Historia de
la quimioterapia
En diciembre
de 1945, un barco de guerra norteamericano fue atacado en el puerto de Bari,
Italia. Llevaba 100 toneladas de gas mostaza, un arma química. Fue un gran
desastre. El gas mostaza fue liberado, y murieron muchas personas. Los
oficiales médicos notaron que los sobrevivientes sufrieron una profunda
depresión de la médula y una gran disminución del número de glóbulos blancos.
Surgió así la idea de administrar este tipo de sustancias químicas a pacientes
oncológicos. Estas sustancias matan a todas las células de división rápida del
cuerpo, al momento de la adminstración del medicamento. Como las células
cancerosas se dividen rápidamente, según la teoría, la quimioterapia las
destruye, mientras que preserva las células de división más lenta.
Luego de la
2° Guerra Mundial, se eligió a Cornelius Rhoads, que había sido Jefe del
Servicio de Armas Químicas del ejército de los EE.UU., como nuevo director de investigaciones
del Centro Oncológico Memorial Sloan-Kettering (el centro de tratamiento e
investigación oncológica más importante y famoso del mundo). Bajo su dirección,
se emprendió la investigación de 1.500 tipos de gas mostaza nitrogenado como
tratamiento para el cáncer.
En 1971, el
presidente Nixon declaró la -guerra contra el cáncer-, en la que se invirtieron
decenas de miles de millones de dólares durante varias décadas, en
investigación y tratamiento con quimioterapia. Se creía que con suficiente inversión,
se podría erradicar el cáncer.
Científicos
críticos
Si bien se
cree que la quimioterapia ha contribuído sustancialmente en el tratamiento del
cáncer, a mediados de la década del ´80 empezaron a publicarse artículos
científicos que ponían en duda tal creencia. En 1985, el Dr. John Cairns, de la
Escuela de Salud Pública de Harvard, publicó un artículo sobre la guerra contra
el cáncer, en el que mostró que la quimioterapia salvaba las vidas de solamente
entre el 2% y el 4% de las pacientes. Según él, a pesar de la inmensa inversión
en investigación, este tratamiento no era capaz de vencer a ninguno de los
cánceres más comunes.
Al año
siguiente, el Dr. John C. Bailar III (Ph.D.) publicó un estudio muy importante.
El Dr. Bailar tenía un altísimo prestigio en la comunidad médica, había sido
editor de la Revista del Instituto Nacional del Cáncer, y pertenecía al
Departamento de Bioestadísticas de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Luego de evaluar cuidadosamente las estadísticas, perdió la fe en la
quimioterapia y también en la guerra contra el cáncer. En sus palabras, -los
intentos crecientes e intensos de mejorar el tratamiento del cáncer, durante
los últimos 35 años, han tenido muy poco efecto sobre el parámetro más
fundamental de resultado clínico: la muerte. A grandes rasgos, los efuerzos
para controlar el cáncer han fracasado”.
En 1990, el
Dr. Ulrich Abel, experto en bioestadística oncológica de la Universidad de
Heidelberg, Alemania, publicó el estudio más abarcativo jamás realizado sobre
la quimioterapia. Su inquietud fue creciendo durante -diez años de trabajo en
el área de estadística en oncología clínica-. Dice el Dr Abel: -Un análisis
sobrio y desprejuiciado de la literatura revela que los regímenes (de
medicamentos) en cuestión raramente tienen algún beneficio terapéutico… Para la
gran mayoría de los cánceres epiteliales avanzados, no hay evidencia de que el
tratamiento con estas drogas extienda o mejore la vida-. Esta afirmación es
asombrosa viniendo de un miembro del establishment del cáncer. En Alemania, le
valieron un importante artículo, mayormente favorable, en Der Spiegel, el
equivalente alemán de la revista Time. En otros países, no se le dio a su
trabajo la importancia que tiene. Al decir -epitelial-, el Dr. Abel se refiere
a las formas más frecuentes de adenocarcinoma – pulmón, mama, próstata, colon,
etc. Estos constituyen por lo menos el 80% de las muertes de cáncer en los
países industriales avanzados. Cada vez con mayor frecuencia, se utiliza
quimioterapia en casos avanzados de cáncer. En todo el mundo, mueren más de un
millón de personas a causa de estos tipos de cáncer, y la mayoría -recibe
alguna forma de terapia citotóxica sistémica antes de morir-.
