Ley de atracción. ¿Realmente existe?
¿Te has esforzado alguna vez por hacer el bien y dar incondicionalmente, y
parece que recibes todo lo contrario? No es raro ver a personas que son buenas
y les suceden cosas que a nuestro parecer son malas.
Estas personas se esfuerzan cada día
por hacer el bien, evitan los problemas y el caos, desean mantener y atraer la
armonía, incluso nosotros mismos lo hemos intentado quizá muchas veces, cuando
queremos que todo este en equilibrio y en buen contento somos capaces de
guardar nuestras opiniones para no molestar a los demás, evitamos confrontar
cosas que no nos gustan, evadimos lo que sentimos si eso parece no gustar a los
demás, e incluso hasta fingimos amor y cariño para que los demás no se sientan
mal
¿Pues no que la vida te devuelve lo
que das?
Así que a veces damos y damos y
damos, sin pensarlo incluso, y sin embargo, parece a veces nuestro esfuerzo no
esta del todo compensado, y nos desconcertamos cuando la vida no marcha como
esperamos y más que sucedernos cosas agradables y en armonía con lo que damos,
recibimos todo lo contrario.
Hay muchas personas que dicen cosas
como “Yo acepto a todos como son, pero ellos me rechazan” “Yo me esfuerzo por
dar, y no se porque me ignoran” “Yo hasta dejo de hacer mis cosas y mira! Ni
siquiera se acuerdan de mi”.
Y entonces se cae en confusión, en dolor,
y empieza incluso el enojo y la frustración, la decepción. No comprendemos. Se
nos enseño a dar, a pensar en los demás, y a que tendríamos de vuelta lo que
diésemos. Y sin embargo, aunque parezca absurdo, realmente estamos recibiendo
lo que damos, pero la cláusula que no se nos dijo es que primeramente recibimos
justo aquello que nos damos a nosotros mismos.
¿Qué te das a ti mismo cada día?
¿Sueles ignorar lo que sientes? ¿Callas lo que es valioso para ti con tal de no
molestar? ¿Permites cosas que no te gustan con tal de hacer feliz a alguien o
evitar problemas? ¿Sientes que no
mereces ser tu ni pedir lo que quieres y necesitas a la vida?
Es cierto: la vida sólo nos devuelve
lo que nosotros enviamos. Esa es la ley de atracción.
El punto es que, si observamos a las
personas que intentan ser buenas, o nos observamos a nosotros mismos cuando
intentamos hacer el bien, hay ocasiones en que nos daremos cuenta de que en el
fondo, no estamos del todo contentos, sobre todo cuando nuestra prioridad es la
felicidad y paz ajena, y no la nuestra.
Así que si nos sentimos poco felices,
poco amados y valorados por nosotros mismos… si nos ignoramos en función de los
demás, ¿Qué recibiremos de vuelta? Justo eso mismo. Por ley de atracción,
atraemos la forma en cómo nos hemos sentido respecto a nosotros mismos.
Al restringir nuestros verdaderos
sentimientos, al decir cosas que no sentimos y al dar sin querer dar, o dar tan
solo para hacer sentir bien al otro aunque en el fondo no queramos dar o no lo
sintamos, ignoramos lo que verdaderamente somos. Es difícil a veces comprender
la gran importancia de empezar por nosotros cuando hemos vivido en una sociedad
donde se nos enseña a mirar primero a los demás, y dejarnos al último. Es
difícil para muchos quitarse de la cabeza la idea de que, para ser feliz y dar
con sincera honestidad, primero es uno mismo.
Primero tu
Hacernos felices, si observas, es
algo que nos cuesta mucho. Podemos hacer felices a toda la familia, a todos los
amigos, incluso sonreír a todos los desconocidos, pero cuando se trata de
nosotros y pensamos en darnos algo, lo dudamos, nos lo negamos, no sólo cosas
materiales, sino tiempo, espacio, aprecio, admiración. Una sonrisa. Esta falta
de atención a nosotros y de vivir para los demás genera en el fondo una
profunda insatisfacción, una sensación de distancia que nos hace sentirnos
inseguros y poco valiosos, por lo que a medida que nos ignoramos, a medida que
necesitamos más de los demás, más de su aprecio, de su afecto, de su apoyo o
tiempo, y es cuando nos decepcionamos fácilmente cuando no recibimos esto a
cambio.
Primero yo puede sonar egoísta, pero
es sin duda la forma en la que universo hace todo, siempre empieza por el
centro, del centro hacia afuera. Los árboles no empiezan primero con las hojas
y luego con las raíces. Las flores no pintan su color y luego sale el tallo. El
amor no puede crecer entorno si no empieza de ti para ti, y hacia afuera como
consecuencia.
Si ves que por más que haces cosas
buenas tu vida esta estancada, y más bien recibes rechazo, indiferencia y hasta
falta de respecto de los demás, te aseguro que es porque te estas ignorando tu
mismo, y necesitas trabajar urgentemente en el amor a ti, dejar de esperar de
los demás, dejar de querer hacerlos felices, porque si tu no eres feliz y te
sientes profundamente realizado, ¿qué estas transmitiendo a los demás? En el
fondo, por más intensión y palabras que digas, tu vida no esta en sintonía con
la felicidad y la realización, y eso se percibe aunque no lo digas. Y es lo que
atraerás.
Haz funcionar la ley de atracción
Si quieres respeto de los demás,
necesitas empezar por respetar la persona que eres, es decir, valorar tu forma
de pensar y ver las cosas. Y asi, atraerás respeto.
Si deseas que te tomen en cuenta y no
te ignoren, empieza por tomar en cuenta lo que sientes y nunca lo ignores. Y
así, atraerás atención y verás como te toman en cuenta.
Si sientes el rechazo de los demás, o
incluso su desprecio, te aseguro que eres tu quien se esta rechazando a si
mismo, no te gustas, no te disfrutas. Empieza por aceptarte tal y como eres,
empieza por disfrutar la persona que eres, y atraerás eso mismo. La gente te
disfrutara y se sentirá muy bien cerca
de ti.
Obsérvate más a menudo, y ya verás
como te das cuenta como la ley de atracción no falla.
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