Actualmente estamos siendo
bombardeados por bastante información, en muchos casos no sabemos ni qué creer,
ni a quién creer por esto que es tan
importante que encontremos nuestro propio camino, el camino de nuestra
intuición, el camino de nuestra sabiduría interna, el camino de la conexión con
todo y con todos.
Desde pequeños nos
acostumbramos a seguir a los demás, recordemos que aprendemos por imitación, es
más sencillo. Lo que sucede es que al convertirse en un hábito, dejamos de
escuchar y sentir a nuestro sabio interior (consciencia o ser) y terminamos por
olvidar que existe. Uno de mis primeros profesores, Gerardo Shmedling, me dijo:
“No me creas nada, ni a mi, ni a
nadie. Si la información que estás escuchando resuena en tu corazón, aplícala y
observa si funciona. Si ves que funciona, la habrás convertido en tu verdad,
será para siempre parte de ti y de tu comportamiento. Aplicar y verificar una
información, la transforma en sabiduría.”
¿Cómo conectarnos con nuestra
sabiduría interior?
Estar presente
Siempre el punto de partida es la
presencia, la forma más sencilla de permanecer en el momento es conectarnos con
todas las sensaciones que nos produce lo que nos rodea. Nuestro cerebro se
habitúa a hacer todo de manera automática para de esta forma liberar la mente y
ser más eficiente; cabe resaltar que aunque esto nos ayuda a realizar varias
actividades al mismo tiempo, nos empuja a dejar de disfrutar el instante que
estamos viviendo. Intenta por un segundo pensar en la manera en que comes,
probablemente saborees los alimentos la primera vez que entran en tu boca y
luego simplemente automatices la función.
Imagina que percibes un agradable
olor, tus ojos están observando un fantástico plato de lo que más te guste.
Lentamente y después de apreciar los colores que estás viendo tomas tus
cubiertos y procedes a probar la comida, despacio, la llevas hacia tu boca y
comienzas a sentir cómo el sabor de eso que te encanta es apreciado por tu
gusto, antes de tragar te concentras en saborear y sentir cada textura, tu
cuerpo se inunda del disfrute que te proporcionan esos alimentos que
cuidadosamente han sido seleccionados y preparados por alguien, alimentos que
inicialmente fueron semillas y que tuvieron un proceso de crecimiento; entonces
comienzas a agradecer la posibilidad que tienes de vivir y experimentar todas estas
sensaciones que te producen.
Si nos concentráramos realmente en lo
que todos nuestros sentidos perciben cada vez que realizamos una actividad, no
tendríamos tiempo de divagar en sucesos pasados o temer al futuro.
Entender su lenguaje
Todo lo que rige el universo tiene
dos polaridades, el día y la noche, el frío y el calor, la salud y la
enfermedad, fluir o estancarse, el amor y el odio, el yin y el yang… nuestra
mente funciona de la misma manera, en ella se aloja el ego (mente limitante), y
el ser (consciencia).
Diferencias básicas entre el Ego y el
Ser
El lenguaje interior solo puede ser
escuchado por nuestro ser. Es complejo, la mayor parte del tiempo funcionamos
desde la polaridad negativa de la mente, llevamos muchos años funcionando de
esta manera. La mente al igual que un músculo necesita entrenamiento para
desarrollarse, nuestra parte inconsciente está muy entrenada mientras que
nuestra parte consciente NO.
Familiarizarme con las sensaciones
que me produce
Nuestro cuerpo nos informa a partir
de sensaciones, sobre qué es bueno y qué no, el error es que no le prestamos
atención. Todos los seres humanos, tenemos 7 puntos energéticos llamados
Chakras.
Tabla de Chakras
Cuando nuestros chakras funcionan de
manera correcta, es decir están abiertos, giran continuamente movilizando
nuestra energía ¿Recuerdas las mariposas en el estómago que sentiste cuando
besaste por primera vez a esa chica o chico que tanto te gustaba? Pues no eran
mariposas, era la energía que se movilizaba en tu segundo Chakra, llamado
Svadishthana; este maneja los impulsos sexuales instintivos. Dejamos de sentir
las mariposas no porque el chico o la chica que besamos no nos guste, sino
simplemente porque automatizamos nuestras funciones y nos desconectamos del
sentir de cada segundo, si volviéramos a besar sintiendo la conexión con
nosotros mismos y con el otro las mariposas regresarían.
Los siete campos energéticos con los
que contamos son muy valiosos, nuestro ser nos expresa qué es o no positivo a
partir de los chakras tres (Manipura) y cuatro (Anahata). Conozco personas que
sienten con mayor facilidad los impulsos que se producen en su plexo solar,
vulgarmente llamado barriga. Otros sentimos más los impulsos en el chakra
corazón ubicado en el pecho.
En ocasiones, cuando me siento
perdida, pongo toda mi atención en esta parte de mi cuerpo, inhalo y exhalo
hasta lograr aquietar mi mente y estar plenamente donde estoy. En el momento
que me siento conectada, analizo qué estoy sintiendo en ese preciso instante.
Si siento una presión que me agobia, sé que he actuado mal o que lo que deseo
hacer no es correcto. Cuando experimento un sentimiento de amplitud, alegría y
libertad en mi pecho, sé que lo que he hecho o deseo hacer es correcto. Estoy
segura que en muchas ocasiones has experimentado estas sensaciones, pero las
omitimos al no entender su significado.
Conéctate con el presente para aquietar
a tu ego y despertar al ser, podrás preguntarle lo que quieras, él te
responderá a través de la manifestación de una sensación en el pecho o en el
plexo solar. Si lo que sientes es negativo evidentemente es mejor que te
apartes de esa idea o esa situación, pero si lo que sientes es positivo tu
sabiduría interior te estará indicando que ese es el camino.
Catalina Lobo
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