27.
No pienses que un ser
integral
tiene la ambicion de iluminar
a los que no son conscientes
o de elevar
a las personas mundanas
al reino de lo divino.
- Para él, no existe yo
y el otro,
y, por ello, nadie a quien elevar;
ni cielo ni infierno
y, por tanto,
ningún destino.
- En consecuencia, su
única preocupación
es su propia sinceridad.
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