La vida en la Tierra surgió, aun no
se sabe cómo, cuando la atmósfera y el clima de la Tierra era una 'sauna
tóxica'. En concreto, hace 3.800 millones de años nacieron las primeras
bacterias, a pesar de todo el tiempo transcurrido, apenas han evolucionado hasta
hoy. El ser humano es portador de bacterias y tiene 400 millones de veces más
dentro del organismo que sus propias células.
"En cambio, sí se sabe que el
clima ha condicionado la evolución de la vida y de nuestra especie",
afirma en una entrevista con Infosalus el médico experto en nutrición y
alimentación, José Enrique Campillo, con motivo de la publicación de 'Homo
climaticus. El clima nos hizo humanos' (Crítica).
Así , destaca que la climatología
resulta determinante al poner a prueba a los seres humanos en una alternancia
de ciclos climáticos fríos y cálidos que le han obligado a desarrollar
adaptaciones fisiológicas para poder sobrevivir y cumplir con lo que el autor
llama 'las fuerzas de la vida'.
Según indica, estas fuerzas de la
vida (nutrición, reproducción, defensa y socialización) condicionan toda la
evolución humana: la necesidad de cumplir estas funciones es lo que obligó a los
seres humanos (así como a otros seres vivos) a evolucionar mediante las
mutaciones genéticas, así como a la adquisición de cultura, que fueron pasando
de una generación a otra hasta hoy.
De esta forma, en el libro plantea
que muchas de estas adaptaciones, casi todas con cambio genéticos, que tuvieron
que desarrollar nuestros ancestros para sobrevivir por las condiciones
climáticas fueron entonces una gracia, pero con la que ahora tenemos que
convivir, como es el caso de la diabetes, el síndrome metabólico, la
hipertensión o problemas cardiovasculares, así como otros problemas
fisiológicos, como las intolerancias alimentarias, la obesidad, la diabetes o
el alzheimer.
“En cambio, sí se sabe que el clima ha condicionado la
evolución de la vida y de nuestra especie, afirma en una entrevista con
Infosalus el médico experto en nutrición y alimentación, José Enrique Campillo,
con motivo de la publicación de 'Homo climaticus.
Campillo destaca así que, puede
ilustrar la adaptación del ser humano a la climatología para poder sobrevivir,
la diabetes de los países nórdicos. "Es un dato muy curioso. La diabetes
insulinodependiente en estos países prevalece de forma elevadísima por un gen
que lo predispone", avisa.
Según señala, la hipótesis que hay es
que los ancestros de la zona hace 60.000 años, en una etapa de plena
glaciación, con todo congelado, no tenían ropas adecuadas, y pudieron
sobrevivir por un gen que les permitía tener concentraciones de glucemia más
elevadas de lo normal, que actuaban como anticongelante. Cuando hoy se ha
llegado al mundo civilizado esa gracia que les permitió sobrevivir hace 60.000
años hoy se convierte en la diabetes tipo 1", advierte el experto.
Por otro lado, el doctor Campillo
recuerda que hace unos tres millones de años se acrecentó la tendencia al
enfriamiento global del planeta y comenzaron a sucederse una serie de picos
abruptos en las temperaturas que se correspondían con períodos glaciales,
separados por fases interglaciales cálidas más o menos largas. "Cada uno de
estos ciclos duraba varios miles de años. La respuesta adaptativa para que
nuestros ancestros superaran estas oscilaciones del clima fue el cerebro",
señala.
Así con todo, Campillo resalta que
está más que demostrado que el cerebro se ha convertido así en el "invento
evolutivo" más idóneo para adaptarse a los cambios rápidos, ya que
proporcionaba la capacidad de enfrentarse a diversos hábitats y climas, más que
especializarse en un solo tipo de entorno. "Si llegaba el frío, el cerebro
permitía matar a un bisonte, quitarle la piel y confeccionarse un abrigo que
pudieran quitarse cuando llegara el calor. Esto no ocurrió de repente, sino que
fue posible gracias a la acumulación de una serie de adaptaciones previas",
sostiene el experto.
Fuente: ECOTICIAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario