El biólogo celular
Bruce Lipton explica la importancia de la unión de la mente consciente y la
subconsciente y como es que operan unidas en nuestra vida.
MENTE CONSCIENTE Y
SUBCONSCIENTE
La unión de la mente
consciente y subconsciente.
La evolución de los
mamíferos superiores, entre los que se incluyen los chimpancés, los cetáceos y
los humanos, provocó un nuevo nivel de conciencia llamado «autoconciencia» o,
sencillamente, mente consciente. Esta nueva mente consciente supone una
importante ventaja evolutiva. Si la mente subconsciente es nuestro «piloto
automático», la mente consciente es el control manual
Por ejemplo, si una
pelota se acerca a tu ojo, la mente consciente (más lenta) tal vez no tenga
tiempo de percibir el amenazador proyectil. Sin embargo, la mente
subconsciente, que procesa alrededor de veinte millones de estímulos por
segundo (frente a los cuarenta que interpreta la mente consciente en ese mismo
tiempo) hará que el ojo se cierre.
El subconsciente, uno
de los procesadores de información más poderosos que se conocen, examina con
detenimiento el mundo que nos rodea y las señales internas; percibe las
condiciones del entorno y reacciona de forma inmediata seleccionando un
comportamiento previamente adquirido (aprendido) y todo sin la ayuda, la
supervisión o siquiera la conciencia de la mente consciente.
Imagina el poder de
procesamiento de información de la mente consciente y de la subconsciente en
unión. Piensa en una imagen compuesta por veinte millones de píxeles y que cada
uno de ellos representa un bit de información recibido por el sistema nervioso
en un segundo.
INFORMACIÓN CONSCIENTE
Y SUBCONSCIENTE
¿Cuánta información
llega a la mente consciente y subconsciente?
Solo una pequeña
pequeña parte representa la información total procesada por la mente consciente
(en realidad esa pequeña parte contendría diez veces más cantidad de
información de la que llega a la mente consciente, pero no es posible ser
observada por la mente consciente en todos sus detalles). En cambio, el
poderoso subconsciente procesa toda la información restante (la zona negra) en
ese mismo segundo.
Las unión de las dos
mentes forman un dúo de lo más activo.
Cuando operan unidas,
la mente consciente puede utilizar todos sus recursos para concentrarse en un
punto específico, como por ejemplo la fiesta a la que piensas asistir el
viernes por la noche. De forma simultánea, el subconsciente sigue cortando el
césped sin rebanarte un pie y sin atropellar al gato, aun cuando no estés
prestando atención.
Ambas mentes unidas
cooperan también a la hora de aprender comportamientos complejos que después
serán ejecutados de forma inconsciente.
¿Recuerdas el primer
día que te sentaste emocionado en el asiento del conductor, preparado para
aprender a conducir? La cantidad de cosas que tenía que procesar la mente
consciente resultaba abrumadora. Mientras mantenías la vista clavada en la
carretera, tenías también que mirar el espejo retrovisor y el lateral, prestar atención
al cuentakilómetros y a los demás indicadores, utilizar los dos pies para los
tres pedales del vehículo y tratar de permanecer en calma, sereno y sosegado
mientras conducías bajo la atenta mirada de los demás. Pasó bastante tiempo
antes de que todas esas pautas pudieran almacenarse en tu mente.
Hoy en día, te metes en
el coche, lo pones en marcha y revisas sin darte cuenta la lista de la compra
mientras el subconsciente se encarga de activar todas las complejas habilidades
necesarias para conducir sin problemas por la ciudad, sin que tengas que pensar
ni una vez en cómo se conduce.
Sé que no soy el único
que ha notado esto...
Conduces mientras
mantienes una deliciosa conversación con la persona que se sienta a tu lado y
estás tan absorto en la charla que en algún punto de la carretera te das cuenta
de que llevas cinco minutos sin prestarle atención a la conducción. Después de
un momento de sorpresa, comprendes que todavía estás en el carril debido y que
sigues avanzando con el resto de vehículos. Un rápido vistazo al espejo
retrovisor revela que no has dejado una hilera de señales de detención
obligatoria aplastadas y buzones destrozados. Si tú no estabas conduciendo el
coche durante ese lapso de tiempo, ¿Quién lo hacía? ¡La mente subconsciente! Aunque
tú no estuvieras pendiente, el subconsciente ha conducido tal y como le
enseñaron a hacerlo durante las clases de conducción.
