A juicio del autor, las
medidas drásticas frente al coronavirus (Covid-19) van a ser negativas por
indiscriminadas y por no responder a principios científicos. De acuerdo con el
dicho popular, puede que sea peor el remedio que la enfermedad.
Juan Gérvas — Madrid 14
Mar, 2020
La mortalidad por el
nuevo coronavirus es de un 2%, con variaciones según regiones y situaciones. Su
mortalidad es mayor en ancianos, en varones y en quienes tienen enfermedades
crónicas, como hipertensión, diabetes, isquemia coronaria, enfisema pulmonar y
otras. Las muertes se suelen producir por neumonitis vírica (afectación directa
del pulmón por el virus) o por neumonías bacterianas sobreañadidas. En todo
caso, la reacción de la defensa inmunológica del paciente puede ser excesiva y
contribuir al daño mortal.
http://bit.ly/38P3e0z
https://jamanetwork.com/journals/jamainternalmedicine/fullarticle/2763184
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30566-3/fulltext
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/pdf/10.1002/jmv.25685
En esas personas,
ancianas y enfermas, probablemente la mortalidad no sea extraordinaria sino que
sea la que “corresponde”, la que hubiera habido en cualquier caso, con o sin
pandemia. Su impacto sobre la mortalidad es nulo. Es imposible notar su impacto
sin las noticias pues es irrelevante el número de casos y muertes en un mundo
en que mueren millones de personas cada año (y la mitad en relación a hambre y
guerras) https://www.bmj.com/content/368/bmj.m800/rr-1
Para hacernos una idea:
en China han muerto desde primeros de enero hasta el 13 de marzo 3.179 personas
con el nuevo coronavirus, en un país en el que mueren 28.000 personas por día.
En el mundo han muerto 5.065 personas, y cada día mueren en el mundo más de
1.000.000. En España, 84 muertes, en un país en el que a diario mueren 1.170
personas.
En otras palabras,
hasta el 13 de marzo la pandemia no está incrementando el número total de
muertes. Hay las muertes esperables, sin cambios en las tendencias. De hecho,
en el Reino Unido (Inglaterra y Gales) se ha podido demostrar incluso una
disminución de las muertes, totales y por causa respiratoria
http://bit.ly/3aZBMi6
Hay que destacar que no
se ofrecen datos de mortalidad por clase social, pero hay que esperar que sean
más los pobres los que perezcan, pues los determinantes sociales pesan en la
defensa individual y grupal. Por ejemplo, las personas sin hogar suelen tener
mala nutrición, y es casi imposible que cumplan con normas higiénicas tan
simples como el lavado de manos: http://bit.ly/2WeabG3
La relativa mortalidad
por coronavirus
La mortalidad es
relativa pues depende de cómo se diagnostique la enfermedad. Si se hacen
pruebas diagnósticas a toda la población habrá muchos pacientes que den
positivo pero que no tengan síntomas, o con molestias menores, tipo catarro
común. Por ello la mortalidad será menor respecto al total diagnosticado, y ese
puede ser el caso de Corea del Sur, con una mortalidad del 0,7%; su estrategia
se ha basado en la búsqueda activa de casos y su aislamiento voluntario, con
puestos públicos en la calle para facilitar las pruebas diagnósticas a toda la
población https://n.pr/33kjfuo
Cuando aumentan mucho
los casos en una región geográfica, puede ser buen criterio decidir que no se
precisa la prueba diagnóstica, que es absurdo perder tiempo y dinero, y que se
considera a todo paciente como enfermo de coronavirus si tiene síntomas clásicos
de infección respiratoria. Pues bien, al seguir haciendo la prueba sólo a
pacientes ingresados en los hospitales es de esperar un aumento relativo de la
mortalidad ya que estos pacientes diagnosticados están ingresados por su mayor
gravedad. Es decir, habrá más muertos entre los diagnosticados con certeza pues
sólo se diagnostica a los que están gravemente enfermos.
Por ejemplo, si en una
determinada ciudad hay 1.000 casos diagnosticados con la prueba del nuevo
coronavirus, de los que se ingresan 100 en los hospitales y 10 personas mueren
por el mismo, la mortalidad serán del 1% (10 de 1.000). Si en esa misma ciudad
se hace la prueba sólo a los pacientes ingresados, la mortalidad será del 10%
(10 de 100)
En todo caso, la
mortalidad puede variar según países sin saber las causas, como se ha
demostrado en los brotes del síndrome respiratorio de Oriente Medio, provocado
por otro coronavirus, MERS-CoV. La mortalidad en Arabia Saudí ha sido el doble
que en Corea del Sur (40 contra 20%) http://bit.ly/38TG9do
Incluso con el nuevo
coronavirus, Covid-19, y en la propia China, la mortalidad en Hubei (región más
afectada y primera) ha sido del 2,9% y en el resto del país del 0,4%. Los datos
son provisionales y muchas veces cambiantes https://lat.ms/33okB7E
Por último, hay que
tener en cuenta la infección habitual por coronavirus “comunes”. En el 25% de
los casos la infección no produce ningún síntoma, pero todos los inviernos, por
ejemplo, los coronavirus 229E y OC43 (HCoV-229R y HCoV-OC43) producen hasta el
30% de los cuadros catarrales-gripales comunes, algunos de los cuales se
complican y ocasionalmente se asocian a neumonías, hospitalizaciones y muertes.
