco el contacto con el Alma de manera
profunda y consciente.
La
sanación por contacto con el Alma es algo espiritual y no es religioso, sin
importar la religión que profesemos podemos lograr el contacto con esa parte de
nosotros que está hecha “a imagen y semejanza de Dios”; y si nos vamos un poco
más a los extremos, incluso una persona “atea” que sólo crea en él puede lograr
(por medio del amor) el contacto con “su poder interior”, es decir, su Alma y
lograr que empiece a fluir la vida, el amor y la sabiduría por todo su ser.
Este
método no tiene por qué pugnar con ningún otro método de sanación holístico o
alopático, sino que se puede hacer en paralelo durante nuestra meditación. Este
método encierra el poder de la oración (invocación desde el amor), más la
voluntad del paciente y ejerce la actividad inteligente del Alma en todo su
vehículo de expresión o personalidad y justamente allí radica una de las
características que nos ofrece: no sólo puede sanar enfermedades físicas, sino
también desequilibrios emocionales (ansias, miedos, mal humor, etc) y también
mentales (falta de concentración, memoria, etc).
Esta
sanación se desarrollará mayormente en un futuro ya que el Séptimo Rayo donde
“lo superior y lo inferior se unen” está creando las condiciones para que todos
logremos esa integración del Alma con la personalidad. Ciertamente no es un
método fácil ni rápido todo lo contrario, es un método lento pero seguro, es el
comienzo lento con el final que feliz del que nos habla el Bhagavad Guita. Por
eso es que si es tan lento como dicen, por que no comenzar ahora?
Y si
queremos empezar, que tipo de meditación hacer? Esa es una muy buena pregunta
porque no hay una meditación fija para esto, cada persona es diferente, con una
edad de alma diferente, con cuerpos compuestos por rayos diferentes, sin
embargo, un buen comienzo, podría ser por ejemplo:
Calmar y
relajar nuestros cuerpos (físico-eterico, emocional, mental).
Contactar
a nuestra alma (y aquí es donde más varía el “como”).
Visualizar
y/o sentir como un “fragmento” de esa Luz Divina de nuestra Alma va llenando de
luz nuestros cuerpos.
Visualizar
y/o sentir la luz del alma fluyendo libremente y en equilibro por nuestros
cuerpos.
Silencio
Mental.
Repito
cada persona es diferente, inclusive el hacer o colorear mandalas es un buen
comienzo para alguien que no tiene experiencia meditando y le cuesta
“apaciguar” sus cuerpos, importante sería en este caso establecer la
“intención” de contactar con su Chispa Divina y que esa energía circule
libremente por su ser (sanándolo) durante el tiempo que esté trabajando con el
mandala y después poco a poco ir empezando el método de acercamiento consciente
por la meditación.
Y si la enfermedad física no cede? No siempre
la sanación se materializa en el físico, hay que recordar que también existen
enfermedades kármicas pero sin duda se observará como irán sanando los cuerpos
emocional y mental y cambiaremos nuestra actitud para afrontar la vida e
inclusive la misma “enfermedad”.
Y hay que esperar a tener alguna enfermedad
para utilizar este método? Ya todos saben que la respuesta es no. Podemos
empezar aquí y ahora a establecer contacto consiente con la fuente, con lo que
realmente nomos: El alma que habita en un cuerpo para poderse expresar en este
plano físico.
Patricia Camargo
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