Uno de los mayores
problemas emocionales de nuestra sociedad es el de la ansiedad. Las pastillas
pueden ayudar al principio pero, a la larga, la solución definitiva pasa por
realizar una terapia psicológica que permita afrontar y solucionar el problema
de fondo.
pastillas para la
ansiedad
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Ramón Soler
Ramón Soler
Psicólogo
09 DE DICIEMBRE DE 2022
· 07:00
La ansiedad es una
respuesta fisiológica de nuestro cuerpo ante eventos peligrosos o estresantes.
En condiciones normales, cuando la coyuntura se resuelve, los niveles de
ansiedad descienden y podemos seguir, sin problema, con nuestras ocupaciones.
Sin embargo, cuando una situación difícil se mantiene durante mucho tiempo o
cuando no tenemos las herramientas adecuadas para afrontarla, la ansiedad se
cronifica y puede llegar a resultar muy incapacitante.
En la actualidad, la
ansiedad representa una de las grandes epidemias que sufre nuestra sociedad. El
ritmo de vida estresante y las diferentes crisis que hemos vivido en los
últimos años (pandemia, guerras, crisis económica, etc.) han aumentado los
niveles de ansiedad de la población hasta un punto nunca antes registrado.
Muchas personas acuden
a sus médicos buscando algún medio para gestionar su ansiedad y reciben
ansiolíticos que les ayudan, en el mejor de los casos, a calmar los síntomas.
Sin embargo, estas pastillas, a medio y largo plazo, no suponen el remedio
definitivo, puesto que no solucionan el verdadero origen de la ansiedad.
LAS PASTILLAS PARA LA
ANSIEDAD NO TRATAN EL PROBLEMA DE FONDO
La ansiedad se compone
de una serie de síntomas físicos y mentales (preocupaciones, miedos,
sudoraciones, palpitaciones, dificultades para respirar...) mediante los
cuales, nuestro cuerpo nos está indicando que algo va mal.
Tal vez no tengamos
herramientas para manejar el estrés o nos estemos saturando de trabajo, o
carguemos con excesivas responsabilidades. Tal vez sea una mezcla de más de un
problema. La cuestión es que la ansiedad no es un problema en sí, la ansiedad
es el aviso de estos verdaderos problemas.
Si únicamente nos
preocupamos de eliminar los síntomas molestos de la ansiedad, estaremos
eliminando el aviso, pero no estaremos comprendiendo y trabajando la causa
original de nuestro malestar. El problema de fondo seguirá existiendo y, tarde
o temprano, volverá a emerger en forma de una ansiedad mucho más intensa e
incapacitante.
Eliminar la ansiedad sin
trabajar el problema de fondo es un error: sería como eliminar el dolor de
muelas con un calmante y no acudir al dentista para que solucione el problema
real: cuando pasa el efecto de la pastilla, el dolor, lógicamente, vuelve.
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los ansiolíticos
No podemos estar toda
la vida tomando medicación para calmar ese dolor, no olvidemos que este tiene
un origen que no se está trabajando. Por suerte, cuando solucionemos el
problema original en la muela, el dolor desaparecerá por sí solo.
En casos donde la
ansiedad es muy alta, sí es necesaria la medicación y puede ser útil para
reducir la intensidad de los síntomas, igual que el antiinflamatorio es
necesario para calmar el dolor hasta tener la cita con el dentista. Pero la
medicación no debe ser tomada como la solución, siempre se debe combinar con
una terapia psicológica que ayude a trabajar el problema de fondo.
PASTILLAS PARA LA
ANSIEDAD: EL CASO REAL DE LUIS ALBERTO
Luis Alberto vino a mi
consulta para aprender a manejar el estrés que le ocasionaba su trabajo.
Dirigía un restaurante que llevaba varios años en crisis y, la posible quiebra
de un proyecto en el que había invertido tanto esfuerzo y dinero, le provocaba
altos niveles de ansiedad.
Luis Alberto vivía con
una sensación permanente de agitación y de tensión. A veces, sentía que el
corazón se le aceleraba sin motivo y le costaba respirar profundamente. Al
final del día, se sentía mareado por toda la tensión acumulada.
Acudió a su médico de
cabecera. Este le recetó unos ansiolíticos asegurándole que esto solucionaría
su problema. Tras varias semanas tomándolos, Luis Alberto me explicaba que ya
no sentía los síntomas tan incapacitantes de la ansiedad, pero que seguía
notando una tensión subyacente que no desaparecía y que no podía percibir
claramente. Para explicármelo, usaba la metáfora de un mar en calma, pero con
turbulencias submarinas que no se veían, pero que seguían estando ahí. Así
sentía, Luis Alberto, el efecto de la medicación.
Este fue el momento en
el que buscó ayuda psicológica, no quería depender toda su vida de la
medicación y quería encontrar la forma de aprender a manejar correctamente su
ansiedad.
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EL USO ADECUADO DE LAS
PASTILLAS PARA LA ANSIEDAD
¿Cuál es el uso
adecuado para las pastillas para la ansiedad? Continuando con el ejemplo de
Luis Alberto, las pastillas contra la ansiedad le fueron útiles en un momento
de crisis, pero se ocupó de trabajar el verdadero origen de su problema y,
cuando ya no las necesitó, pudo dejarlas definitivamente.
Luis Alberto vino a
terapia cuando sus síntomas estaban más calmados para trabajar las turbulencias
interiores que seguía sintiendo. Tras esto:
Trabajamos su perfeccionismo y su autoexigencia. Había aprendido, desde su infancia, a ser excesivamente responsable y meticuloso. Esto le hacía cargar con todas las responsabilidades de su restaurante, sin confiar en nadie más. Por otra parte, sus trabajadores se inquietaban y molestaban porque no les dejaba hacer su trabajo.
Aprendió a reducir el nivel de exigencia que tenía conseguir mismo. Comenzó a confiar en su equipo ya delegar tareas que no le correspondían. Se centró en su labor como jefe, gestionando el grupo, pero no encargándose de todo. A su vez, los camareros y cocineros se sintieron mucho más plenos, asumiendo sus responsabilidades sin interferencias.
También trabajamos para aprender a priorizar las situaciones que requerían toda su energía de aquellas que no eran tan importantes.
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