Cuando
eras joven, amabas soñar y soltar los sueños. De cualquier forma, morabas en el
Ahora. Cuando creciste, comenzaste a tomarte tus sueños y metas demasiado en
serio, y tu felicidad se enredó con el futuro, y el destino se hizo más
importante que el viaje.
Sueña con
aquello que quieres, por supuesto. Ten una visión del futuro. Pero aprende a
soltar tus sueños, también; deja que floten en el río de la vida, y trae tu
atención de vuelta al momento presente. No utilices un sueño como una excusa
para desconectarte de donde estás. El lugar en el que estás es sumamente
precioso...
Aprende a
amar los momentos intermedios. Aprende a amar este delicioso sentido de espera,
anhelo y anticipación. Aprende a bailar y a respirar en el espacio que hay
entre el desear y el conseguir, entre el soñar y la resolución de los sueños.
Aprende a amar el hecho de no tener lo que deseas en este momento. El tremendo
sentido de potencial, su plenitud, su paz. Date cuenta de que la 'falta' es
sólo un espacio, resistido. Lleva tu aliento hasta el vientre, hasta el pecho,
hasta la cabeza. Imbuye el cuerpo de luz, satúralo de presencia consciente,
empápalo de amor. Siente la plenitud del cuerpo. En él no hay carencia. En él
no hay deseo.
Incluso
cuando no tienes lo que deseas, estás invitado a desear estar exactamente en
donde estás; a enamorarte del lugar en donde estás parado, a contactarte con el
suelo fértil mientras esperas, o bien, olvida la espera y simplemente saborea
los momentos.
Y abre
tus brazos con gratitud, listos para recibir lo que venga.
A veces,
incluso el hecho de 'no conseguir' algo, puede resultar sumamente hermoso.
He aquí,
tu vida abundante.
- Jeff
Foster
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