¿Por qué un delincuente que reincide
va normalmente a la cárcel y las empresas delincuentes no? Es algo que siempre
me he preguntado. El que la gente se enferme, pierda sus derechos o se muera,
parece que da lo mismo.
Iván Andres Santandreu, 2018-06-29.
Probablemente, Monsanto necesita
pocas presentaciones. Se trata de una de las corporaciones multinacionales con
peor reputación a nivel mundial y ha sido clasificada en diferentes ocasiones
como una de las empresas más malvadas por su contribución a contaminar el mundo
con dioxinas y PCB (bifenilos policlorados). También es conocida por ser la
fabricante del agente naranja (utilizado como arma química en la guerra de
Vietnam), del DDT, del herbicida Roundup, del aspartamo y de la hormona
cancerígena del crecimiento bovino. Además de todo lo anterior, se le conoce
por su política de patentamiento de semillas y por la creación de la policía de
los genes, con el fin de monopolizar el mercado mundial de éstas, hostigando a
los pequeños agricultores, hasta llevarlos a la quiebra e incluso al suicidio
–en número de cientos de miles- como ha sucedido en la India por décadas.
Bayer, con un prontuario delictual
menos conocido que Monsanto, en ningún caso presenta una historia menos
escalofriante. Reconocida por la creación de la aspirina, pocos recuerdan que
simultáneamente también introdujo en el mercado la heroína como un tratamiento
no adictivo para la tos de los niños. Fundada en 1863 por Friedrich Bayer, durante
la primera Guerra mundial, desarrolló y alentó el uso del gas mostaza en el
campo de batalla –a pesar de su prohibición-
y posteriormente se unió a la compañía nazi IG Farben en la supervisión
de la construcción del campo de esclavitud y trabajos forzados de Auschwitz. En
la década de los 80, Bayer vendió conscientemente un coagulante para
hemofílicos contaminado con el VIH. Un año después de comprobarse que el
producto estaba infectado con el virus, continuó vendiéndolo, esta vez en Asia,
África y Sudamérica. Más recientemente, se ha responsabilizado a Bayer por la
extinción de las abejas y por ser la causante del síndrome del colapso de las
colmenas debido a la utilización de los insecticidas neonicotinoides.
La atracción fatal
Bayer-Monsanto
La frase publicitaria “Si es Bayer,
es bueno” lamentablemente no es cierta, sino más bien es todo lo contrario y no
es de extrañar que la multinacional haya sentido una atracción fatal por
Monsanto, su compañera en el desarrollo del agente naranja, como para pensar en
fusionarse con ella y perpetuar su legado de maldad.
¿Por qué un delincuente que reincide
va normalmente a la cárcel y las empresas delincuentes no? Es algo que siempre
me he preguntado. De hecho, la única revisión efectuada a la fusión
Bayer-Monsanto en Chile está relacionada con aspectos económicos, y la realizó
la Fiscalía Nacional Económica, que dio luz verde a esta fusión sin grandes
contratiempos. El que la gente se enferme, pierda sus derechos o se muera,
parece que da lo mismo.
A quien no tiene que darle lo mismo
es a ti, lector despierto y con un nivel de conciencia mayor que el de nuestras
autoridades y funcionarios públicos. Las
protestas ciudadanas cumplen un rol; sin embargo, el cambio definitivo se logra
si nos negamos a participar en cualquier eslabón de su cadena productiva y
comercial. Como ciudadano, no compres sus productos; como trabajador, nunca
trabajes para este tipo de empresas, pues solo ayudas a aumentar la maldad y la
injusticia en la tierra; como proveedor, privilegia empresas con un claro
compromiso ético y ambiental para el suministro de tus materias primas,
servicios o productos.
Solo la actitud pasiva de millones de
personas permite que este tipo de empresas exista y que fructifique su legado
tóxico de enfermedad, injusticia y muerte. Y solo depende de todos nosotros,
con nuestras acciones diarias, que se produzca el cambio.
Fuente: Mundo Nuevo
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