"VERSOS AUREOS" PITÁGORAS”
Hay personajes históricos que a cada
uno nos despierta más o menos curiosidad, en mi caso, Pitágoras es uno de esos
personajes que consigue secuestrar mi atención. Cuanto más voy conociéndolo más
fascinada me quedo con la sabiduría y profundidad de su legado.
Pitágoras fundó una escuela
filosófica y religiosa en Crotona, al sur de Italia, que tuvo numerosos
seguidores, hombres y mujeres. Se llamaban a sí mismos matemáticos, no tenían
posesiones personales y eran vegetarianos. Hasta 300 seguidores llegaron a
conformar este grupo selecto, donde recibían las enseñanzas de Pitágoras y
debían observar estrictas reglas de conducta. Sus máximas pueden sintetizarse
como:
que en su nivel más profundo, la
realidad es de naturaleza matemática;
que la filosofía puede usarse para la
purificación espiritual;
que el alma puede elevarse para
unirse con lo divino;
que ciertos símbolos son de
naturaleza mística;
que todos los miembros de la
hermandad deben guardar absoluta lealtad y secretismo.
Las contribuciones de los pitagóricos
y su enorme influencia han sido determinantes para el desarrollo de las
matemáticas, de la astronomía, de la medicina, de las ciencias naturales y de
la música.
Quiero compartir uno de los escritos
que se atribuyen a la gran obra del maestro Pitágoras (siglo VI a.C.), los
"Versos Áureos"
Los "Versos Áureos" se
recitaban colectivamente, al compás de la lira, a la salida del sol y al
ponerse el astro, con ellos comulgaban las almas de los discípulos, meditando
sobre su cumplimiento a través del comportamiento diario. Pautas de conducta
que no están exentas de practicarse hoy en día y de las que podemos tomar
ejemplo.
Hoy, después de tanto tiempo
transcurrido sólo puedo exclamar con admiración, ¡cuanta sabiduría!, ¡cuanto
amor!
Últimamente vengo incorporando un
enlace musical al final del post que me parece inspirador para la lectura del
texto. En esta ocasión he escogido una pieza de música antigua del
Jean-Baptiste Lully, interpretada por el
gran violagambista Jordi Savall en "Le Concert des Nations". Espero
que os guste.
Pitágoras
VERSUS AUREOS
Honra, en primer lugar,
y venera a los dioses
inmortales,
a cada uno de acuerdo a
su rango.
Respeta luego el
juramento,
y reverencia a los
héroes ilustres,
y también a los genios
subterráneos:
cumplirás así lo que
las leyes mandan.
Honra luego a tus
padres
y a tus parientes de
sangre.
Y de los demás, hazte
amigo
del que descuella en
virtud.
Cede a las palabras
gentiles
y no te opongas a los
actos provechosos.
No guardes rencor
al amigo por una falta
leve.
Estas cosas hazlas
en la medida de tus fuerzas,
pues lo posible se
encuentra
junto a lo necesario.
Compenétrate en cumplir
estos preceptos,
pero atente a dominar
ante todo las
necesidades
de tu estómago y de tu
sueño,
después los arranques
de tus apetitos y de tu
ira.
No cometas nunca
una acción vergonzosa,
Ni con nadie, ni a
solas:
Por encima de todo,
respétate a ti mismo.
Seguidamente ejércete
en practicar la
justicia,
en palabras y en obras,
Aprende a no
comportarte
sin razón jamás.
Y sabiendo que morir
es la ley fatal para
todos,
que las riquezas,
unas veces te plazca
ganarlas
y otras te plazca
perderlas.
De los sufrimientos que
caben
a los mortales por
divino designio,
la parte que a ti
corresponde,
sopórtala sin
indignación;
pero es legítimo que le
busques remedio
en la medida de tus
fuerzas;
porque no son tantas
las desgracias
que caen sobre los
hombres buenos.
Muchas son las voces,
unas indignas, otras
nobles,
que vienen a herir el
oído:
Que no te turben ni
tampoco
te vuelvas para no
oírla s.
