La
sociedad moderna ha revertido las prioridades que alguna vez gobernaron a la
sociedad en la era de la fe, en la que el crecimiento espiritual (es decir,
alejarse del pecado y complacer a Dios) eran primero y el éxito mundano venía
después. Hoy mucha gente está redescubriendo el camino espiritual, pero lo ven
como un añadido a una vida que enfrenta todo tipo de desafíos de la vida real,
en particular los financieros. Resulta difícil creer en la abundancia
espiritual y las posibilidades infinitas cuando se está preocupado por el
dinero y la carrera.
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¿Cuál
es la mejor forma de establecer nuestras prioridades? La manera más obvia es
destinar tiempo a la práctica espiritual todos los días, lo cual es ciertamente
recomendable. Sin embargo, organizar nuestras actividades diarias no resuelve
el meollo del asunto. La pregunta crucial es si la espiritualidad es compatible
con la vida mundana. ¿Cómo podemos dejar de ver nuestro camino a la
espiritualidad como un extra? Me gustaría sugerir que la vida espiritual es la
mejor forma de alcanzar cualquier tipo de éxito, una vez que tomamos ciertas
decisiones importantes. Todo tiene que ver con dejar que la conciencia esté por
encima de todo lo demás.
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La
conciencia es primero
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En
las tradiciones milenarias del mundo, la conciencia es primero. Esto es porque
experimentamos todo desde la conciencia. Por lo tanto, el mundo que habitamos,
así como nuestra realidad personal, se construyen desde la conciencia. Más que
eso, todo está hecho de conciencia. Al mismo tiempo, la fuente de la conciencia
existe en nuestro interior, lo que significa que como agentes conscientes somos
los creadores de la realidad.
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Para
llevar este conocimiento a la realidad, necesitamos comprometernos a cambiar
nuestra visión, al:
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1.
Identificarnos con nuestro mundo interior en lugar del mundo de los objetos que
está “allá afuera”.
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2.
Profundizar en nuestra conciencia para acercarnos al lugar donde se construye
la realidad.
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3.
Identificarnos como creadores conscientes de nuestra realidad personal.
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4.
Ver todo a nuestro alrededor como un reflejo que nos envía imágenes y mensajes
sobre la realidad que estamos eligiendo crear para nosotros.
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5.
Medir todo el éxito a partir de cómo estamos evolucionando en lo personal, no
desde el exterior.
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Lo
que estos puntos señalan es un cambio de identidad desde un “yo” basado en la
personalidad del ego, con sus interminables demandas e inseguridades, a un “yo”
que expresa conciencia de sí mismo. Sólo hay una conciencia, que cada quien
experimenta a su modo conforme a sus gustos, preferencias, predisposiciones,
creencias y condicionamientos.
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Si
no fuera por todas esas influencias, no nos causaría ninguna extrañeza vivir
como creadores conscientes de nuestra realidad personal. Nos parecería obvio
que la conciencia es la única realidad “verdadera”. Sin embargo, la mayoría de
las personas esconden tras una máscara quiénes son realmente y como parte del
camino espiritual se quitan esa máscara.
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Al
adoptar una visión basada en la conciencia, también puedes evitar los
obstáculos más comunes al éxito, tanto mundano como espiritual.
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Obstáculo
#1: Bajas expectativas
Hay
unas cuantas personas que tienen el don de una excelente confianza en sí mismas
y que quieren comerse el mundo. La mayoría de la gente suele sentirse insegura
e indecisa. Quieren sentirse seguras y piensan que pueden hacerlo si sus
expectativas no son muy elevadas. Eso no es cierto. Las expectativas demasiado
bajas restringen la conciencia y le ponen límites a las posibilidades
infinitas. Las expectativas más altas tienen que ver con una conciencia
expandida, que de forma natural nos imbuye un sentimiento de confianza, porque
la conciencia es en sí misma segura.
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Obstáculo
#2: La trampa de la certidumbre
La
vida es incierta y esto hace sentir tan inquieta a la gran mayoría de la gente
que se aferra a la certidumbre cuando no debería. Tratan de opinar igual que
los demás y sólo se sienten seguros si encajan. Sin embargo, el éxito real se
construye al hacer las paces con la incertidumbre, convirtiendo lo desconocido
en un campo de posibilidades creativas. Hay que hacer un esfuerzo consciente
para colocarse en una posición en la que las cosas están abiertas. De lo
contrario, vivimos con una postura cerrada.
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Obstáculo
#3: Desatender el crecimiento
En
varias situaciones, en especial en el trabajo, tratamos de parecer seguros y
competentes, lo cual nos ayuda a medir la satisfacción del ego. Sin embargo,
las carreras y vidas de los grandes se construyen con base en una voluntad de
crecer. No es fácil ver tu propio potencial de crecimiento, en particular
cuando eres joven, pero es un error no darse cuenta de que estás aquí para
evolucionar, lo cual quiere decir que tu futuro yo, aunque todavía no esté a tu
alcance, tiene mucho que ofrecer. El yo que experimentas hoy, incluyendo lo que
piensas, sientes y sabes, es temporal. Cuando lo aceptas, puedes dar la bienvenida
al misterioso proceso de crecimiento que ocurre en la conciencia.
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A
través de la meditación y de la conciencia expandida, el cambio de identidad a
un nuevo “yo” no sólo es posible —ha estado ocurriendo desde hace miles de
años—, sino que siempre está a nuestra disposición. Hacer de tu evolución
personal tu prioridad hace que cambien los reflejos externos de tu vida. Los
reflejos positivos comienzan a dominar los negativos. A medida que tu
conciencia se aclara, todo el estado de dualidad comienza a disolverse,
mostrándote la realidad de una conciencia infinita y eterna que nunca se pierde
de vista a sí misma aun cuando sus emociones generen el mundo de la
experiencia.
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Al
cambiar tus prioridades de esta forma, el problema de las metas materiales contrapuestas
a las espirituales desaparece, porque la realidad basada en la conciencia da la
bienvenida a ambas.
Autor: Deepak Chopra
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