43.
En la Antigüedad, las personas vivían vidas
holísticas. No exageraban la importancia del intelecto,
si no que integraban la mente, el cuerpo y el
espíritu
en todas las cosas.
Esto les permitía llegar a ser maestros
del conocimiento, en vez de ser víctimas de
los conceptos. Si aparecía un nuevo invento, indagaban
los problemas que podría causar, así como las
ventajas que ofrecía.
- Apreciaban los antiguos métodos que habían
demostrado ser eficaces, y
apreciaban los nuevos métodos si podían
demostrar su eficacia. Si quieres dejar
de estar confuso, imita a los antiguos:
unifica tu cuerpo, tu mente y tu espíritu
en todo lo que hagas. Escoge alimentos, vestidos
y techo de acuerdo con la naturaleza.
- Confía en tu propio cuerpo para trasladarte.
Deja que tu trabajo y tu ocio sean la misma cosa.
- Ejercita lo que desarrolle todo tu ser y no
sólo tu cuerpo. Escucha música que
conecte las tres esferas de tu ser. Elige
dirigentes por su virtud y no por su riqueza o poder.
Sirve
a los demás y desarróllate al mismo tiempo.
- Entiende que el verdadero crecimiento
procede de afrontar y resolver los problemas
de la
vida en armonía contigo mismo y con los demás. Si sigues estos simples y viejos
procederes,
estarás continuamente renovado.
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