Mientras
escribía su monografía, el Dr. Abel realizó una encuesta entre cientos de
oncólogos. -Las opiniones personales de muchos oncólogos-, nos informa,
-parecen contrastar de manera significativa con lo que se comunica al público-.
De hecho, el Dr. Abel cita estudios en los que muchos oncólogos sostienen que
no utilizarían quimioterapia si tuvieran cáncer. El establishment atribuye el
supuesto aumento histórico en la tasa de supervivencia a 5 años de las últimas
décadas a los efectos beneficiosos de la quimioterapia. -Los expertos modernos
en metodología están de acuerdo en que la única manera de obtener información
confiable sobre el valor relativo de dos terapias es realizar comparaciones
aleatorias-. Es sorprendente que casi nunca se lleven a cabo tales
comparaciones en el caso de las terapias ortodoxas. La supervivencia a 5 años
puede ser mejor hoy que años atrás debido a mejoras en la detección temprana
y/o a mejoras en los cuidados paliativos.
Si la
realidad de la quimioterapia es tan poco alentadora como dice el Dr. Abel,
¿cómo surgió la idea de utilizarla para los tipos principales de cáncer? Uno de
los motivos es que a menudo las drogas sí logran algo: reducen los tumores.
Pero en contra de lo que comúnmente se cree, la -reducción de la masa del tumor
no alarga la vida-. De hecho, en ocasiones, el cáncer regresa más
agresivamente, porque matar al 99% de las células cancerosas alienta el
crecimiento de cepas de células malignas resistentes a las drogas.
¿Al menos la
quimioterapia no mejora la calidad de vida del paciente? Probablemente otorga
un alivio psicológico al pensar que se está haciendo -algo- contra la
enfermedad (sin embargo, como acabamos de ver, esto puede no ser cierto en la
mayoría de los casos). Es valioso si alivia los síntomas, como en el cáncer en
la cabeza o en el cuello. Pero como señala el Dr. Abel, -hasta ahora no han
habido estudios aleatorios que brinden una clara evidencia de que la
quimioterapia mejora la calidad de vida-. De hecho, la mayoría de estas drogas
son tan tóxicas que pueden disminuir mucho la calidad de vida.
¿Y qué hay
de la infrecuente y afortunada persona cuyo carcinoma avanzado parece curarse
por el tratamiento con drogas? Hay que evaluar el beneficio de esta persona
contra el costo total de todos aquellos que reciben el tratamiento y no se
benefician, la totalidad del riesgo versus el beneficio, de lo contrario el
argumento adquiere -la misma lógica que una recomendación de apostar- basada en
-las ganancias de los ganadores”.
En resumen,
según el Dr. Ulrich Abel, -la oncología no ha sido capaz de proporcionar bases
científicas sólidas para la terapia citotóxica tal como se la usa actualmente-.
Sin embargo, la -tesis de la eficacia de la quimioterapia- ha tomado -el
carácter de un dogma-. De hecho, tanto en Alemania como en los EE.UU., -no es
ético-. no brindarle estos tratamientos tóxicos a un creciente número de
pacientes. Por lo tanto, la oncología clínica se ha vuelto -prisionera de su
propio dogma-.