Cuando oigas una
mentira,
sopórtalo con calma.
Pero lo que ahora voy a
decirte
es preciso que lo
cumplas siempre:
Que nadie, por sus
dichos o por sus actos,
te conmueva para que
hagas o digas
nada que no sea lo
mejor para ti.
Reflexiona antes de
obrar
para no cometer
tonterías:
Obrar y hablar sin
discernimiento
es de pobres gentes.
Tú en cambio siempre
harás
lo que no pueda
dañarte.
No entres en asuntos
que ignoras,
mas aprende lo que es
necesario:
tal es la norma de una
vida agradable.
Tampoco descuides tu
salud,
ten moderación en el
comer o el beber,
y en la ejercitación
del cuerpo.
Por moderación entiendo
lo que no te haga daño.
Acostúmbrate a una vida
sana sin molicie,
y guárdate de lo que
pueda atraer la envidia.
No seas disipado en tus
gastos
como hacen los que
ignoran
lo que es honradez,
pero no por ello
dejes de ser generoso:
nada hay mejor
que la mesura en todas
las cosas.
Haz pues lo que no te
dañe,
y reflexiona antes de
actuar.
Y no dejes que el dulce
sueño
se apodere de tus
lánguidos ojos
sin antes haber
repasado
lo que has hecho en el
día:
"¿En qué he
fallado? ¿Qué he hecho?
¿Qué deber he dejado de
cumplir?"
Comienza del comienzo
y recórrelo todo,
y repróchate los
errores
y alégrente los
aciertos.
Esto es lo que hay que
hacer.
Estas cosas que hay
que empeñarse en practicar,
Estas cosas hay que
amar.
Por ellas ingresarás
en la divina senda de
la perfección.
¡Por quien trasmitió a
nuestro
entendimiento la
Tetratkis
la fuente de la perenne
naturaleza.
¡Adelante pues!
ponte al trabajo,
no sin antes rogar
a los dioses que lo
conduzcan
a la perfección.
Si observares estas
cosas
conocerás el orden
que reina entre los
dioses inmortales
y los hombres mortales,
en qué se separan las
cosas
y en qué se unen.
Y sabrás, como es justo
que la naturaleza es
una
y la misma en todas
partes,
para que no esperes
lo que no hay que
esperar,
ni nada quede oculto a
tus ojos.
Conocerás a los
hombres,
víctimas de los males
que ellos mismos se
imponen,
ciegos a los bienes
que les rodean,
que no oyen ni ven:
son pocos los que saben
librarse de la
desgracia.
Tal es el destino
que estorba el espíritu
de los mortales,
como cuentas infantiles
ruedan de un lado a
otro,
oprimidos por males
innumerables:
porque sin advertirlo
los castiga la
Discordia,
su natural y triste
compañera,
a la que no hay que
provocar,
sino cederle el paso
y huir de ella.
¡Oh padre Zeus!
¡De cuántos males
no librarías a los
hombres
si tan sólo les
hicieras
ver a qué demonio
obedecen!
Pero para ti, ten
confianza,
porque de una divina
raza
están hechos los seres
humanos,
y hay también la
sagrada naturaleza
que les muestra
y les descubre todas
las cosas.
De todo lo cual,
si tomas lo que te
pertenece,
observarás mis
mandamientos,
que serán tu remedio,
y librarán tu alma
de tales males.
Abstente en los
alimentos como dijimos,
sea para las
purificaciones,
sea para la liberación
del alma,
juzga y reflexiona
de todas las cosas y de
cada una,
alzando alto tu mente,
que es la mejor de tus
guías.
Si descuidas tu cuerpo
para volar
hasta los libres orbes
del éter,
serás un dios inmortal,
incorruptible,
ya no sujeto a la
muerte.
*****
MÚSICA: Premier Air des
Espagnols. (Jean-Baptiste Lully)
Jordi Savall
http://www.youtube.com/watch?v=DiWU5k4yD_I
LOURDES MORALES
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