No veo la TV
Leo el periódico todos los días, aunque cada día con menos ahínco.
Todo el día es lo mismo:
Muertes
Contagios
Robos
Asesinatos
Recortes
Detenciones
Incendios
Etc.
¿No podemos compartir cada día al menos una cosa que nos aleje de tanto dolor?
También hay gente que nace cada día, ante la alegría de sus seres queridos.
Hay personas que contagian esperanza y amor.
Hay individuos que comparten de forma desinteresada, cada día en todos los lugares del mundo.
Hay personas que auxilian a otras cuando las ven en peligro.
Hay leyes que apoyan al más débil.
Hay lugares donde las cárceles ya son cuasi algo obsoleto y sin sentido.
Hay espacios donde la gente los cuida como si fuera su hogar (que de hecho lo es).
¿Tan difícil es compartir cada día algo positivo?
A mí me apetece en estos momentos alejarme un poco de tanta saturación de información contradictoria.
Quiero desfruncir mi ceño y arrugar las comisuras de mi boca de tanto reír.
Me apetece soñar con un mundo menos doloroso.
Quiero hablar de ilusiones, sueños, pensamientos y hacerlos realidad; sin el temor de "lo que está cayendo".
Quiero salir a la calle y saludar al-a vecino-a y que no esté cabizbajo.
Quiero atreverme a abrazar a alguien y alejar tanto temor de nuestro lado.
No quiero que todo vuelva a ser como antes; ¡no!
Quiero que aprendamos a cuidar nuestro entorno, a nuestros seres queridos y también a los no tan queridos (pues hasta una minúscula semilla es imprescindible en el planeta).
Quiero que aprendamos a hablar bien del prójimo, a ponernos en su lugar y no ser tan, tan inflexibles ante la vida.
Quiero...
¡Te quiero, me quiero! Eso quiero, que el amor hacia el prójimo sea real y alejemos a tantos fantasmas que nos atormentan en el día y no nos dejan respirar.
Leo el periódico todos los días, aunque cada día con menos ahínco.
Todo el día es lo mismo:
Muertes
Contagios
Robos
Asesinatos
Recortes
Detenciones
Incendios
Etc.
¿No podemos compartir cada día al menos una cosa que nos aleje de tanto dolor?
También hay gente que nace cada día, ante la alegría de sus seres queridos.
Hay personas que contagian esperanza y amor.
Hay individuos que comparten de forma desinteresada, cada día en todos los lugares del mundo.
Hay personas que auxilian a otras cuando las ven en peligro.
Hay leyes que apoyan al más débil.
Hay lugares donde las cárceles ya son cuasi algo obsoleto y sin sentido.
Hay espacios donde la gente los cuida como si fuera su hogar (que de hecho lo es).
¿Tan difícil es compartir cada día algo positivo?
A mí me apetece en estos momentos alejarme un poco de tanta saturación de información contradictoria.
Quiero desfruncir mi ceño y arrugar las comisuras de mi boca de tanto reír.
Me apetece soñar con un mundo menos doloroso.
Quiero hablar de ilusiones, sueños, pensamientos y hacerlos realidad; sin el temor de "lo que está cayendo".
Quiero salir a la calle y saludar al-a vecino-a y que no esté cabizbajo.
Quiero atreverme a abrazar a alguien y alejar tanto temor de nuestro lado.
No quiero que todo vuelva a ser como antes; ¡no!
Quiero que aprendamos a cuidar nuestro entorno, a nuestros seres queridos y también a los no tan queridos (pues hasta una minúscula semilla es imprescindible en el planeta).
Quiero que aprendamos a hablar bien del prójimo, a ponernos en su lugar y no ser tan, tan inflexibles ante la vida.
Quiero...
¡Te quiero, me quiero! Eso quiero, que el amor hacia el prójimo sea real y alejemos a tantos fantasmas que nos atormentan en el día y no nos dejan respirar.
Autora: Rosa Francés Cardona (Izha)
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