Existe un
error generalizado que ha sido sostenido intencionalmenten con el objetivo de
coartar y manipular. Es el hecho de confundir sexualidad con urgencia
genital.
La sexualidad no funciona sólo a través de la genitalidad, ésta está íntimamente relacionada con las emociones y con las estructuras mentales personales. Esta manifestación global es la sexualidad.
Es una manifestación natural que hasta ahora es desconocida, ignorada y frecuentemente reprimida, y cuando es abordada, es absolutamente distorsionada. Esta actitud represiva, castradora y manipulada de la sexualidad, se imprime en la estructura conceptual y emocional del ser humano creando el patrón inconsciente que más tarde regirá la vida sexual del individuo. Desde la cual toda su vida será condicionada.
La mente es embestida de forma excesiva con estímulos sexuales por los medios de comunicación. Esta constante sobre estimulación hace que el hombre no actúe por el natural impulso del encuentro de su cuerpo con el de su pareja, sino se deja llevar por ese ajeno patrón sobrecargado de conductas determinadas y fijas que distan diametralmente de su realidad. Y la mujer, dominada por los estereotipos de belleza impuesta y obligada a usar el lenguaje sexual masculino que dista enormemente del genuino y desconocido lenguaje femenino, no permite que se exprese adecuadamente su sexualidad y cierra la manifestación de su femineidad.
Este ajeno y exigente prototipo sobre la sexualidad en hombres y mujeres provoca la desintegración de su unidad: sexo (genitales), sentimiento (corazón), cabeza (razonamiento) actúan de forma separada. En estas condiciones, hacer el amor se torna en una sobrecarga energética que si bien causa un placer temporal, frustra la definición del verdadero deseo y la acción en sus propias polaridades, irrespetando el sentido innato de la sexualidad, quedando tan sólo en un encuentro abrupto de sensaciones momentáneamente placenteras que la mayoría de las veces separan en lugar de unir, en lugar de trascender al camino de la verdadera sexualidad consciente, de llegar al conocimiento más profundo del amor universal.
Como suele suceder cada vez que ocurren cambios trascendentales en la humanidad, hay una minoría que comienza a darse cuenta del cambio y una mayoría que lo niega asustada y refugiada en la comodidad y seguridad de lo conocido.
Sin embargo, lo neguemos o no, algo está cambiando entre nosotros y cada vez es más difícil ignorarlo. Los cambios están a la orden del día en política, economía, el comportamiento social y las relaciones interpersonales.
Hay un despertar de consciencia. Un llamado del corazón por liberar a la actividad más poderosa y hermosa de los seres humanos de la cárcel en que las ideas mentales, las creencias de una consciencia colectiva la han tenido presa.
Hay mucho más de la Sexualidad que una mera forma de expresar amor o una forma de liberar tensión.
La Sexualidad es la recreación del momento más sagrado de la existencia- el momento de la Creación.
El aspecto sagrado de la sexualidad, su poder transformador y el arte que representa, han sido secretos celosamente y efectivamente guardados por el Tantra hindú, el Taoísmo chino, la Gnosis Cristiana, la Cábala hebrea y otras escuelas de iluminación espiritual.
La Sexualidad humana es la recreación en nuestro plano físico de la verdad que está ocurriendo eternamente en todo el Universo, por eso es un acto sagrado.
La Energía Sexual que anima la materia se encuentra circulando en nuestro cuerpo todo el tiempo. Es nuestra energía de vida.
Esta energía descansando en la base de la columna es la que posibilita el despertar de la conciencia.
La Sexualidad de la Nueva Era está por crearse. Es nuestro propio juego. Será el resultado de la unión de conocimientos milenarios con conocimientos modernos. Tendrá tantos nuevos colores y sonidos como seres humanos conscientes y despiertos haya.
Para rediseñar los viejos paradigmas es necesario elevar la frecuencia vibratoria de nuestras relaciones. En éstas se intercambia energía con la pareja, y al mismo tiempo con las personas que han tenido intercambio anteriormente con la misma.
nuestra energía corpórea se manifiesta en una intempestiva hebra que yace dormida, esperando a ser activada en la base de nuestra estructura, específicamente junto al sacro –coincide con la ubicación del primer chakra, el Mulhadara.
esta serpiente de luz se encuentra replegada, enrollada tres veces y media, y la evolución personal no podrá consumarse del todo si no se es capaz de despertar a este ser en un proceso que involucra el recorrido de esta fuerza por cada uno de los siete chakras principales –travesía que habrá de llevar a cabo a través del canal energético central, el sushuma nadi, en un proceso que detonará en despertar espiritual.
Nuestro cuerpo fisico es el Templo de nuestra esencia. Por lo cual es urgente respetarlo como Espacio Sagrado. Es nuestro vehículo hacia el reencuentro con la Luz.