Además de agilizar los
comportamientos rutinarios de la mente subconsciente, la mente consciente
también tiene la facultad de mostrarse creativa de manera espontánea en
respuesta a los estímulos del entorno. Mediante esta capacidad, la mente
consciente puede examinar los comportamientos que se están llevando a cabo.
Cuando se desarrolla un comportamiento pre programado, la vigilante mente
consciente puede intervenir, detener dicho comportamiento y crear una nueva
respuesta. De esta forma, la mente consciente nos confiere libre albedrío, lo
que significa que no somos sólo víctimas de nuestra programación. Para
lograrlo, no obstante, hay que prestar mucha atención, ya que en caso contrario
la programación subconsciente toma las riendas; es una tarea difícil, como
puede atestiguar cualquiera que haya puesto a prueba alguna vez su fuerza de
voluntad. La programación subconsciente se hace con el control en el momento en
que la mente consciente se descuida.
La mente consciente
también puede adelantarse o retroceder en el tiempo, mientras que la
subconsciente sólo opera en el momento presente. Cuando la mente consciente
está soñando despierta, creando planes de futuro o reviviendo experiencias
pasadas, la mente subconsciente se encuentra al mando, manejando con eficacia
los comportamientos requeridos en ese preciso instante sin necesidad de la
supervisión consciente.
TIEMPO CONSCIENTE Y
SUBCONSCIENTE
Ambas mentes unidas
forman un mecanismo fantástico, pero este mecanismo también puede estropearse.
La mente consciente es el «yo», la voz de nuestros pensamientos. Puede tener
grandes visiones o planes de futuro llenos de amor, salud, felicidad y
prosperidad.
Mientras ocupamos
nuestra mente consciente con pensamientos felices, ¿quién se encarga de dirigir
la función? El subconsciente. ¿Cómo se las apaña el subconsciente para dirigir
nuestros asuntos? Justo como le han enseñado a hacerlo.
Es posible que los
comportamientos subconscientes que se llevan a cabo cuando no prestamos
atención no sean creaciones nuestras, ya que la mayor parte de las conductas se
han aprendido observando a otras personas. Puesto que los comportamientos
realizados por el subconsciente no suelen estar vigilados por la mente
consciente, mucha gente se sorprende al descubrir que son «iguales» que su
padre o que su madre, las personas que programaron su mente subconsciente.
CREENCIA CONSCIENTE Y
SUBCONSCIENTE
Cabe también la
posibilidad de que los comportamientos aprendidos y las creencias adquiridas de
otras personas (de los padres, de los amigos o de los profesores, por ejemplo)
no estén de acuerdo con las metas de nuestra mente consciente. El mayor obstáculo
para conseguir el éxito en aquello que soñamos son las limitaciones programadas
en el subconsciente.
Estas limitaciones no
sólo influyen en nuestro comportamiento, sino que también pueden jugar un papel
fundamental en nuestra salud y nuestra fisiología. Como sabemos, la mente juega
un papel muy importante en el control de los sistemas biológicos que nos
mantienen con vida.
La Naturaleza no
pretendía que la presencia de una mente dual se convirtiera en nuestro talón de
Aquiles. De hecho, esta dualidad nos ofrece maravillosas ventajas en la vida.
Piénsalo de esta forma:
¿qué ocurriría si tuviésemos unos padres y unos maestros maravillosos que nos
sirvieran como modelos de vida, siempre involucrados en relaciones humanas de
beneficio mutuo con todos los miembros de la comunidad? Si nuestra mente
subconsciente fuera programada con unos comportamientos tan saludables,
¡podríamos tener éxito
en nuestras vidas sin
ni siquiera proponérnoslo!
La capacidad de la
mente consciente de obviar la programación del subconsciente es la base del
libre albedrío. Bruce Lipton
Bruce Lipton
Fuente: La Iluminacion
Espiritual
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