Incluso en los picos de epidemia gripal muchos ancianos ingresados en
hospitales y/o muertos tienen con mayor frecuencia infección por virus como
coronavirus que por virus de la gripe propiamente dichos.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3805243/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6154147/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4281811/
Errores en el control
de la pandemia
Desde el principio se
han implantado medidas sin fundamento científico, como cuarentenas forzadas de
millones de personas, bloqueo de aerolíneas y controles en aeropuertos, cierre
de fronteras, suspensión de comunicaciones, uso de mascarillas y otras medidas,
con total ignorancia de las dinámicas del pánico:
https://ajph.aphapublications.org/doi/full/10.2105/AJPH.2005.077305
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/dewb.12165
https://dsc.duq.edu/etd/1756/
http://bit.ly/2wXKb78
Así, por ejemplo, la
“distancia social” de 2 metros entre personas carece de pruebas de eficacia, y
más cuando no conocemos bien los mecanismos de transmisión y cuando el
coronavirus puede persistir hasta 3 horas en el aire, y hasta 3 días en
superficies de plástico y de acero inoxidable:
https://www.cochranelibrary.com/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD006207.pub4/full
http://bit.ly/2w8z4s0
https://to.pbs.org/2wWKwak
El fracaso es global
pues en dos meses el nuevo coronavirus ha llegado hasta el último confín del
mundo y el pánico se ha adueñado de “autoridades” y de la poblacion. ¿De qué
sirvió anular los vuelos a y desde China, por ejemplo?
En lugar de reconocer
el fracaso, la respuesta habitual es más de lo mismo, con la idea de “hemos
fallado por no haber tomado medidas drásticas desde el principio”. Sirve de
acicate, además, el éxito de China, que está conteniendo la pandemia en su
territorio. Se atribuye, sin más, causalidad a dichas medidas, cuando lo
científico es atribuir asociación. Es decir, no se piensa que haya una simple
asociación entre las medidas y la evolución de la pandemia, sino que se acepta
que las medidas chinas son la causa de la detención de la pandemia allí. Sin
embargo, cabe ver la evolución china de la pandemia como la habitual de toda
epidemia de virus respiratorios, como la gripe, que comienza, alcanza un pico y
regresa espontáneamente.
Las medidas para la
contención de la pandemia se suelen basar en modelos matemáticos, deslumbrantes
y simples, pero carentes de la menor fineza, como incluir información clave
sobre costes de las alternativas, efectos adversos en salud y otros datos
fundamentales. Y ello tanto en general, como en casos concretos, por ejemplo
España
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-67362030567-5/fulltext
https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2020.03.01.20029801v2.full.pdf
El brillo de las
gráficas deslumbra y ciega ante los daños que provocan esas medidas heroicas,
justificadas siempre por “aplanar” la curva de incidencia y facilitar la
respuesta sanitaria al haber menos casos agrupados en un pico epidémico. El
problema es que el “aplanar” hay que demostrarlo y también hay que demostrar la
mejor respuesta sanitaria por consecuencia. Hasta hoy es sólo teoría.
Los modelos matemáticos
hay que verlos como los resultados de estudios en ratones, que dan idea pero no
permiten tomar decisiones.
En el Reino Unido,
convencidos de que la pandemia es incontenible, optan por no recurrir ni a
distanciamiento social, ni a cuarentenas, ni a cierres de escuelas. Atenderán
los casos más graves, y confiarán en que los leves adquieran inmunidad con una
filosofia general de “aprender a convivir con un virus nuevo que ha venido para
quedarse”
http://bit.ly/2wVPunC
http://bit.ly/2Ue8aqS
Suecia sigue una
política similar http://bit.ly/3aUl1ow
Otro buen ejemplo es de
Corea del Sur, que está logrando contener la pandemia sin las medidas brutales
de China o Italia. Se basa en la transparencia institucional y en la
cooperación ciudadana, sin cuarentenas obligatorias. Es un modelo a estudiar:
http://bit.ly/33lGOTC
En español, el caso de
Corea del Sur: http://bit.ly/2WgwF9b
Los daños de las
“medidas drásticas”
Para contener la
pandemia se toman medidas extraordinarias, como poner en cuarentena forzada a
un país entero e interrumpir toda la actividad industrial y comercial,
incluyendo el cese de las actividades escolares en todos sus niveles.
