Menciono esta historia para ilustrar que nuestra nueva
conciencia espiritual tiene que ver con la concreción de nuestros sueños, una
experiencia
que siempre estuvo en el centro del esfuerzo humano en todas
partes.
El universo parece en verdad estar armado
como una plataforma para la cristalización de nuestras
aspiraciones más íntimas y profundas.
Es un sistema dinámico
impulsado por nada menos que el flujo constante de pequeños milagros.
Pero hay una trampa: el universo está armado para responder a
nuestra conciencia, pero nos devolverá
sólo el nivel de calidad que pusimos en ella.
Por lo tanto, el proceso de descubrir quiénes somos
y para qué estamos aquí y de aprender a seguir
las coincidencias misteriosas que pueden guiarnos
depende, en gran medida, de nuestra capacidad
para ser positivos y encontrar una perspectiva consoladora en todos
los hechos.
Vivir la nueva conciencia espiritual implica atravesar una
serie de pasos o revelaciones. Cada paso amplía
nuestra perspectiva. Pero cada paso presenta asimismo su
propia serie de desafíos.
No basta
simplemente con echar un vistazo a cada nivel de conciencia expandida. Debemos
tener la intención de vivirlo, de integrar cada grado aumentado de conciencia a
nuestra rutina diaria.
Basta una sola interpretación negativa
para frenarlo todo.
En las páginas que siguen analizaremos esos pasos no sólo en
términos de experiencia interior
sino desde la perspectiva de sostenerlos
firmemente en nuestras vidas y llevarlos a una práctica
efectiva.
Parrafo tomado de: La Nueva Vision Espiritual de James
Redfield
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