El
concepto oriental de Wu-Wei, no-acción, inacción, que en occidente es tan a
menudo mal interpretado es crucial para aquellos que están en el camino.
Acerquémonos a su comprensión usando el lenguaje mejor adaptado a los trabajos
espirituales : El Sanscrito.
En
Sanscrito tenemos las dos palabras :
akarma =
inacciónakarmak = sin hacer nada
En la
inacción no hay esfuerzo, es natural. Al contrario, si pretendemos estar sin
hacer nada, hay esfuerzo. Cuando la gente se sienta a meditar están, en muchas
ocasiones, tratando de no hacer nada. Y les resulta muy difícil, lo ven como
algo inalcanzable. Y abandonan su práctica.
Cuando
estamos inactivos, por el contrario, no hay esfuerzo ninguno. La inactividad
viene tras un proceso de relajación y abandono, no tras un proceso en el que
intentamos imponernos a nosotros mismos algo, como la inmovilidad.
La
inmovilidad perfecta solo puede coexistir con una perfecta relajación, con un
perfecto abandono en el tao, en la providencia, en el fluir de las corrientes
cósmicas. Se llega pues al Wu Wei, a la inacción, a traveé del camino de la
relajación y el abandono de sí mismo. No se llega a través del camino de la
ciencia, la moral o la religión, o esforzándonos en algo. Simplemente
relajación y abandono en el tao.
Esto no
significa inactividad. Si el tao requiere de nosotros una actividad cualquiera,
por supuesto la realizamos. Y en acción, respetamos la no-acción.
La flor,
durante la floración está en Wu Wei, no hace nada, simplemente es una flor, y
florece.
Si la
flor tuviera una mente similar a la humana comenzaría a preocuparse y
preguntarse: ¿De qué color serán mis nuevas hojas?. ¿Podría acelerar mi proceso
con un poco de fertilizante?. ¿Dónde venden el fertilizante?.
¿Cuánto
cuesta?. ¿Qué dosis debería emplear?.¿Seré mayor que la flor de al lado? Este
árbol de ahí no me gusta, ¿cómo podría hacerlo desaparecer?. Etc, etc, etc. Y
empezaría a intentar estirarse para engrandecer sus pétalos, y quizás
aprendería tai chi para favorecer su proceso de crecimiento.
El humano
crea muchas más entidades mentales que una flor. Y, dirige su actuación de
acuerdo con estas entidades mentales, en muchas ocasiones en una dirección
diferente a la del fluir del tao en ese momento. Esto genera karma. Es el
pecado en la tradición judeo-cristiana. Si uno no actúa de acuerdo con el fluir
del tao, está pecando. Y si uno trata de permanecer inmóvil durante 40 minutos
y el tao le requiere para danzar de alegría, está pecando.
Por el
contrario, cada vez que actuamos según el fluir del tao, eliminamos karma. Lo
borramos.
Hemos de
ser como la flauta que ofrece su forma al viento para crear la melodía de la
existencia.
Jorge
Luis Altimiras Escuder
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