REINVENTARNOS
Un artículo es difícil
de escribir cuando media una angustia. Unas letras son delicadas de alumbrar
cuando media el dolor del mundo. En este caso media el sufrimiento de las
familias que ven amenazados sus futuros con el cierre de Nissan Barcelona. El
coche siempre nuevo y brillante es una cuestión controvertida. Constituye un
pilar de la actual economía por lo que su debate se torna decisivo. Marcha felizmente
la pandemia, pero aún no hemos abrazado la firme decisión de reinventarnos.
“Futuro real” rezan las pancartas de los trabajadores movilizados, ¿pero dónde
se halla en verdad ese “futuro real”? ¿Quiénes lo vislumbran con más madurez,
compromiso y responsabilidad? Cada vez somos más los que no podemos sostener
esa pancarta lastrada de ficción, quienes deseamos cuestionar el actual modelo
individualista y desarrollista y vislumbrar un futuro realmente posible y
sostenible para todos/as y las siguientes generaciones.
Ningún dolor nos puede
ser ajeno. Primero la humanidad y su sufrimiento, después la reflexión; primero
la solidaridad humana con esas familias, después las consideraciones de otro
orden. Esa solidaridad con el dolor de nuestros congéneres no significa sin
embargo hacerse uno con los postulados y movilizaciones, con las protestas
airadas, con el negro humo que asciende de las barricadas, sobre todo con la
condición inmaculada del automóvil.
“¡Futuro para Nissan¡”,
pero también un futuro para todos/as, pues debemos pensar si tanto CO2 no está
hipotecando el futuro de otros. Es preciso reflexionar sobre lo que
consideramos a priori como incuestionable: los modernos y veloces coches son
buenos para nuestra sociedad y las grandes industrias automovilísticas
comportan indudable progreso. ¿Seremos capaces de dejar espacio en nuestra
mente a otro tipo de trabajo menos alienante, a otro tipo de desplazamiento
menos contaminante? Sí, no es fácil reinventarse, dejar las viejas inercias,
pero algún día habrá que empezar a vencer los temores e intentarlo. De primeras
convendrá resignificar la palabra “desarrollo”. Éste ha de ser sostenible para
la Tierra, nuestra Madre, pero también sostenible para nuestras almas que
demandan algo más que una tarea meramente mecanizada.
“¡Futuro para Nissan¡”,
pero antes de hacerle un hueco a Nissan en nuestro futuro, pensemos qué futuro
anhelamos. Antes de quemar los neumáticos y arrojar su humo al cielo, podemos
pedir al Cielo que nos ilumine sobre el mañana que deseamos construir. De tanto
trabajo automatizado en las cadenas industriales podemos llegar a pensar que no
merecemos otra tarea más personal y creativa. De tanto asfaltar el mundo y
echar a rodar veloces coches por sus carreteras, podemos llegar a creer que no había
otra forma de desplazarnos.
Los trabajadores
“exigen un futuro real”, pero hay mucha ficción en la supuesta prosperidad que
nos proporcionan esos flamantes coches dispuestos a comerse las más anchas
autopistas. Antes que diseñar un futuro para la gran industria automovilística,
tenemos que diseñar un futuro para la humanidad. ¿Necesitamos en verdad cambiar
de coche cada poco tiempo?
Ofrecido el corazón,
deseamos ofrecer también reflexión. Nuestras íntimas aspiraciones pueden ir más
lejos que fichar todos los días en una gran factoría y encerrar en ella buena
parte de nuestra vida sin que ese trabajo reporte algo para nuestro
crecimiento. Nuestro presente se caracteriza por el vencimiento de las
inercias. Es el tiempo de rehacernos, de cuestionarnos desde el principio. Es
el momento de considerar por ejemplo que para movernos no podemos tirar tanto
veneno a la atmósfera. Es la hora de reinventarnos para vivir una vida más
plena, más feliz, en definitiva más viva, para hacer de nuestros días algo más útil
y creativo, algo que lleve nuestro personal sello al mundo.
Koldo Aldai
Fuente: El Cielo en la Tierra
Este texto considero
que tiene sentido leerlo, es valido para cualquier lugar del mundo y reflexionar con esta realidad que vivimos. Luchar,
reclamar, para continuar con la sociedad que teníamos es un error, porque la
crisis que vivimos es porque llegamos a un limite existencial humano y del
planeta. Considerar las necesidades de las familias que quedan sin trabajo es
un tema importantísimo, pero para un futuro de vida para toda la humanidad y
respiro al planeta. Hay que reinventarse, despertar, no se puede seguir como
veníamos. A reinventarnos. A descubrir nuestras verdaderas necesidades para el desarrollo del ser que somos, como parte de la humanidad. Descubrir lo que sentimos para dejar de seguir modelos y formas sociales que no resuenan en nuestro ser interior, no son manifestacion nuestra.
Gracias Koldo Aldai!! Olga
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