RESPONSABILIDAD PLENA…



Hace unos meses me llama mi sobrino Rodrigo para preguntarme: – Tía, como puedo saber si alguien me ha lanzado una maldición? porque venía saliendo del hospital por una intervención quirúrgica de urgencia y esa misma noche le robaron su auto desde la entrada de su casa, y por la madrugada tuvo que correr a la clínica con su hijo Joaquín, de 2 años afectado por una infección respiratoria… Me pregunta: – ¿Tía, estaré maldito?

Le dije que miraría su carta astral para ver si por tránsitos algún planeta lo estaba afectando… y me quedé pensando: Cuanta gente me llama o me escribe cuando lo está pasando mal porque creen que algún envidioso le lanzó algún conjuro… pero cuando la están pasando bárbaro nunca preguntan si es por alguien que los ama tan desmesuradamente que les ha enviado bendiciones…  

La madurez espiritual comienza cuando nos hacemos cargo de lo que nos sucede, sea esto bueno, más o menos, malo o terrible de acuerdo con los tintes que usamos para marcar cada experiencia. Culpar al resto, a Dios, al cruel o benigno destino esta out, es energía antigua. La nueva energía es de responsabilidad plena.

Todo lo que nos sucede en la vida lo hemos creado nosotros, ya sea consciente o inconscientemente… o quizás en otra vida… Sí, mucho de lo vivimos en el presente fue creado por ti mismo, pero en otro cuerpo… y esa energía sigue ligada a ti… Pero hoy trataremos de la responsabilidad que tenemos en los sucesos de la vida presente.

A veces hacemos cosas de manera inconsciente y sembramos algún tipo de energía que será cosechada más tarde… o lo hacemos muy conscientemente sabiendo que en cualquier momento –generalmente cuando menos lo esperamos– eso germinará y deberemos afrontar las consecuencias…

Cuando nos pasan esas cosas llamadas “buenas” estamos tan sumergidos en la alegría y el gozo que nos olvidamos de hacer consciente “en qué momento sembré yo esto?”, pero cuando la estamos pasando “mal”, cuando la vida nos saca de nuestra zona de confort –como le sucedió a mi sobrino– empezamos a preguntarnos el origen de esa mala racha y las razones siempre las buscamos afuera… porque nos han enseñado que todo viene desde fuera… y olvidamos que es al revés… Todo proviene desde el interior…

Madurez en lo terrenal y conciencia en lo espiritual son las claves para una vida consciente. Saber que cada acto tendrá una consecuencia y comprender que todo lo que estoy recibiendo es el fruto de mi siembra energética nos hace vivir de forma responsable…
¿En qué momento sembré yo esto? Debería ser una pregunta frecuente cuando estamos cosechando algo… Y dar gracias… porque aunque las cosas parezcan terribles siempre hay una luz indicándonos el camino…

Para los curiosos les diré que en la vida de mi sobrino todo está bien hoy, y él está intentando –algo es algo– ser más consciente de todas sus acciones y asumiendo la responsabilidad plena de todos sus actos.

En Responsabilidad plena, Amor y Conciencia.

Me®
Mercedes Vivar
Fuente: Sanando el Alma





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