Uno de los
pocos estudios que comparó pacientes que recibían tratamiento oncológico
convencional con pacientes que no recibían ningún tratamiento fue dirigido por
el Dr. Hardin Jones, profesor de física y fisiología médicas en la Universidad
de California. Ante un panel de la Sociedad Norteamericana del Cáncer, dijo:
“Mis estudios han demostrado de manera concluyente que los pacientes que no
reciben ningún tratamiento viven de hecho hasta cuatro veces más que los que sí
lo reciben. Para un tipo típico de cáncer, las personas que no aceptaron el
tratamiento vivieron un promedio de 12 años y medio. Aquellos que aceptaron la
cirugía y otros tratamientos vivieron de promedio sólo 3 años.-
Más sobre la
reducción de los tumores
Quienes
tienen cáncer suelen preguntar -¿Qué chances tengo con la quimioterapia?-. A
menudo los médicos dicen que la -respuesta- puede ser del 60% o 75%. Para el
paciente esto suena muy alentador, y entonces acepta la quimioterapia, por más
que implique un gran sufrimiento, creyendo que los beneficios serán mayores que
los efectos negativos. Pero tal como lo señala Ralph Moss, Ph.D., en su libro
-Cuestionando la quimioterapia- (1995), -el médico dice -índice de respuesta-
pero el paciente oye -cura-. Estos pacientes y sus familias pueden ponerse
furiosos al darse cuenta de que por lo general la -respuesta- no significa más
tiempo de vida ni una mejor calidad de vida-. Aunque la creencia de que la
reducción del tumor extiende la vida -se acepta casi universalmente, esta
creencia es falsa. Algunos oncólogos tienen bien claro que esto es así… saben
que la reducción del tumor no dice nada sobre las expectativas de vida del
paciente… la reducción del tumor es el principal parámetro de efectividad de la
quimioterapia. Esto tiene mucha importancia, porque los médicos rutinariamente
buscan lograr tal -respuesta-, y le dicen a sus pacientes que es un objetivo
muy deseado en el tratamiento (basados en esta creencia falsa) […] Esta es una
de las ilusiones primarias de la oncología-.
En 1988, un
científico del Instituto Nacional del Cáncer (EE.UU.) publicó estadísticas en
el prestigioso Cecil´s Textbook of Medicine indicando que para muchos tipos de
cáncer (cáncer de mama, estómago, próstata, cabeza y cuello, vegija y otros) la
tasa de respuesta a la quimioterapia era de 75%. Sin embargo, para estos mismos
cánceres, casi no había casos de sobrevida prolongada libre de enfermedad.
¿Cuán tóxica
es la quimioterapia? En los manuales modernos sobre el tema, se recomienda a
las enfermeras usar batas de manga larga, gafas, protección para los zapatos, y
guantes extra gruesos, que deben cambiarse cada media hora. Se les instruye que
nunca coman, beban, fumen o se apliquen cosméticos en el área de preparación de
las drogas. Se les advierte que la mera manipulación de las drogas tiene
-riesgos significativos-, tales como anormalidades reproductivas, lesiones
hepáticas y de los cromosomas, y problemas hematológicos.
Si estos son
los riesgos de manipular las drogas, ¿cuál es el riesgo de introducirlas en el
cuerpo de una persona enferma? Las drogas quimioterapéuticas son una de las
sustancias más tóxicas que se introducen intencionalmente en el cuerpo humano.
Conclusión
En vista de
esta información, ¿por qué la quimioterapia sigue siendo uno de los
tratamientos stándard para el cáncer en todo el mundo? Según diversos expertos
independientes en el tema, el motivo principal es económico. El tratamiento con
quimioterapia cuesta muy caro. Los mejores tratamientos holísticos para el
cáncer que existen cuestan en general muchísimo menos. Y algunos ni siquiera
pueden patentarse.
El material
de este artículo fue tomado, con permiso, del libro “Reclaiming Our Health”, de
John Robbins (H.J. Kramer, Tiburon, California, 1996), y de “Se derrumba el
“Muro de Berlín” de la quimioterapia“, de Ralph Moss.
compilado
por Axel Makaroff
Fuente:
AAMEPSI
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