Muchas personas sienten que al dar,
están perdiendo algo que les corresponde o que están acortando algo en su
patrimonio, en sus activos o bien a nivel energético. Lo cierto es que aquellos
que dan, en especial sin esperar nada a cambio, jamás terminan con menos de lo
que tenían.
Obviamente si a un todo le sustraes
algo, ese todo se verá reducido… Pero esto pareciese no ser más que una ilusión,
porque lo que ocurre a posterior es que a ese todo por diversas vías le
comienza a llegar mucho más de lo sustraído.
Así que no des con recelo, ni con
mezquindad, da con la certeza de que aquello que des, volverá a ti
multiplicado. Esto aplica para todos los ámbitos, para el amor, para la parte
económica, para la gentileza… Cualquier cosa que salga de nosotros, el Universo
se encargará de traerla de vuelta en mayor magnitud.
Activar la energía, ponerla en
movimiento, es la primera acción que debemos ejecutar para hacer que fluya de
manera natural.
Debemos perder la costumbre, en caso
de que la tengamos, de las siguientes acciones:
Sentir pesar cuando vamos a pagar una
cuenta.
No dejar propinas por servicios.
Acumular cosas que no usemos.
Ahorrar sin sentido, solo por el
hecho de tener por si es necesario.
Amar en la medida que nos sentimos
amados.
Definir nuestras acciones en función
de lo que recibimos.
Sentirnos pobres.
Regatear los servicios de los demás o
intentar imponerles un precio.
Sentirnos mal queridos.
Sentirnos incapaces de generar lo que
requerimos.
Estas son solo algunos “detalles” que
podemos adoptar como actitud normal y corriente, pero no hacen más que conectarnos
con la escasez. El dar por su cuenta genera el efecto contrario, nos conecta
con la abundancia y muchísimo más cuando estamos convencidos de que siempre
tendremos disponible para nosotros, aunque sea nuestra costumbre dar.
Si lo hacemos de manera sacrificada o
con pesar, con dolor de desprendernos de algo, pues no gozaremos de los
beneficios, porque no estaremos conectados con el bienestar y por ende no lo
estaremos con la prosperidad, sino lo contrario y el Universo que responde más
al qué sentimos, que a lo que hacemos transcribirá el mensaje y estaremos en
sintonía con la escasez y manifestaremos nuestras experiencias desde ese punto.
Cada vez que des algo, siéntete
afortunado de estar en esa posición, agradece tu capacidad de otorgar, tus
bienes, tu amor, tu entrega, cualquier cosa que salga de ti, ofrécela con la
certeza de que está fluyendo de la mejor manera y en beneficio de todos los
involucrados.
La prosperidad y los apegos
Dar
Suelta los apegos, no te aferres a
nada, mientras más soltura tengas en desprenderte de las cosas, con mayor
fluidez esas cosas llegarán a ti. Confía en el Universo, hay recursos
ilimitados, amor ilimitado. Es como el aire que respiras, no te tienes que
preocupar por cuánto inhalas o cuánto exhalas. Tampoco te debe preocupar si al
inhalar le estás restando el aire a quien tienes cerca. Actúa así en todos los
aspectos de tu vida y verás como no tendrás que preocuparte por ninguna
limitación.
Convéncete de que tu naturaleza es de
un ser abundante, próspero, en todo lo que compete tu vida, en amor, en salud,
en dinero, en experiencias, en oportunidades… La vida es así, abundante, solo
nuestra mente nos coloca unos límites que terminamos por creernos, pero
comienza a creer lo que te favorece y a manifestar de acuerdo al ser ilimitado
que eres.
Da con gusto, que cuando lo hagas,
tus manos siempre tendrán mucho más para dar a los demás y a ti mismo.
Sara Espejo
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