Estas medidas no llevan
consideraciones acerca de su impacto diferencial según clase social y situación
de marginación y responden a una mentalidad burguesa que, por ejemplo, pide la
reclusión en casa como si todo el mundo tuviera casa, y todas las casas fueran
confortables.
Por ejemplo, ¿qué salud
aporta recluirse en una casa donde hay violencia, donde hay cortes de luz,
donde hay un desahucio anunciado, donde hay pobreza, donde falta comida,…? ¡Qué
ironía obligar a permanecer en casa a quienes no la tienen, o quienes ya de por
sí no pueden salir nunca porque tienen enfermedades limitantes y no hay
ascensor, o quienes viven en soledad y con penurias inenarrables!
La consecuencia de
muchas “medidas drásticas” es el desempleo para los trabajadores precarios y la
quiebra para las pequeñas empresas.
Todo ello afectará más
intensamente a quienes están en la marginación, quienes viven en la pobreza y
quienes dependen de un hilo para supervivir. Las medidas drásticas afectarán
especialmente a las mujeres, que ya son el grueso de profesionales sanitarios
(70%) que se enfrentan al sufrimiento y a las muertes, pero también a
trabajadoras precarias como camareras, kellys y limpiadoras, cuidadoras
“formales e informales”, las cobradoras y cajeras en tiendas y supermercados,
etc.
El saldo final de las
“medidas drásticas” será el incremento de la desigualdad y de la pobreza, y
ambos problemas contribuyen fuertemente a incrementar la mortalidad:
http://bit.ly/2IPWGo8
http://bit.ly/2QdPS7K
http://bit.ly/2w8g6Sj
En otro ejemplo, Getafe
(Madrid, España), muchas escuelas clausuradas enseñan a niños de familias que
están en riesgo de exclusión social. ¿Quién puede pensar en que utilizarán
Internet y participarán en clases a distancia? ¡Pero si el problema es comer!
Toman medidas “drásticas” pensando en ricos http://bit.ly/2IKBwYx
Las “medidas drásticas”
se piensan según efectividad pero ¿para cuándo la equidad en las “medidas drásticas?
¿Para cuándo la solidaridad? ¿Cuándo informarán del previsible impacto, en
beneficios y en daños, para poblaciones ricas y pobres? Ni se les pasa por la
cabeza, viven en la riqueza.
Pero justo ahora sería
el momento de, por ejemplo, introducir una renta básica personal que dé a cada
residente del país una modesta retribución mensual sin condiciones, como
derecho para poder supervivira la crisis económica que se avecina
http://bit.ly/2QhZw9D
Hay que hablar de
“Dictadura de la salud” y de “Populismo epidemiológico”, en que todo se excusa
por la salud y el fin justifica los medios.
Ante la pandemia son
dos los objetivos: 1) disminuir las muertes y 2) mantener la sociedad. Con las
medidas drásticas no se cumplen ninguno de los dos, y se potencian reacciones
destructoras de la convivencia, como el racismo contra lo asiático y lo gitano,
por ejemplo:
http://bit.ly/2QhZw9D
http://bit.ly/38QTmnf
Estas medidas drásticas
indiscriminadas de 2020 están en la senda de los recortes inmisericordes que
han debilitado al sistema sanitario público, ahora tan necesario. Conviene que
profesionales, pacientes y comunidades recuerden quiénes han destruido a
conciencia dicho sistema sanitario, con sus respuestas indiscriminadas
sustentadas en 2010 con el “Haré lo que tenga que hacer, me cueste lo que me
cueste” y ahondadas en 2012 y hasta la actualidad con politicas de recortes
brutales en sanidad y educación, y la complementaria privatización de servicios
básicos.
Resumen
Las medidas contra el
coronavirus (Covid-19) están siendo tan drásticas que pueden provocar más daño
del que eviten. Además, muchas carecen de fundamento científico y expresan una
concepción burguesa de la sociedad que expulsa cada vez más, y a más al margen,
a gran parte de la población. Las medidas drásticas contra la pandemia del
nuevo coronavirus, Covid-19, darán pie al incremento de la pobreza y de la
desigualdad, con el consiguiente impacto en sufrimiento y muertes.
Nota
Sobre este asunto
publiqué un Mirador el pasado 25 de enero con un título premonitorio
“Coronavirus de Wuhan (China). Covid-19. Lo que tiene que saber para evitar una
epidemia de pánico”. Aconsejo su lectura como complemento a este texto:
http://bit.ly/2wXKb78
Fuente: Mundo Nuevo
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