Awka
La sexualidad no funciona sólo a través de la genitalidad, ésta está íntimamente relacionada con las emociones y con las estructuras mentales personales. Esta manifestación global es la sexualidad.
Es una manifestación natural que hasta ahora es desconocida, ignorada y frecuentemente reprimida, y cuando es abordada, es absolutamente distorsionada. Esta actitud represiva, castradora y manipulada de la sexualidad, se imprime en la estructura conceptual y emocional del ser humano creando el patrón inconsciente que más tarde regirá la vida sexual del individuo. Desde la cual toda su vida será condicionada.
La mente es embestida de forma excesiva con estímulos sexuales por los medios de comunicación. Esta constante sobre estimulación hace que el hombre no actúe por el natural impulso del encuentro de su cuerpo con el de su pareja, sino se deja llevar por ese ajeno patrón sobrecargado de conductas determinadas y fijas que distan diametralmente de su realidad. Y la mujer, dominada por los estereotipos de belleza impuesta y obligada a usar el lenguaje sexual masculino que dista enormemente del genuino y desconocido lenguaje femenino, no permite que se exprese adecuadamente su sexualidad y cierra la manifestación de su femineidad.
Este ajeno y exigente prototipo sobre la sexualidad en hombres y mujeres provoca la desintegración de su unidad: sexo (genitales), sentimiento (corazón), cabeza (razonamiento) actúan de forma separada. En estas condiciones, hacer el amor se torna en una sobrecarga energética que si bien causa un placer temporal, frustra la definición del verdadero deseo y la acción en sus propias polaridades, irrespetando el sentido innato de la sexualidad, quedando tan sólo en un encuentro abrupto de sensaciones momentáneamente placenteras que la mayoría de las veces separan en lugar de unir, en lugar de trascender al camino de la verdadera sexualidad consciente, de llegar al conocimiento más profundo del amor universal.
Como suele suceder cada vez que ocurren cambios trascendentales en la humanidad, hay una minoría que comienza a darse cuenta del cambio y una mayoría que lo niega asustada y refugiada en la comodidad y seguridad de lo conocido.
Sin embargo, lo neguemos o no, algo está cambiando entre nosotros y cada vez es más difícil ignorarlo. Los cambios están a la orden del día en política, economía, el comportamiento social y las relaciones interpersonales.
Hay un despertar de consciencia. Un llamado del corazón por liberar a la actividad más poderosa y hermosa de los seres humanos de la cárcel en que las ideas mentales, las creencias de una consciencia colectiva la han tenido presa.
Hay mucho más de la Sexualidad que una mera forma de expresar amor o una forma de liberar tensión.
La Sexualidad es la recreación del momento más sagrado de la existencia- el momento de la Creación.
El aspecto sagrado de la sexualidad, su poder transformador y el arte que representa, han sido secretos celosamente y efectivamente guardados por el Tantra hindú, el Taoísmo chino, la Gnosis Cristiana, la Cábala hebrea y otras escuelas de iluminación espiritual.
La Sexualidad humana es la recreación en nuestro plano físico de la verdad que está ocurriendo eternamente en todo el Universo, por eso es un acto sagrado.
La Energía Sexual que anima la materia se encuentra circulando en nuestro cuerpo todo el tiempo. Es nuestra energía de vida.
Esta energía descansando en la base de la columna es la que posibilita el despertar de la conciencia.
La Sexualidad de la Nueva Era está por crearse. Es nuestro propio juego. Será el resultado de la unión de conocimientos milenarios con conocimientos modernos. Tendrá tantos nuevos colores y sonidos como seres humanos conscientes y despiertos haya.
Para rediseñar los viejos paradigmas es necesario elevar la frecuencia vibratoria de nuestras relaciones. En éstas se intercambia energía con la pareja, y al mismo tiempo con las personas que han tenido intercambio anteriormente con la misma.
nuestra energía corpórea se manifiesta en una intempestiva hebra que yace dormida, esperando a ser activada en la base de nuestra estructura, específicamente junto al sacro –coincide con la ubicación del primer chakra, el Mulhadara.
esta serpiente de luz se encuentra replegada, enrollada tres veces y media, y la evolución personal no podrá consumarse del todo si no se es capaz de despertar a este ser en un proceso que involucra el recorrido de esta fuerza por cada uno de los siete chakras principales –travesía que habrá de llevar a cabo a través del canal energético central, el sushuma nadi, en un proceso que detonará en despertar espiritual.
Nuestro cuerpo fisico es el Templo de nuestra esencia. Por lo cual es urgente respetarlo como Espacio Sagrado. Es nuestro vehículo hacia el reencuentro con la Luz.
Awka
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