El último escándalo
sobre el poder de las farmacéuticas para tergiversar la investigación
científica está sobre la mesa y afecta a una de las más importantes
organizaciones médicas (la Cochrane Collaboration), una revista igualmente
prestigiosa (el British Medical Journal) y un medicamento, la vacuna para el
virus del papiloma humano.
La junta de gobierno de
la Cochrane, una organización sin ánimo de lucro de reconocido prestigio –en
gran riesgo ahora–, que realiza y revisa estudios médicos, ha expulsado de su
seno al doctor Peter C. Gøtzsche, uno de los cofundadores de la entidad hace 25
años.
Gøtzsche, que en el
momento de escribir este artículo todavía era director del Centro Nórdico
Cochrane, con sede en Copenhague, ha hecho pública una nota en la que denuncia
que la dirección de la organización se está plegando a los intereses de las
farmacéuticas, y abandonando principios básicos como la independencia, la
transparencia y el compromiso con la salud pública.
“Hay una obvia
resistencia a decir cualquier cosa que pueda molestar los intereses de la
industria farmacéutica”, afirma.
Renuncian cuatro
miembros de la dirección
Cuatro miembros de la
dirección se solidarizaron con Gøtzsche y dimitieron, lo que evidenció que el
conflicto no es personal, sino que afecta a la organización entera.
Los dimisionarios han
declarado que “el público general, consumidores, estudiantes e investigadores
involucrados en Cochrane valoran la pluralidad de opiniones y perspectivas” y
temen que la expulsión de Gøtzsche “puede causar un gran daño a la reputación”
de la organización.
La expulsión se decidió
en minoría con 6 votos de los 13 miembros de la junta directiva. El motivo
alegado fue que Gøtzsche estaba desacreditando a Cochrane. El presidente de la
junta, Mark Wilson, había acusado a Gøztsche de utilizar la “marca” Cochrane
para expresar “opiniones personales”.
La clave: la polémica
sobre la vacuna del papiloma humano
La chispa que ha hecho
explotar la bomba de la expulsión ha sido, con toda probabilidad, las críticas
que Gøtzsche y otros dos investigadores –Lars Jørgensen y Tom Jefferson–
realizaron a una reciente revisión de estudios, publicada por Cochrane el
pasado mes de mayo, sobre la eficacia de la vacuna del virus del papiloma humano.
Gøtzsche publicó su
crítica en el British Medical Journal Evidence-Based Medicine. En ella denunció
que se habían excluido 20 estudios científicos de la revisión y se habían
cometido una serie de malas prácticas, como no incluir estudios comparativos
con placebo, eliminar referencias a efectos secundarios graves de la vacuna
(como casos de cáncer metastásico y adenocarcinoma de la cérvix) y finalmente
omitir que todos los ensayos incluidos fueron financiados por los fabricantes
de vacunas contra el VPH.
Por todo ello, los
resultados de la revisión Cochrane a favor de la vacuna no son válidos,
aseguran.
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Intento de censura
científica
Los autores cuestionados
respondieron que las críticas no estaban fundadas y atacaron al British Medical
Journal por haber publicado un artículo sensacionalista.
Por fortuna, la revista
se ha defendido con rotundidad, rechazando la censura científica y reafirmando
su derecho a publicar críticas como la de Gøtzsche.
Su libro: Medicamentos
que matan y crimen organizado
Hace cuatro años, la
revista CuerpoMente entrevistó al doctor Gøtzsche, que estaba en España
presentando su libro Medicamentos que matan y crimen organizado, en el que
ataca los fundamentos de los sistemas de salud nacionales por estar supeditados
al poder de las empresas farmacéuticas.
En aquel momento
defendía con pasión su trabajo en Cochrane para distinguir el grano de la paja
entre la maraña de estudios científicos, realizados con buen hacer y honestidad
profesional o al servicio de intereses económicos.
Gøtzsche no es un
“antivacunas”
Consultado sobre si
debemos ponernos todas las vacunas que nos dicen, Gøtzsche se mostró a favor de las vacunas del
tétanos, las paperas, la rubéola y el sarampión; no consideró necesaria la
vacuna de la gripe y ya entonces se mostró muy crítico con la del papiloma:
“Esta vacuna puede
causar daños terribles e irreversibles. Esto es rechazado por las empresas y
algunos médicos, pero no estoy seguro. Algunos de los placebos utilizados en
los estudios aleatorios contenían aluminio, que es neurotóxico, y esto ha
podido enmascarar algunos de los daños causados por la vacuna, pues tanto las
personas vacunadas como las no vacunadas recibieron el agente neurotóxico”.
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evidencia que respalda a las vacunas contra la influenza.
Los fabricantes de la
vacuna contra el papiloma son Merck (Gardasil) y GlaxoSmithKline (Cervarix).
Estos medicamentos son administrados a las niñas adolescentes en 71 países del
mundo (información de 2017), entre ellos Chile.
Fuente: Mundo Nuevo (www.mundonuevo.cl)
Podemos seguir confiando en lo que conocemos como ciencia?? Es tiempo de hacernos responsables de nuestra vida, vivir armoniosamente y sanar naturalmente. Hay tanta sabiduria ancestral y tanta ciencia desarrollada a conciencia aunque tapada al conocimiento publico por los mercaderes de la salud que tienen el poder economico para divulgar sus "remedios" y para callar a los que sirven a la humanidad con sus investigaciones y estudios.
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