La doctora Teresa Ilari prescribe
agua de mar a sus pacientes para tratar múltiples dolencias en una clínica de
Nicaragua. Nos habla de sus propiedades.
Entrevista a Teresa Ilari
Periodista Montse Cano
El agua de mar posee un potencial
terapéutico y nutricional desconocido por la mayoría de médicos.
Ese es el mensaje de esta doctora
apasionada y comprometida, que se ha convertido en una de las principales
divulgadoras de las terapias con agua de mar y que se muestra muy crítica con
la tendencia de la medicina actual a abusar de los fármacos.
ENTREVISTA A TERESA ILARI
—¿Cuáles son las propiedades del agua
de mar?
—Contiene toda la tabla periódica de
minerales y oligoelementos que el cuerpo necesita para un funcionamiento óptimo,
y de los que carecemos debido a dietas basadas en comida basura, carnes y
refinados.
Además, tiene un pH alcalino de 8,4,
que contrarresta la dañina acidificación de nuestro medio interno. También es
nutricional, ya que si se recoge cerca de la superficie contiene plancton, rico
en proteínas, vitaminas y ácidos nucleicos.
Se han descrito tres efectos
principales: el reequilibrio hidroelectrolítico, la reposición enzimática y la
regeneración celular.
—Ayuda en todos, ya que mejora la
calidad de nuestro medio interno (el terreno de los homeópatas), en el que
nadan los trillones de células que componen nuestro organismo.
Ha demostrado buenos resultados en
pacientes con cáncer, insuficiencia renal, hipertensos, diabéticos,
enfermedades de la piel, gastrointestinales, reumáticas, epilepsia, etc.
—Pero beber agua de mar, de entrada,
genera cierto rechazo. ¿No tiene algún efecto secundario perjudicial?
—No, porque contiene todos los
elementos que dieron origen a la vida en el medio marino hace 3.500 millones de
años.
Al reponerla favorece condiciones
para "devolver la vida" a los órganos enfermos.
A los pacientes hipertensos les ayuda
a controlar la presión, y a los pocos meses pueden interrumpir el tratamiento
farmacéutico, con un excelente control de sus cifras de presión arterial.
Pacientes con problemas de tiroides a la larga pueden dejar sus fármacos o
reducir las dosis.
Por un efecto osmótico, cuando se
ingiere hipertónica, puede provocar heces líquidas, lo cual no es malo, ya que
se limpia el colon, muchas veces lleno de toxinas por las comidas antinaturales
o no ecológicas que ingerimos. También se consiguen buenos resultados en
pacientes que sufren insuficiencia renal, por su efecto diurético. En estos
casos se precisa control médico.
—¿Una persona sana también obtiene
beneficios?
—Una persona sana tendrá mayor
energía. Y tiene aplicaciones en la tercera edad y en deportes de alto
rendimiento. Tiene un poder rejuvenecedor y preventivo.
—¿Cómo descubrió los beneficios del agua
de mar? Si no había casi estudios, ¿no era arriesgado usarla?
—Los descubrí a través de la
información aportada a Nicaragua por Laureano Domínguez, periodista colombiano.
Él había estudiado la obra de René
Quinton, el gran científico francés que salvó miles de vidas en los
dispensarios marinos de Francia aplicando el agua de mar en el siglo pasado.
Por su gran obra científica mereció
el Premio de la Academia de Ciencias de Francia y todos los honores del rey de
Egipto cuando con el método marino logró controlar una epidemia de cólera en
ese país.
Administrar agua de mar no es
arriesgado. Desde 2003 hay una amplia casuística, más la obra del Dr. René
Quinton. El plasma de Quinton (agua de mar hipertónica o isotónica) constaba en
la farmacopea francesa y era reembolsado hasta hace poco por la Seguridad
Social de ese país.
—Si es tan
beneficiosa, ¿por qué no se usa de forma generalizada? ¿Hay investigaciones en
marcha?
—Se han hecho muchos estudios médicos
publicados en revistas científicas en Colombia, los del doctor Wilmer Soler,
catedrático de la prestigiosa Universidad de Antioquia, en Medellín.
Uno de ellos mereció el Premio
Nacional de Ciencia. También se han realizado estudios en la Universidad
Nacional Agraria de Nicaragua que comprobaron la eficacia en el ámbito
veterinario.
Victoria Vendrell, enfermera
española, ha probado los beneficios de ingerir medio litro al día en niños
desnutridos. Yo no he realizado estudios porque tengo mucha demanda asistencial
y me falta tiempo, pero en la Clínica Santo Domingo y otros dispensarios
marinos de Nicaragua tenemos miles de casos curados y testimonios que pueden
corroborarlo.
Y he recibido testimonios de España y
de toda América Latina por internet.
—¿Nos cuenta algún caso especial de
recuperación por agua de mar?
—Un paciente con cirrosis hepática,
tenía retención de líquido en la cavidad abdominal y fue desahuciado por la
medicina oficial.
Se le "sacaban" de 6 a 8
litros de líquido semanales del abdomen (paracentesis). Cuando empezó a tomar
agua de mar, con su efecto diurético, el volumen de líquido retenido fue
menguando, pudo dejar los fármacos y al cabo de un mes no necesitó más
paracentesis.
Desde la medicina oficial, solo se
podría haber logrado con un trasplante de hígado, y en esa época en Nicaragua
no se hacía.
—Usted ha organizado un servicio de
recogida de agua en la playa. ¿Es recomendable recogerla del mar en vez de
comprarla esterilizada?
—En la clínica analizamos el agua y
colgamos los resultados que demuestran su potabilidad.
Los microbios contaminantes se
deshidratan y mueren en un medio hiperosmolar; es decir, los microbios de
procedencia accidental terrestre se inactivan en el medio marino.
CÓMO SE PRACTICA LA TERAPIA MARINA
A sus pacientes la doctora Ilari
suele prescribirles una cantidad de medio litro de agua al día. Puede ser
hipertónica, es decir, sola, con 36 gramos de sales por litro de agua. Otra
opción es la isotónica, mezclada con agua de mineralización débil y que posee 9
gramos de sales por litro.
También se puede mezclar con zumos de
fruta o utilizarla para salar la comida en vez de sal.
Es un coadyuvante terapéutico: se
puede tomar junto con los tratamientos convencionales.
Teresa Ilari es médica internista,
homeópata, terapeuta floral, prescriptora de agua de mar, practicante de la NMG
(Nueva Medicina Germánica) y profesora de la misma.
Catalana de origen, trabaja en
Nicaragua, donde ha contribuido al desarrollo de la Ley 774 "de medicina
natural, terapias complementarias y productos naturales", vigente desde el
año 2011.
También ha impulsado el programa
nacional de dispensarios marinos que promueven el consumo popular del agua de
mar. Dirige la Clínica Santo Domingo de Managua y es conferenciante.
Fuente: CUERPOMENTE
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